Visceral y lúdica, animal y lírica: grandiosa Carmen Conesa en la Medea de Georg Anton Benda

Horacio Otheguy Riveira.

George Anton Benda (1722-1795) fue muy admirado por Mozart, y en esta función brota con una naturalidad conmovedora un epílogo sin palabras, creado por la directora Marta Eguilior de la mano del genio de Salzburgo y Lacrimosa de su Requiem. Emocionante cierre para un montaje audiovisual de profunda emoción intelectual, donde cuanto se ve, desde la piel de la primera actriz y de los bailarines-actores tiene que ver con un paisaje sobrenatural en el que el personaje principal atraviesa todos los tiempos desde la mitología griega a nuestros días, sin necesidad de hacer mención alguna, pues el recorrido del texto y la música (multipresente en escena con un formidable cuarteto de cuerdas) nos conducen invariablemente a una región fantasmal donde la muerte dialoga con la desesperación de una mujer rechazada por un hombre que prefiere a otra más joven.

El mero conflicto —demasiado vapuleado por obras maestras y chapuzas de andar por casa—, sigue adquiriendo, siglo a siglo, la dimensión trágica del amor no correspondido. Y en esta catarsis, Medea es el personaje que mayor desafío concita, mayor responsabilidad artística y psicológica en el contexto patriarcal en que se mueve, tanto en la mitología griega como en Eurípedes, el poeta primero que la llevó a escena, y todos los maestros que le siguieron, como la de Vicente Molina Foix.

En esta Medea del músico Benda; del escritor Gotter, autor del texto, y Marta Eguilior coautora y directora, todo se trastoca con una libertad expresionista que por momentos corta la respiración de la gran actriz que está al frente, a punto de desmoronarse dentro y fuera de su enorme vestido, en compañía de espectadores a los que también les cuesta respirar.

Ya desde el comienzo, con los músicos en penumbras, la voz de Conesa, declamando como si cantara, marca el compás de una sesión teatral que no se parece a ninguna otra, fijando en la primera escena las raíces de su locura:

¡Morada familiar! ¡Antaño sagrada para los lares y en devota armonía con la dicha doméstica y la inquebrantable fidelidad! ¿Y aún sigo atreviéndome a volver a franquear tus puertas? ¡Refugio de dichas indecibles, para mí perdida ya de por vida! La casa de mi marido, que me aparta de él! De mis hijos, ¡ah, que ya no son míos! ¡Desdichada Medea! Desdichada, porque, ¿acaso puedes vengarte? ¿Adónde han ido a parar ahora las grandiosas aspiraciones con las que viniste?

En escena, una Medea con Carmen Conesa irreconocible, transformado su tan expresivo rostro en un ser visceralmente expuesto a las emociones. Tan impulsivo e irracional como un animal, y a su vez prendido a un texto y una partitura de fabulosa dimensión lírica.
Carmen Conesa, Marta Eguilior: actriz y directora trabajando sobre lo que será un despliegue insólito en la relación de la intérprete con su gran traje, portando a su vez un maquillaje-máscara muy especial y una prótesis como corsé de un ser mitológico.
Medea, mater amatísima, en escena con nacimiento de sus hijos. Minuciosa labor de actores-bailarines, de pronto cantantes: Ricardo Barrull, Ylenia Baglietto. (Foto: Dolores Iglesias).
(Foto: Dolores Iglesias)
Marta Eguilior, directora de escena, investigadora, dramaturga, madrugadora (a las 7 de la mañana corre bordeando un río), con mil y una fantasías rondándole al tiempo que tres palabras la colocan a ras de tierra: «Tengo un proyecto», de los de verdad con pico, pala, papel y clave de Sol, aprobados o en vías de hacerlo, en borradores o a punto de estrenar…

A continuación, recomiendo un vídeo con comentarios de sus creadores entre imágenes de ensayos; en él, los lectores de estas líneas pueden darse un mayor acercamiento a un espectáculo insólito muy recomendable:

https://www.march.es/es/madrid/concierto/medea-melodrama-georg-anton-benda

¡Desencadénate tormenta, y lanza tus aullidos! ¡Desgarrad, rayos, desgarrad  el cielo nocturno! ¡Rugid con fuerza, truenos de la venganza! Y vosotros, los ayudantes de la noche, horror, furia, desesperación, ¡precipitaos sobre el cortejo nupcial que avanza desde las puertas del templo alardeando de su victoria! ¡Triunfo! ¡Triunfo! ¡Han escuchado mi ansia de venganza! ¡Venganza!

Medea, melodrama en un acto y ocho escenas con libreto de Friedrich Wilhelm Gotter (versión en castellano) y música de Georg Anton Benda (1722-1795)

Dirección de escena Marta Eguilior

Músicos en escena como un personaje más

Cuarteto Seikilos

Iván Görnemann, violín

Pablo Quintanilla, violín

Adrián Vázquez, viola

Lorenzo Meseguer, violonchelo

REPARTO

Medea Carmen Conesa

Jasón / hijo mayor de Jasón Ricardo Barrul

La aya / hijo menor de Jasón Ylenia Baglietto

EQUIPO ARTÍSTICO Y TÉCNICO

Escenografía Marta Eguilior

Diseño de vestuario Betitxe Saitua

Ilustraciones Santiago Caruso

Diseño de iluminación El señor del bombín

Caracterización y prótesis Sarai Núñez

Ayudante de dirección y producción Nuria Hernando

Ayudante de caracterización y prótesis Luis Briz

Copistería musical Foents Editor (Adrián Fuentes)

Traducción del texto del melodrama Luis Gago

EQUIPO TÉCNICO DE LA FUNDACIÓN JUAN MARCH

Scope Producciones S. L.

Coordinación Patricia Pérez de la Manga

Realización y vídeo Carlota Falcó, José Sevilla Juanma Paz

Iluminación Álvaro Caletrio y Marina Blanc

Sonido Simón Rey Joaquín Martín

Operador de cámara Javier Millán

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