«Te amo con lo que se ama», la poesía, rambla y carne de Antero

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«—¿Y tú?, ¿de dónde eres?
—De donde la carne. No creo en los sitios»

 

 
A Antonio Romero, Antero, le gusta decir que lo nacieron en Hospitalet del Llobregat, Barcelona y que sólo cree en Mirza Delibasic. Después de El hombre que cabía en una botella de anís del mono, Ediciones Sportula, nos abraza ahora con un nuevo poemario, Te amo con lo que se ama.

En este libre y hermoso libro, criba el pulso de Antero una sarta de poemas y prosas que de vivas muerden y lo que es mejor, que no se nos mueren nunca. Poemas que traen prendidos barrios y delantales. Poemas que saben a amor y a ajo, a sofá, domingo y aguardiente. Hablan de gente sin apellidos, sin títulos pero con artículos. La Dolores, el Mati, la Nuri, el Coplero, la Merche. Traen besos que saben a pan y voces que inundan patios. Camas con muelles y la ternura de la cotidianeidad. No hay atrezzo ni falsos techos. Hay verdad porque hay sal. Hay porterías y santos, cajeras de supermercado y medias. Una lírica preñada y untada de muslos que hacen del magreo un arte y de la carne milagro. Diálogos que chorrean amor y tanto sentimiento que te hace hervir el espinazo. Espíritu charnego, con sus riberas y sus repechos, hermosa épica de la rambla.

Aquí está la poesía cuando se quita la ropa y los lazos. La poesía que no conoce ni burladeros, ni sinfonías, ni pedestales, sólo escaleras con olor a puchero y música de canarios. No importa si llueve o amanece. No hay prisas. Ni metáforas delicadas, ni artefactos. Aquí sólo revientan las cafeteras de hierro manando café. Aquí se resguardan hembras y hombres y el hambre por la carne. Aquí habita la poesía cuando se abre de piernas porque le gusta airear el alma y despeinarse las ganas.
Aquí se pare un verbo cuajado de junios y polígonos industriales y un poeta que te escribe a la cara y se crece como el barrio, como el pueblo que se expande forzosamente a la sombra del gigante pero mantiene su duende y su carácter.

—Despacio no, despacito.
—¿No son lo mismo?
—Ni son lo mismo, ni lo quieren ser

Mantiene el aliento y le respiramos en su blog: http://somosloquesemos.blogspot.com.es/

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No me expliques la facilidad

nos pasó lo que dura
(Ali, Navidades 2001)

solo creo en la facilidad

rodar
arder o hundirse
el hambre
—mojar
pan
a todo—
estar agotado después de ti
las ganas de irme

de volver

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—¿Adónde vas?
—A desearte

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El 96

Me monto en el 96
y sonrío a aquella muchacha
que un segundo deja de leer a Gaite.
En sus ojos me siento por descubrir
o sea, con los zombis todavía
enterrados. Compro pan
mister Proper, subo a casa
y las caricias que te intento
te son zapatos estrechos y
empinado domingo,
nada que ver
con aquellas que le soñaste
al tipo que
hoy
en el autobús
un segundo que dejaste de leer a Gaite
te sonrió.

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Hazme una huella

Poema de jamón
a una linda independentista

No me ofrezcas tu alma
haría con ella lo que con tus muslos.
Ignoro cómo trascender,
dignificar mis raíces,
perpetuar una patria,
heredar señas de identidad.

Lo milenario no me incumbe.

Soy el que partirá al alba
y nadie reconocerá entre tus huesos
cuando los exhume el aburrido arqueólogo
que te devolverá a la vida
muerta.

Soy el humano que te necesita humanamente.
Aquí.
Ahora.

Y cambia huella por huella.

 

 

 

 

 

 

 

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