La jaqueca más dura de la historia

Por Néstor García.

El héroe de los videojuegos que ha necesitado más aspirinas. Ese es Headdy, la marioneta protagonista de Dynamite Headdy. El juego fue lanzado en 1996 por la gran compañía Treasure (dará más que hablar en Retro, ya verán) para la Sega Mega Drive (o Génesis, cada uno como guste).

Una obra maravillosa, maestra en todos sus aspectos. La historia es un ejercicio de metateatro dentro de un videojuego. Una marioneta, con todas las connotaciones que se puedan sacar al respecto, lucha durante toda una representación por salvar al imperio de manos del rey marioneta Dark Demon. Mientras tanto, comienza una fuerte rivalidad con su archienemigo, el cabeza de gato Trouble Bruin, el personaje más carismático y odiado de la trama, que lucha con Headdy por ser la marioneta protagonista de la función.

He aquí uno de sus múltiples puntos fuertes: la ambientación. Esta va entre la platea y los bastidores de un recinto teatral con multitud de elementos cómicos. Entre ellos, que cada acto parodie el título de un filme. O su descarado colorido y su multitud y diversidad de escenarios. Ni cansa ni se repite.

Pero además, jugablemente le pasa lo mismo. Nos encontramos ante un plataformas de acción que tiene muy bien medidas ambas facetas y que nos da multitud de posibilidades con las 15 diferentes cabezas que puede utilizar Headdy. Porque si no se ha dicho, Mario mataba a golpe de aplastamiento, Sonic rodando, pero Headdy, como no podía ser de otro modo, separa la cabeza de su cuerpo para golpear a los enemigos, agarrarse a las cornisas o, incluso, volar.

Estas cabezas pasan por poder disparar tres a la vez, tener escudos, convertirla en un martillo, congelar el tiempo, aspirar a todos los enemigos o ítems que nos encontremos, volvernos invisibles o enanos… más cabezas que nos llevaran a la muerte como la que se hincha y nos impide atacar y movernos con velocidad. E incluso, la cabeza que nos transporta a un minijuego que consiste en meter canastas golpeando las pelotas con… la cabeza.

El juego atrapa con su ritmo frenético, su jugabilidad, su humor y la constante aparición tanto de cabezagato como de final bosses con dinámicas muy variadas. Sin decir que el sistema de plataformas que, a priori, es un 2D, en ciertos pasajes se ve alterada la profundidad ofreciéndonos segmentos 3D que nos complicaran la vida.

Por cierto, hablando de complicarse la vida, Dynamite Headdy es un juego bastante complicado de superar (tiene una dificultad que reta pero no resulta imposible. Sin embargo, las vidas de las que disponemos a veces se quedan cortas). El que escribe debe confesar que se ha enfrentado al juego en muchos momentos de su vida y, pese a muchos cabezazos contra el pad y la pared, todavía no ha conseguido terminar con él. Pero lo seguirá intentando. Mención especial en este apartado, y como fase memorable, la genial Stair Wars, un combate con cabezagato que nos obliga a tirarle la cabeza mientas tenemos que subir una torre infinita que nuestro enemigo se encarga de ir destrozando.

Tanto esta fase como el resto del juego están perfectamente ambientados con partituras divertidas que siempre aciertan con el tono surrealista o épico o cómico que vaya requiriendo cada pantalla.

No lo duden, si tienen la suerte de encontrar algún juego en un baúl lleno de polvo o son amigos (como lo somos nosotros) del arte de emular, que sea Dynamite Headdy. Si no nos hacen caso es que no tienen cabeza…


2 thoughts on “La jaqueca más dura de la historia

  • el 24 julio, 2010 a las 2:22 am
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    Yo admito que no pude pasar de los Twin Freaks la última vez que jugué hace años. Aunque me lo he conseguido pasar usando un emulador. De todas maneras, este juego es de los más extraños que he visto que va en la onda de la parodia de gradius (Parodius) y algun otro.

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  • el 29 julio, 2010 a las 3:00 pm
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    Yo intenté varias veces pasarme la fase Stair Wars y no tardaba mucho en morir.
    Me parece un juego difícil.

    Buena crítica y muy completa

    Un saludo

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