Horacio Otheguy Riveira.
Brillante comienzo de tercera temporada en el Rialto de Gran Vía. Nueva sala para el Mejor Musical de 2024, revitalizado ahora con una puesta en escena tan fresca como en su debut.
El musical mantiene muy fresco su espléndido montaje, es decir, sigue teniendo todo lo que hay que tener para empezar muy arriba y seguir creciendo en un show que nunca para de asombrar. Llamarlo genial no es exagerado, se trata de aplicar un adjetivo que no suelo utilizar, pero el exceso de entusiasmo por mi parte está justificado, pues el nivel de excelencia argumental y musical no puede ser mayor.
Todo esto también se da, en gran parte, en otras excelentes piezas del género, pero marca la diferencia el trato de igual a igual con asuntos tan polémicos como los religiosos, entre muchos otros como la identidad sexual, la imaginación de otras culturas como la africana en un encuentro explosivo con blanquitos que van por ahí vendiendo la salvación eterna, hasta que entre unos y otros descubren que lo del Padre Celestial no resuelve nada de lo que de verdad les aflige, que hay que apechugar con imaginación, fuerza de voluntad de supervivientes solidarios, y risa, mucha risa, mientras los cuerpos se desdoblan, bailan y cantan con precisión fantástica, y seis admirables músicos que les acompañan en todo momento.
Los mitos nacen para cambiarlos cada vez que se necesiten.
Dioses hay a montones y en realidad todas son politeístas, sobre todo las vertientes católicas cargadas de santos y vírgenes como imprescindibles compañeros de rutas, y desde hace ya varios años, sorprendentemente en un país con tantas censuras y mitos a caballo del anglosajón «dios verdadero», surge este gran show que juega con la blasfemia como con la necesidad de salir adelante, en función de las necesidades de supervivencia.
El arrojo para fortalecer la imaginación de un tímido muy torpe que va a más y un listo muy listo que va a menos, afianza una de las parejas cómicas musicales más interesantes en mucho tiempo, y los actores que las interpretan logran un ascendente nivel de excelencia a lo largo de toda la función. Se mueven, hablan y cantan con un dominio escénico fuera de serie, destacando en una Compañía de asombrosa calidad coral.
Parodia sin piedad de la iglesia mormona, con capacidad para salpicar a toda institución religiosa. Sátira de excepcional calidad ante la que pueden reír -graciosamente hermanados- ateos, agnósticos y creyentes libres de prejuicios.
En síntesis: un divertidísimo y a la vez muy profundo espectáculo sobre el absurdo de la superioridad colonialista, y la importancia del lema «la unión hace la fuerza», corazón a corazón, codo con codo.

Alexandre Ars, Elder Price: un listo muy listo que descubrirá lazos humanos inesperados, un crecimiento escénico asombroso.

Alejandro Mesa es Elder Cunningham: un chico tirando a idiota que guarda en su interior un poderío inconmensurable.

Aisha Fray es Nabulungi: actriz cantante nacida en Barcelona de padres de nacionalidad gambiana: un aporte encantador de sensual ternura.

TREY PARKER, ROBERT LOPEZ y MATT STONE
ANNE GAREFINO SCOTT RUDIN
ROY FURMAN IMPORTANT MUSICALS LLC STEPHANIE P. McCLELLAND
KEVIN MORRIS JON B. PLATT SONIA FRIEDMAN PRDUCTIONS
The Book of Mormon ha sido elegido el MEJOR MUSICAL de 2024, según los Premios Talía, Broadway World y Premios de Teatro Musical.
Hasta la fecha, ningún otro musical había recibido tan unánime reconocimiento de los 3 premios que anualmente otorga el sector, la crítica y el público.

