Alberto Medina.
Durante cinco días la mítica compañía catalana de teatro, La Fura dels Baus, representó “Sons, Ser o no Ser”, con la dirección artística de Carlus Padrissa, en Málaga. Punto de partida de su gira europea, esta coproducción con el Teatro Cervantes de Málaga se inspira en la tragedia Hamlet apelando a los sentimientos más profundos.
La Fura dels Baus, fundada en 1979, es excentricidad, innovación, adaptación, ritmo, evolución y transgresión. Estas características y esencia únicas llevaron a la compañía a ser pionera en la reconceptualización de dos de los elementos más significativos del arte dramático: el espacio teatral y el público. Así, respectivamente, redefinieron el espacio trasladándolo a uno no convencional y cambiaron el papel del público de pasivo a activo, lo que supuso una rotura de la “cuarta pared”. Y es que, no hay creación sin riesgo, una premisa recopilada desde sus primeros espectáculos callejeros, donde nació la auténtica esencia de La Fura y su “lenguaje furero” con su primera trilogía: Accions (1983), Suz/o/ Suz (1985) y Tier Mon (1988).
La capacidad de unir y adaptar la carnalidad y el misticismo, la naturaleza y el artificio, la rudeza y la sofisticación, el primitivismo y la tecnología, en cada actuación, ha dado a La Fura dels Baus su éxito y prestigio internacional.
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Aunque ya desde sus inicios La Fura se arriesga en sus montajes, siempre son novedosos y llevan al público a una experiencia plenamente inmersiva. La sala de ensayos del teatro Cervantes, en calle Bodegueros, ha sido el marco para una obra no apta para aquellos que busquen una simple representación de Shakespeare. Además de aludir a los fantasmas, a la locura y a la muerte en todas sus formas, también es un canto al origen atávico de la humanidad, al desarraigo y la amparable globalización. Una obra que nos recuerda que la lucha por los recursos como el agua será la gran batalla internacional.
Una obra multimedia y transgresora
No sorprende la actuación de los intérpretes de La Fura, actores que se mueven, saltan, gritan e interaccionan con el cuerpo. No existen grandes protagonistas, todos participan en una improvisación muy coordinada. Además de con su cuerpo juegan con todo el espacio de la sala, e incluso los personajes traspasan la cuarta pared.
El video inmersivo y todo el montaje de luces complementa esta experiencia única. Proyecciones y estructuras móviles aturden al espectador, con un ambiente industrial. De hecho, avisan que el espectáculo de luces no es apto para personas sensibles.
Quizás era difícil comprender lo que estábamos sintiendo y disfrutando, seguir el hilo narrativo fue todo un desafío, pero no importaba en absoluto. Gracias a la música, se creaba una atmósfera especial, llena de ritmo y emoción, que invitaba a sumergirse con Ofelia en un sueño onírico y trágico. Porque, como dijo Hamlet, “Morir es dormir… /dormir… y tal vez soñar”.
En definitiva, una obra multimedia y transgresora, en la que a veces los personajes se funden con el video y nos vuelve a invitar a salir de nuestra zona de confort.
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Carlus Padrissa – La Fura dels Baus, director artístico y compositor musical
Carla Juliano – Producción artística internacional
Mireia Romero – Ayudante de dirección artística y coreografía
Ferran Plana – Coach actoral
Tamara Jokismovic – Ayudante de dirección artística, diseño de escenografía, atrezzo y vestuario
Damià Duran – Técnico de sonido
Eyesberg Studio (José Valiñaa) – Video y creación audiovisual
Anigami (Pep Padrós) – Jefe técnico de rigging
Daniela Juliano – Dirección de producción
Meritxell Viñas – Management La Fura dels Baus
Carla Juliano – Producción general –

