Por Alberto García-Teresa.

La agudeza y capacidad de análisis y revelación como lector de Miguel Casado (1954) le continúan situando como uno de nuestros críticos literarios más lúcidos, perspicaces y honestos del campo poético español. Su larga y tenaz trayectoria, con su constante y amplia mirada reposada e indagadora (capaz de sumar y vincular referentes aparentemente lejanos), ha permitido conoanálisiscer, aprender, interpretar y disfrutar más, en suma, de la obra de muchos poetas. Su planteamiento no es del dibujar mapas ni planificar listados, si no acercarse a los textos para ayudar a comprenderlos y leerlos mejor. Los distintos volúmenes que ha ido publicando la valiente editorial Libros de la resistencia dan cuenta de ese buen hacer.

El presente título recoge conferencias y algunos artículos comunicados en los últimos siete años, pero se incluye alguna recuperación anterior. Aunque el grueso del libro se compone de textos que analizan obras y autores concretos (los cuales, sin embargo, en muchas ocasiones dan pie a sustanciosas reflexiones más amplias), considero que el peso del volumen debe ubicarse en los tres ensayos (y la entrevista) teóricos o más generales sobre poesía y filosofía del lenguaje que conforman la primera parte del libro. De gran valía y resonancia, “Notas sobre pérdida y deseo de realidad en poesía” es el material que lo abre. De hecho, como así lo señala el propio Miguel Casado, constituye el eje del resto del volumen. En sus páginas, el autor desarrolla un sugerente y complejo cuestionamiento de los debates sobre simbolismo y realismo o referencialidad. Continúa “El deseo de la realidad” abriendo que ese deseo “viene a ser una utopía, un poner la vida en tensión para mantenerla viva” en un entorno “saturado de discursos, sin límites precisos con lo virtual”. Y desbroza propuestas tan estimulantes como “pensar solo hasta producir preguntas, evitar los gestos con voluntad de cierre” o su apuesta por “una práctica del quizá; se trataría de sostener la duda no como algo que toca sobre todo al conocimiento, sino más bien relativo a la moral; algo que impida la coagulación de fijezas, de creencias dogmáticas e inamovibles”. Esa idea de movimiento es el cimiento de una forma de mirar y estar en el mundo, y de concebir la poesía (“el poema crece, más bien, desde el no saber, o al menos, desde un ejercicio de suspensión de los saberes previos del poeta cuando escribe”), enormemente valiosa como creadores y como lectores. Con ese pilar, Casado recorre los textos de una gran variedad de poetas: voces como las de Gamoneda, Claudio Rodríguez, Vallejo, Pessoa, Liu Xia, Gastão Cruz, Pedro Provencio, Tania Favela, Mariano Peyrou, Pierre Peuchmaurd, Bolaño, Luis Feria o el crítico William Rowe.

En ese sentido, finalmente, cabe destacar, tal y como lo explicita en las páginas, el posicionamiento de Casado al denunciar el genocidio del pueblo palestino que está ejecutando el Estado de Israel. Las dos últimas piezas se llaman “Las moradas en la arena” y “Por cuatro naranjos” y, en ellas, el autor se aproxima a las obras de Emil Habibi y Muril Barguti. Porque, como nos indica Casado, la poesía no difumina la realidad sino que la subraya.

Miguel Casado
Cosas contemporáneas. Ensayos sobre poesía
324 páginas

Libros de la resistencia, 2025