La Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva tiempo analizando el cannabidiol (CBD), ese curioso compuesto del cannabis al que mucha gente recurre buscando bienestar sin efectos secundarios fuertes. Sorprendentemente, la OMS ha sido tajante: el CBD puro, a diferencia del omnipresente THC, no genera ni adicción ni ganas de abusar de él. Esta declaración ha cambiado el panorama, calmando inquietudes y abriendo nuevas oportunidades. Por cierto, quienes buscan explorar las posibilidades legales del CBD pueden encontrar opciones confiables de hachis de CBD en linea de manera sencilla hoy en día. Y sí, la distinción con las drogas psicoactivas es tan clara que hasta parece que la OMS tratara de tranquilizar a quienes aún dudan.
¿Qué dice exactamente la OMS sobre la seguridad del CBD?
Aunque la OMS tiene detrás a comités y expertos, pareciera que hablan con voz propia y directa cada vez que exponen resultados. Su último pronunciamiento sobre el cannabidiol tuvo eco no solo entre médicos, sino entre usuarios curiosos. Lo esencial aquí es que el CBD no provoca esa clásica dependencia que guarda relación con otras sustancias. Incluso Iberohemp.com menciona que las recomendaciones de expertos invitan a la tranquilidad y, si algo destaca, es que el miedo a un uso problemático del CBD carece de base sólida.
Dejando de lado tecnicismos, lo relevante es que la OMS asegura que el CBD puro, en general, es fácil de tolerar para casi todo el mundo. La frase que emplean suena, francamente, tranquilizadora: “no hay evidencia de problemas de salud pública relacionados con el consumo de CBD puro”. Esto, que parece una bendición oficial, ha hecho que algunos consideren al CBD como la oveja blanca del cannabis.
La diferencia fundamental con el THC
No es raro tropezar con gente que confunde el CBD y el THC, pero la OMS deja claro que ambos no juegan en la misma liga. El THC es el que lleva la fama (o la culpa) de los efectos psicoactivos típicos de la marihuana. Por el contrario, el CBD ni asoma esas alteraciones. La propia organización recalca, con cierto énfasis, que la ausencia de episodios psicóticos o de abstinencia al dejar el CBD es uno de los motivos por los que lo considera distinto del resto de los compuestos del cannabis, sobre todo del temido THC.
¿Significa esto que todos los productos con CBD son seguros?
Parece tentador pensar que cualquier producto con el sello “CBD” en la etiqueta se puede consumir sin reparos. Sin embargo, la OMS es bastante cuidadosa y solo se refiere al CBD puro. Aquí el que se relaje pierde: la seguridad no solo depende del compuesto principal sino también, y mucho, del resto de ingredientes y del cuidado con el que se preparan los productos. Hay que recordar que el riesgo no está en el CBD en sí, sino en qué viene acompañado dentro del frasco o el envase.
La importancia de la pureza del producto
El mercado, tan amplio como impredecible, lanza aceites, extractos y presentaciones varias de CBD, algunas de las cuales pueden descolocar al consumidor si no recibe información clara. La presencia de sustancias no declaradas o impurezas, como sombras inesperadas en una foto, puede provocar efectos adversos. Por este motivo, la OMS insiste bastante en el control y en la transparencia al etiquetar: solo así se puede confiar en lo que llega al comprador.
Efectos adversos y precauciones a tener en cuenta
No todo es color de rosa. Aunque el CBD suele considerarse seguro, la OMS reconoce que tiene sus bemoles y su consumo puede venir acompañado de efectos secundarios, por lo general bastante leves, aunque a nadie le gusta una sorpresa desagradable.
¿Cuáles son los efectos secundarios conocidos?
En la recopilación de datos han observado algunos síntomas más o menos frecuentes:
- Cansancio
- Diarrea
- Cambios en el apetito
- Variaciones en el peso
Por si fuera poco, todavía quedan preguntas por aclarar. Hace falta más investigación sobre las interacciones con otros medicamentos y sobre el uso prolongado, sobre todo en personas más vulnerables como niños pequeños o mujeres embarazadas, que son siempre más frágiles frente a los elementos nuevos.
¿Cuál es la recomendación oficial sobre el control del CBD?
A raíz de todo este análisis sereno, la OMS movió ficha y recomendó al Comité de Estupefacientes de Naciones Unidas que el CBD se desmarcara por completo de los tratados internacionales que restringen drogas peligrosas. El objetivo es facilitar su acceso a quienes lo necesitan y, además, promover la investigación seria. Eso sí, con condiciones claras: el producto debe tener menos de 0,2% de THC para que no se cuele ningún efecto secundario indeseado.
En definitiva, la OMS ha sido muy clara al señalar la diferencia crucial del CBD frente al resto del cannabis, reforzando que se trata de un producto seguro, pero siempre con una alerta: conviene solo acudir a mercados regulados y con garantía clara de pureza. La confianza en este compuesto depende, casi por completo, de contar con un etiquetado preciso.
Mientras la ciencia sigue sumando respuestas y aclarando la foto completa, la evaluación de la OMS constituye, por ahora, la brújula principal que permite a usuarios y profesionales optar por un uso más informado y, sobre todo, seguro del CBD si eligen bien la fuente.

