Horacio Otheguy Riveira.

Una soledad enfermiza que se defiende a capa y espada, de soliloquio en soliloquio, atrapada en la red de una permanente neurosis. Del monólogo de nuestro tiempo -en el que los encuentros más íntimos o grupales devienen en la incapacidad de empatizar- surge esta irregular función con notables aciertos, y un tropiezo importante en texto y puesta en escena: hora y media de un discurso plano, con muy pocas escenas destacables.

La joven castigada a servicios sociales por un comportamiento que conoceremos bien avanzada la función, se agita entre ataques y defensas, amor y desamor, aluvión de voces en su infatigable cabeza, mientras su cuerpo recorre el escenario de manera agitada e incombustible.

La dirección de Patricia Benedicto y Sergio Iglesias enriquece visualmente, bien ajustados los apoyos de vídeo y un muy eficaz colaborador, en escena, cámara en mano. De allí vienen los mayores aciertos, si bien considero equivocada la necesidad de acelerar todo el tiempo, sin pausas enriquecedoras que alienten parar la máquina del monólogo que dialoga consigo mismo, agitación permanente para llegar a un final donde se agradece el reposo de quien tanto sufrió por ser La protagonista, un título muy acertado, pues refleja el círculo irredento en el que todo se bifurca para volver al comienzo, una y otra vez, enfocando un mal de nuestro tiempo, analizado por sociólogos y psicólogos como parte esencial de la vida en las ciudades.

 

Siempre dentro de la muy socorrida estructura de los recursos teatrales a la vista, con cámara en mano siguiendo a buen ritmo a los actores, Ariana Martínez se desdobla en sus muchas vertientes, los yoes de una mujer empeñada en protagonizar su propia vida. Mantiene a todo gas sus objetivos, según el deseo de la autora y los directores. Logra un trabajo muy notable que deja entrever posibilidades muy ricas en variedad de personajes, cuando le toquen empeños más matizados.

Sam Arribas aprovecha muy bien los silencios –a veces hieráticos, en otras ocasiones muy expresivos–, y juntos abordan estupendamente una de las mejores escenas: reencuentro con ex basado en diálogos imposibles, muy logrados monólogos entrecruzados y un brillante ejercicio humorístico en toda la situación.

 

Una risa nerviosa asalta, cada tanto, para descontaminar el infatigable hablar sin parar, a menudo para repetir círculos constantes, dramas ocultos, angustias soterradas…

 

 

DRAMATURGIA: Mélanie Werder
DIRECCIÓN: Patricia Benedicto y Sergio Iglesias
INTERPRETACIÓN: Ariana Martínez y Sam Arribas
PRODUCCIÓN: Ariana Martínez, Patricia Benedicto y Sergio Iglesias
ASISTENTE DE PRODUCCIÓN: Laura Sáez
ESPACIO ESCÉNICO Y DISEÑO DE ILUMINACIÓN: Iván López-Ortega
DISEÑO DE VESTUARIO: Patricia Benedicto y Ariana Martínez
ESPACIO SONORO Y DISEÑO DE AUDIOVISUALES: Sergio Iglesias
REALIZACIÓN: Isabel Iglesias
FOTOGRAFÍA: Carlos Villarejo
PRENSA: Lemon Press

SALA CUARTA PARED HASTA EL 4 DE OCTUBRE 2025