«El secreto» de una familia va del melodrama cómico a la plena diversión

Por Horacio Otheguy Riveira

Las obras del francotunecino Eric Assous son muchas y muy variadas. El también guionista y director de cine fallecido a los 64 años —hemorragia cerebral—, ha tenido, y sigue teniendo, gran éxito internacional con piezas generalmente ligadas a los conflictos de parejas heterosexuales, su libertad y la necesidad de que todos se perdonen porque el sexo, después de todo, no es más que un juego de niños mientras el otro/la otra entienda las situaciones con la misma generosidad.

Arturo Fernández (1930-2019) fue pionero en darnos conocer a este autor con La montaña rusa, una prodigiosa comedia en la que un donjuan entrado en años lleva a su apartamento a una joven para encontrarse con impactantes sorpresas. En aquel 2010 le acompañaba una espléndida Carmen del Valle, logrando entre ambos despertar sonrisas del público ante el devenir de un hombre y una mujer y el imperioso deseo de conquistar y ser conquistados.

Ahora, con El secreto, se abunda en el tema expandiéndolo al ámbito más variado de la familia, haciendo hincapié en conflictos de padres e hijos, enredando con buenos argumentos y dejando flotar en el ambiente una necesidad: la de confiar en que todos los dramas y tragedias amorosos siempre se han producido por falta de sentido del humor.

En efecto, Eric Assous ha sido un enamorado del amor en sus vertientes más hilarantes, pues, fiel a la tradición de la comedia francesa, derriba mitos burgueses y consigue que sus personajes se rindan a la seducción del placer sexual como un divertimento inocente, ingenuo, ese que se produce «sin querer», porque se da, por ejemplo, con una caricia inesperada o apenas con un beso que cae como llovizna en día de sol y los cuerpos se dejan llevar, aunque los abrazos más fuertes se sigan dando en otra parte.

Si el asunto se ha enfrentado en la historia del teatro a los celos tremebundos «de un monstruo de ojos verdes», y numerosos crímenes pueblan los clásicos escenarios —por no decir las páginas de sucesos— en El secreto, da pie a un cruce de historias que, confidencia va, confidencia viene, se desliza con frescura del dramón cómico a la comedia más hilarante porque adultos veteranos e hijos jóvenes no son más que niños entusiasmados con el descubrimiento de lo estupendo que resulta jugar a los médicos… sin pensar en otra consecuencia que el placer inmediato.

El director Ramón Paso se ocupa de que las sonrisas con que seguimos la función se transformen en carcajadas con una serie de gags visuales, y la entusiasta entrega de sus intérpretes, que han entendido a la perfección el juego ideado por autor y director para que reine la dicha de estar en la gloria cuando se cruzan en el camino buenos gozos sin sombras.

Para que esto funcione, sin duda, se ha servido de cuatro estupendos comediantes, una escenografía funcional, y un ingenioso vestuario muy colorido.

Ángela Peirat y Jorge Pobes, joven matrimonio con infidelidades curiosas. Susana Hernáiz y Carlos Chamorro, el amor veterano enfrentado a otros amores que explosionaron como fuegos artificiales.

Susana Hernáiz tiene la soltura y simpatía suficientes para conquistarnos como una madre encantadora, abuela modélica y esposa… bueno, como tierna y furibunda esposa, dueña siempre de muy eficaces registros.
Carlos Chamorro es el padre padrísimo, exagerado en sus emociones y en su amor por su hijo treintañero. Histriónico como le conocemos, sabe entrar en los vaivenes de un personaje muy seguro de sí mismo, hasta que, de pronto y sin venir a cuento, se descubre un secreto y luego otro más…
Jorge Pobes es el único hijo de los dueños de casa; casado y con un recién nacido se resiste a crecer. A sus 30 años peca de adolescente que, sin embargo, ya ha saboreado la propia infidelidad, si bien ahora le toca padecer la de su esposa.
Dulce mamá, infiel «sin querer, por un flechazo irresistible», es también una buena caja de sorpresas. La interpreta Ángela Peirat, quien pronto hará un buen doblete, pues también participará en otra producción de la casa, en el horario de las 22: El abanico de Lady Windermere.

Autor: ERIC ASSOUS
Traducción y adaptación: VIRGINIALÓPEZ-BALLESTEROS
Dirección: RAMÓN PASO
Vestuario: LANA SVETLANA
Escenografía: RAÚL SUÁREZ MARTÍN-MARIO LÓPEZ PINILLA

 

TEATRO LARA HASTA EL 18 SEPTIEMBRE 2022

TEATRO FÍGARO DESDE EL 21 DE SEPTIEMBRE 2022

 

_________________________________________________________________

Otras obras de Eric Assous (Túnez, 1956-París, 2020) en CULTURAMAS:

El contador del amor 

Nuestras mujeres

____________________________________________________________________________________

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *