
Redacción.– La editorial Renacimiento acaba de publicar una antología de aforistas clásicos franceses, titulada Un monstruo incomprensible (en referencia a un apunte de Blaise Pascal en sus Pensamientos). El volumen recoge una amplia y variada muestra de aforismos, máximas, sentencias y apuntes escritos por autores que vivieron entre los siglos XVII y XIX (La Rochefoucauld, Chamfort o Joubert, entre otros), conocidos por practicar una escritura en la que combinaban la observación de las costumbres de su época con la convicción de que la naturaleza humana. Esta vocación, al mismo tiempo sociológica y antropológica, les hizo acreedores del rótulo de «moralistas», pues no se abstenían de amonestar y aconsejar a sus contemporáneos para mantenerse en la senda del bien, la verdad y la bondad, frente a las tentaciones de los vicios, los abusos y los excesos.
Como se lee en el prólogo, «la pecualiaridad de los moralistas franceses es que se echan a la espalda la ardua tarea de juzgar la conducta humana (aunque, por la clase y la época en que vivieron sus autores, esta se ciñe a los estrechos márgenes de la buena sociedad) en un formato que no es el esperado para una misión tan hercúlea: la frase, el apunte, el fragmento. En lugar de articular sus observaciones de acuerdo con los géneros considerados nobles (el tratado, el diálogo, incluso el teatro), se atrincheran, a modo de los francotiradores, en una torre almenada desde la cual capturan los numerosos actos fallidos que, en el curso del día a día, desenmascaran nuestras hipocresías, nuestras flaquezas, nuestras mezquindades: en suma, nuestra lamentable condición humana».
Los contenidos han sido seleccionados por José Luis Trullo, que además escribe el prólogo y las presentaciones de cada uno de los autores, y traducidos a cuatro manos por Miguel Ángel Real y el propio Trullo. Entre los aforismos incluidos en el libro seleccionamos algunos, a modo de botón de muestra:
Estar demasiado descontento de sí mismo es una debilidad. Estar demasiado contento, una necedad. (Madelaine de Souvré)
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Prometemos según nuestras esperanzas y cumplimos según nuestros temores. (La Rochefoucauld)
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Si nos consolamos con poca cosa es porque con poca cosa nos afligimos. (Blaise Pascal)
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El placer de la crítica nos arrebata el de sentirnos intensamente tocados por lo sublime. (La Bruyère)
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Quien sabe sufrirlo todo puede atreverse a todo. (Vauvenargues)
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Para no mentir, ¿basta con decir la verdad? No: hay que decir toda la verdad. (Malesherbes)
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Saber aburrirse es un arte. (Chamfort)
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Un libro que hay que sostener es un libro que se está cayendo. (Rivarol)
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Todo lo que admiro me conmueve, y aquello que amo no puede resultarme indiferente. (Joseph Joubert)
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El alma del hombre es transparente como el agua de la fuente, mientras no se han removido las penas que están en el fondo. (Joseph Joubert)

