Fallo del XVIII Certamen de Relato ¿Dónde está la Navidad?

Reunido el Jurado compuesto por Víctor Ortega, ganador de la edición anterior, Soledad García Garrido, finalista de la edición anterior, Silvia Domínguez, Lourdes Pinel, Carola Aikin, socias de Améis, Guillermo Gutiérrez y Kike Parra, profesores de Cursos Culturamas, con relación a los 147 relatos concurrentes a esta XVIII edición, acuerdan:

1º. Declarar, por mayoría, el primer premio al relato “Cuentecitos para una Navidad a contraluz” de Quintín García.

2º. Declarar, por mayoría, el segundo premio al relato “La noche de todos”, Juncal Baeza Monedero.

3º. Declarar, menciones orales a los tres relatos siguientes finalistas más votados.

Relato «La nave de los inoportunos», autora, María Martínez.

Relato «Ingenuidad», autora, Eva Barrio.

Relato «Los adornos de Navidad», autora, Inés Cruz.

De lo cual, como organizadora del certamen, doy fe en Madrid a 9 de enero de 2022.
Sonia Aldama Muñoz

Asociación de Mujeres Escritoras e Ilustradoras

Cursos Culturamas

Os dejamos con los dos cuentos ganadores y muy pronto los autores leerán sus relatos en Youtube de AMEIS.

Cuentecitos para una navidad a contraluz.

 

Seudónimo: LUZ

Autor: Quintín García.

nacimiento 1

Andaba Dios en los zapatos andariegos de aquel hombre que habitaba en la intemperie de las noches y los días como un perro sin dueño ni cobijo.

Pero me repugnó su voz aguardentosa.

nacimiento 2

Se hizo Dios poeta en la voz morada y agria de un arlequín que contaba antiguas leyendas libertarias a los pájaros.

Los jilgueros, sin embargo, siguieron en las jaulas.

nacimiento 3

Lloraba Dios ayer entre la carne lechal y magullada, macerada de hierros y cristales, de un chaval roto, tendido sobre las cárdenas esquirlas de la carretera.

Por las prisas no pude detenerme.

nacimiento 4

Miraba Dios desde las pupilas remansadas de hambres y silencios de una niñita de tez africana que se asomó un momento a los colores de mi televisión.

Y yo seguí comiendo bacalao al pilpil tan ricamente.

 

nacimiento 5

Se adormilaba Dios entre los ácidos titubeos y dudas de la muchacha aquella que me preguntaba con una voz hiposa –eran las siete y cinco de la madrugada y ya se vislumbraba tras de las últimas sombras de la noche un arpegio de sol en la distancia- si el mundo era redondo o estaba achatado por los polos.

La verdad, a esas horas y con esa pinta, no me pareció pregunta pertinente.

nacimiento 6

Se quedó Dios prendido entre la áspera arquitectura de un almendro que recitaba versos con la voz albimorada de sus pétalos.

No logré verlo. Mis ojos estaban ocupados en el fulgor de los escaparates.

nacimiento 7

El domingo pasado pedía limosna Dios a las puertas blindadas de una catedral llenita de santos y cristos de marfil. Tenía la ropa sucia y las manos tiesas de indagar compasión en las miradas.

Lo sentí. Se me había olvidado la cartera en el otro gabán.

nacimiento 8

Amanecía Dios subido en un tractor mientras labraba esos surcos ocres abiertos para la siembra del pan de todos en el otoño.

Por pereza no los regué en la primavera. Y los agostó el verano.

nacimiento 9

Jugaba Dios en la sonrisa redonda de unos niños que bailaban peonzas en la plaza -gano yo, ganas tú-.

Me asustó el jolgorio aquel, tan vocinglero, y me marché.

nacimiento 10

Una noche soñé que Dios estaba en la guitarra burlona de un rockero que escupía sus pérfidas verdades -¿quién roba a quién?- contra los muros del patio infectado de una cárcel. En la calle de enfrente ardían, orondos, los letreros luminosos de los bancos.

Al despertar, sentí que el mundo era un fracaso y me bajé.

nacimiento 11

Crecía Dios sentado en los pupitres de la Universidad donde un joven aprendía con dificultad a dividir los panes y los peces entre siete mil trescientos millones de habitantes.

Allá él y sus idealismos. Pero a mí nunca me han salido esas cuentas.

nacimiento 12

Estaba Dios en las muecas amargas por la pena de aquella mujer joven que bebía por si lograba taponar la herida de un corazón lacerado de abandonos.

Y yo pensé, tonto de mí, que sólo quería emborracharse.

nacimiento 13

Abrió un quiosco Dios en una plazuela bulliciosa de mi barrio y en los ratos libres que le dejaban los muchachos con sus algarabías escribía de su puño y letra cuatro líneas consoladoras en los márgenes heridos de cada noticia.

Ya ven, nunca logré entender su letra.

nacimiento 14

Plantó su tienda Dios en mitad de la marea de la vida. A la amanecida, cuando los ánsares regresan de la noche, embarcaba sus pies en las crestas restallantes de las olas y socorría el aullido de los náufragos.

Yo preferí seguir pescando en alta mar.

nacimiento 15

Lloraba Dios el otro día, reclinada la cabeza sobre la lápida morada de una tumba, al caer la tarde en el misterio.

El caso es que como no me salían las palabras no me quedé a hacerle compañía.

nacimiento 16

Había un Dios pequeñín, medio en rosa, acurrucado en los frágiles barrotes de una cuna mientras el alba estallaba en mil fulgores.

¡Qué lástima! Aún no había aprendido a ponerme de rodillas y sonreír.

nacimiento 17

Estaba Dios aquí, allí, y no lo vi. Era una fecha cualquiera en cualquier sitio.

Pero yo creía entonces que Dios estaba sólo en los belenes, en los dulces sermones de las Misas del Gallo, o al final de la cena en el susurro dorado del champán de Navidad.

Y allí no encontré a Dios.

Quintin García González (Piña de Esgueva, Valladolid, 1945) es licenciado en Filosofía y Letras, Ciencias de la Información y Teología.

Su producción literaria abarca varios géneros: cuento, poesía, artículos literarios, prosa poética y novela corta. Ganador de numerosos premios en las distintas disciplinas, muchos de ellos han sido publicados por las entidades convocantes. Pueden verse algunos, junto a sus artículos escritos en El País, Madrid, en www.fundaciongsr.es/documentos/guias/quintin/ Ha participado en distintos libros colectivos y revistas literarias. Figura en la Guía de Poetas en Salamanca, hecha por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez. En 1998, la Biblioteca Municipal de Peñaranda de Bracamonte hizo una edición digital de varios de sus primeros premios en Resurrección de la memoria y otros escritos. En 2001 publica A título póstumo, Primer Premio del I Certamen de Novela Corta «Ciudad de Dueñas», Palencia. En 2006 el libro de poesía  Carne en fulgor, Primer Premio Kutxa Ciudad de Irún, San Sebastián. En 2009 Del invierno a la luz, Asociación Cultural El Zurguén, Morille, Salamanca. En 2013 la novela corta Viaje y Resurrección de Lázaro de Tormes. Salamanca. En 2014 el libro de relatos Paisajes de almendros en flor. Babilafuente. Salamanca. En 2014 el libro de poesía Elegías para un tiempo de víctimas. Salamanca. En 2015 el libro de poesía Íntimas conversaciones con Teresa de Jesús. Salamanca y plataforma digital BUBOK.. En 2016 la antología poética Las palabras que me habitan, editado por la Diputación de Salamanca.

LA NOCHE DE TODOS

Pseudónimo: BLUE MOON

Autora: Juncal Baeza Monedero.

LUCES.

Plano corto

El bebé berrea, arruga la boca y aprieta los ojos.

Plano general corto

Lejos, un muchacho se ajusta el cinturón por encima del chaleco de piel de borrego y se cala el gorro para protegerse las orejas. Lleva un bolso cruzado, con un pedazo de queso que su madre acaba de envolver en un paño. Se frota las manos. Tiene los nudillos rojos y los dedos entumecidos.

Plano  cenital

Cuando el chico del chaleco avanza, se le reconoce por la parte superior del gorro, sobre el que empiezan a posarse minúsculos copos de agua nieve. Su figura, vista desde arriba, es un puntito del que sobresalen piernas y brazos al caminar, dirigiéndose al otro lado de la calle. La nieve de ayer se amontona escuetamente en los bordillos y entre los adoquines.

Hacia el cielo se eleva una delgada humareda blanca. Sale de un pequeño horno, y parece que se escapa por las ranuras como si alguien soplase desde dentro. Huele a pan a medio cocer. A masa madre blanda, porosa y salpicada de grumos. Un poco más allá se levanta al aire un sonido cristalino de agua moviéndose. Ahí, justo en la otra acera, unas manos veloces cogen de un cesto unos pantalones de tela gruesa seguramente, por la forma que se les adivina, y lo hunden con fuerza en el cubo, salpicando agua por todas partes.  La superficie está cubierta de blanco y burbujas por el jabón. La tela sobresale y se hunde varias veces mientras esas manos la frotan ateridas de frío y violáceas.

Plano detalle

Un pie minúsculo y suave se eleva al aire y roza su piel la sombra anaranjada de una hoguera rodeada de piedrecitas. Lo acaricia el calor del fuego y ese pie se estremece. No ha caminado aún, no conoce nada todavía, pero lo cierto es que tiene la forma perfecta. La verdad es que es un pie que en realidad es un futuro.

Primer plano

Una mujer sonríe, incorporándose despacio, y en sus ojos se enciende una luz que acaba de nacer, que muere de cansancio y que se revuelve al menor ruido. En su rostro suave se respira una alegría a la que todavía no le sabe poner nombre. Jesús, murmura. Y el bebé que está en sus brazos abre un momento los ojos, que todavía son grises.

Plano en profundidad

Detrás de esa mujer, al fondo del pequeño refugio, un hombre dobla cuidadosamente una manta, la reduce a la mitad y después,  a la mitad de nuevo, para que pueda ajustarse a un cuerpo de niño que aún necesita estar envuelto y apretado. Se la acerca y ella la coloca sobre el bebé, la añade a la que ya tenía, teniendo mucho cuidado con el fuego y con el frío más allá de la madera. Los dos miran al crío y sonríen al mismo tiempo, y entrecierran un poco los ojos porque a partir de ahora es así como lo mirarán cuando lo tengan en brazos o esté acostado en la cuna cubierta de pajas.

Plano general

Casi tocando la carretera asfaltada, hay tres animales quietos. Tienen una piel extraña. Los recorren grietas y sequedad en algunas partes. Son animales color caramelo, fingidamente suaves, de patas nudosas y pezuñas apretadas. Llevan unas correas de cuero oscuro enganchadas en las mandíbulas, para que puedan dirigirlos los tres hombres que ahora están quietos a su lado. Parecen cansados. Han llegado aquí después de un largo viaje guiando a los animales y a sus tres jinetes. La gente que se arremolina en la plaza no los mira, aunque tienen que haberlos visto, son animales enormes, de ojos opacos y una silueta ondulada que parece de cuento. Esas personas caminan, charlan, se dan palmadas en la espalda cuando se saludan. Casi todas llevan algo y se resguardan del frío bajo los toldos. Sonríen cuando miran la estructura de madera construida en un extremo de la plaza, formando una especie de refugio de donde se escapan algunos sonidos.  Brilla una luz tenue en su interior. Tres figuras coronadas se están acercando a esa abertura luminosa, solemnes, calladas, combatiendo el frío con unas enormes túnicas de terciopelo. Cuando llegan hasta el refugio de madera se detienen y se arrodillan casi al mismo tiempo y aunque estén de espaldas a la plaza y la gente no pueda ver lo que están haciendo, todos saben que están apoyando en el suelo tres cajitas, tres ofrendas que acuestan a los pies de ese niño que todavía no ha caminado un solo paso y que no conoce nada aún, y cuya piel acaricia suavemente el calor de la hoguera.

Plano aéreo

En lo alto del Ayuntamiento, donde está el reloj, sobresale un cable que cruza el cielo de la plaza y termina sobre una farola, al otro lado. Justo a la altura del refugio de madera, deja caer un conjunto apretado de bombillas blancas que, miradas de frente, y a lo lejos, conforman una estrella perfecta. Hay perros acostados en los rincones y alguien ha cubierto sus cuerpos con mantas de algodón blanco nudoso, para que parezcan corderos. Los tres pajes que esperaban junto a la carretera se apoyan un momento en los costados de sus camellos de cartón.

Antonio, el del kiosko, enciende el foco que han traído del teatro para iluminar la salida de los Reyes del Portal. Sus coronas resplandecen. ¡Aleluya! Gritan las vecinas que han hecho cola durante horas para poder ver el espectáculo en primera fila, detrás de las vallas. Elena y Alfonso les sonríen desde dentro del portal, felices de haber sido escogidos como protagonistas porque hace solamente un mes que nació su hijo.

Ricardo, el concejal de cultura, hace una pasada más de la cámara sobre la plaza, asegurándose de recoger las personas, los animalillos, los restos de nieve. Por último, enfoca a la estrella de Belén y cuando suena la última nota del villancico, todos aplauden.

CORTEN.

Juncal Baeza Monedero (Madrid, 1982), es Licenciada en Ciencias Ambientales por la UAM.

  • Ha sido ganadora y finalista en numerosos concursos literarios, el último fue en 2021, el Primer premio en el XX Premio Nacional de relatos cortos de la ASOCIACION DE MUJERES PROGRESISTAS DE BADAJOZ, con el relato “MI REFUGIO”.

LIBROS PUBLICADOS

Primera Edición: agosto 2018. Segunda Edición: noviembre 2018.

      Finalista en el XVI Premio Setenil 2019,  al mejor libro de relatos publicado.

  • “EL CORAZÓN DE LAS MINAS”. Publicación apoyada por la Unión Europea y el Ministerio de Minería de Bolivia. Diciembre 2014.
  • “VIDAS INFINITAS”. Publicación apoyada por la Unión Europea y el Instituto Nacional de la Juventud de El Salvador, Octubre 2013.

AGRADECIMIENTOS:

A todas las personas que han enviado sus relatos al concurso, a la Asociación de Mujeres Escritoras e Ilustradoras, a Culturamas, a Muriel Aldama por su ayuda para organizar los lotes de cuentos, a los miembros del jurado y a los lectores y lectoras de cuentos, porque como decía Roald Dahl, si no crees en la magia, nunca la encontrarás.

2 thoughts on “Fallo del XVIII Certamen de Relato ¿Dónde está la Navidad?

  • el 18 diciembre, 2022 a las 5:25 pm
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    Juanito Pertulasi, de Los Hornos sur,no terminó la primaria en 1990, pero le gusta mucho escribir.
    Le encanta la navidad y narrar villancicos e historias. Se le ocurrió compar sus obritas con estos patrones de referencia y entendió que jamás se le podrian ocurrir narrativas semejantes.
    También, se dio cuenta que para esos niveles de construcción literaria hacen falta tamaños curriculums. Le preguntó a su esposa, Tota Pertulazi, y ella, le dio un ejemplo gráfico y contundente : imaginó que era como subir al ring a pelear con Tyson.
    Juanito, de Los Hornos, ya jubilado, desistió.

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  • el 18 diciembre, 2022 a las 5:29 pm
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    A lo mejor, convendría ya, como alguna vez hicieron con el box, establecer categorias, para evitar que la mayoria de los pesos mosca se encuentren de imprevisto con los Tysons y asi dejar de ser el relleno que da volumen a las contiendas.

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