Carolina Otero Belmar (Valencia, 1977) es licenciada en Filología Hispánica e Inglesa y profesora de Lengua y literatura en un instituto de educación secundaria. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Versos para un hombre de pero en pecho, Anunciado en televisión, 43 m2, Balada del rímel corrido, No te hagas el muerto, La pena y el blíster (plaquette), Piscina fuera de temporada y Curso avanzado de perra, por el que obtuvo el Premio de Poesía Irreconciliables en 2021. Faber Andorra le concedió una residencia artística en La Massana para llevar a cabo Indoeuropeu de colps (2024), proyecto interdisciplinar de videopoesía y música sobre las violencias contra la mujer. En cuanto a su faceta musical, funda el proyecto de cantautora alt rock con banda Carolina Otero & The Someone Elses en 2009. Popalina (No Aloha Records, 2023) es su quinto álbum. Recientemente le han otorgado el premio València de Poesía en castellano por El día que dejamos de ver porno. El jurado ha valorado la desinhibición y el lirismo: la voz que leemos, incisiva, responde a mostrar el ejercicio de poder masculino y la asimetría, que viene dada por el uso de un lenguaje que rompe sintaxis y estructura, y se extiende con brillantez durante el libro.

 

Javier Gilabert: ¿Cómo y cuándo surge la idea del libro?

Carolina Otero: Supongo que el germen ya está en Curso avanzado de perra, mi libro anterior, a pesar de que, en cuanto al proceso de escritura, entre los dos hay al menos tres libros inéditos. Parece que en psicología se habla de un momento de sufrimiento máximo fundamental para que haya epifanía y sanación; trasladémoslo al terreno de la materia poética. Hay un hartazgo en lo vital -en las violencias propias pero también en las señaladas en las otras mujeres y criaturas (pornografía, proxenetismo)- que me lleva al grito. El grito, al descoyuntamiento; a la búsqueda de la palabra en una nueva lengua.

 

Escribo directamente a ordenador pero me gusta tachar, reparar y comentar manualmente 

¿Cómo fue el proceso de escritura? ¿Ha cambiado tu forma de trabajar con respecto a tus obras anteriores?

Este libro ha salido a modo de largo poema, y entiéndase bastante literalmente, de hecho una de mis intervenciones consistió en segmentar el “chorro” poético en textos menores para aliviar la intensidad (eso pensé). Salvo la coda, el texto salió de una, como algo mágico. Ese primer texto lo he ido editando múltiples veces, las que he ido imprimiendo y enmendando a mano. Yo escribo directamente a ordenador pero me gusta tachar, reparar y comentar manualmente. Mi modo de trabajar, en definitiva, ha cambiado. Es un texto total, orgánico; forma, fondo y tono diría que están muy bien “integrados”. No es en absoluto una colección de poemas que he agrupado bajo un título una vez redactados: es un libro conceptual.

 

¿Qué pistas o claves te gustaría dar a los posibles lectores?

Mi poemario va a abrir una herida y va a cambiar una forma de amar. La forma de amar a la europea está anclada en la servidumbre medieval del sin-ti-no-soy-nada pop que reconoce una sierva y un señor en este caso y sigue, además, un falso patrón de libertad sexual por el supuesto sistema de igualdad en el que somos educadas (patriarcado de consentimiento). En este libro estalla todo, incluso el lenguaje, porque se señala que nos han enseñado a mal amar. Todo esto de que va a cambiar una forma de amar lo retiro ahora mismo: es pedirme mucho como escritora y yo he necesitado vivir mi vida para entenderlo. Sin embargo, ojalá la lectora, el lector, temblara conmigo un poco con todo este dolor que hay aquí dentro recogido en forma de grafías.

Añadiré que he querido pasármelo muy bien escribiendo este libro híbrido donde junto a Maya Deren, Yorgos Lanthimos y el Arcipreste de Hita.

 

Creo muchísimo en la intuición

¿Qué papel desempeña la estructura o la disposición de los poemas en el volumen? ¿Fue algo deliberado o más intuitivo durante el proceso de creación?

Creo muchísimo en la intuición que tenemos las que llevamos tiempo escribiendo. Fíjate que yo ya lo hacía en el instituto y mi primer libro es de 1998. Es decir, probablemente disponga ya de unos buenos archivos que quisiera la IA para sí, con mis recursos, mis giros y mis estructuras. A partir de ahí, como he dicho, este libro sale a modo de poema único, algo tipo “chorro de conciencia”, donde la belleza de una palabra, que puede venir por su fonética (“carcaj”) o su etimología (“femenina”, que podría ser “la que habla menos”), o un eufemismo (por ejemplo, queriendo huir de “poner a cuatro patas”, llegué al  término “acémila”), es, según creo, un potente hallazgo. Creo, en fin, en la estructura de mi intuición, que sonará a oxímoron.

 

No hago más que querer escribir de otra manera

¿En qué medida veremos en este libro o noel eco de tus trabajos previos?

Para mí, todo arranca en 2017 con No te hagas el muerto (Ed. Lupercalia). En ese libro me alejaba ya de la llamada poesía de la experiencia tal y como se ha entendido en España. Desde entonces, no hago más que querer escribir de otra manera que para mí significa inventarme otra lengua, escribir en “carolino”.

 

Te pongo en un aprieto: si tuvieras que quedarte solo con tres poemas de El día en que dejamos de ver porno, ¿cuáles serían?

Es difícil seleccionar textos en este caso porque creo que he hecho trampa fragmentando el poema largo que puede ser mi libro. Entiendo EQDDVP como un largo hilo con varias secciones, no un libro con poemas breves. No obstante, dada la fragmentación que yo misma he procurado, creo que pueden funcionar bien, a modo de muestra, los siguientes, y que operan como cartas en la sección “Querido Dios: ¿Tú crees que soy bonita?”:

 

El libro que acaba de hacerte mecedora del Premio València aborda sin pudor la asimetría de poder y los usos de la mirada y el deseo. ¿Qué te impulsó a poner el foco en ese tema, tan actual como incómodo?

Una saturación por acumulación de las violencias sistémicas contra la mujer y las criaturas. Las presenciamos constantemente, también la violencia institucional, y parece que no podamos hacer nada. Además, coincidió la redacción de El día que dejamos de ver porno con la ejecución de mi proyecto audiovisual en Andorra Indoeuropeu de colps para la residencia artística Faber: un projecto audiovisual que trata las violencias contra las mujeres y las criaturas. Tenía el asunto muy vivo desde el juicio de La Manada, y la indignación y dolor fueron creciendo con el caso de Gisèle Pelicot y el de proxenetismo y empresarios en Murcia.

 

Es la única manera que yo he encontrado de señalar la violencia que no se ve

El jurado ha destacado el rompimiento de sintaxis y estructura”, el lirismo y la desinhibición con que abordas la experiencia del poder y el deseo. ¿Qué tienes que decir a esto [risas]?

Digo que para hablar “carolino” (que es cogiendo mucho aire y haciendo como que rompes grúas y huracanes, lloras hasta 1499 y sangras hasta el año 33) se tiene que romper la sintaxis y la estructura, se tiene que poner una muy lírica y beber desinhibición; ¡qué menos! Porque es la única manera que yo he encontrado de señalar la violencia que no se ve, que se empeñar en borrar: con un lenguaje también violento.

 

¿Qué significa para ti recibir un premio tan importante en un contexto que aún parece relegar la poesía a los márgenes?

Se suele decir que las lectoras y lectores de poesía son muy fieles, así que confío en que el premio me haga llegar a ellas y ellos más fácilmente y quieran leer en “carolino”. Estoy muy agradecida por esta oportunidad.

 

Dentro del panorama contemporáneo, ¿cómo percibes la relación entre poesía y cuerpos, entre libertad y censura, cuando miras atrás y comparas tu camino con el de otras poetas que te interesan?

Cuando miro atrás veo que algunos de mis libros no han tenido muy buena fortuna. Creo que Curso avanzado de perra es excelente (va por la segunda edición) y No te hagas el muerto, notable. No puedo comparar mi camino con el de otras compañeras porque tenemos propuestas distintas: si subo a un escenario a defender mis poemas, por ejemplo, suelo hacerlo con proyecciones propias, mi guitarra y un pedal de loops. Cada una hace lo suyo. Creo que hay espacio para mi propuesta y la de muchas otras poetas.

 

Llevo la poesía al terreno de lo musical 

Tu trayectoria musical influye en tu poesía y viceversa. ¿De qué manera dialogan tu escritura lírica y tu voz como frontwoman y letrista de The Someone Elses?

Creo que tengo mis recursos propios, lugares, tono y temas que aparecen tanto en mis poemas como en mis canciones: hay trasvases. Sin embargo, en cuanto a estas últimas, sus textos puede que sean más ligeros pues los compongo siempre a partir de las melodías: su corsé es la música. Cuando recito o hago mis performance, es obvio que llevo la poesía al terreno de lo musical en lo posible.

 

Eres profesora de Lengua y Literatura en un instituto. ¿La experiencia diaria en las aulas permea tus temas, registros o en la actitud con que escribes y compones?

Seguro. Yo creo que tengo especial cariño por el poeta renacentista Garcilaso de la Vega, el romance medieval y la jarcha. ¡Siempre están ahí como el dinosaurio de Monterroso! (Ahora me río yo).

 

¿Qué han aprendido de ti los alumnos, y tú de ellos, que haya terminado filtrándose en tu obra literaria o musical?

Habrá aspectos de los cuales yo no sea consciente, pero es cierto que tengo al menos un poema en un libro de 2015 dedicado a un centro escolar en el que trabajé hace años. Comenzaba: “El azar me ha llevado/ a un despacho/ con vistas al cementerio:/ entre el centro escolar y el campus/ los muchachos se derraman como mar./ A veces llegan las gaviotas/ y me recuerdan que a unos pasos/ reposa la arena donde los jóvenes/ arden su belleza que no sabe. […]”.

 

Por último, como lectora, ¿de quién te gustaría conocer su Primera impresión”?

De la poeta Ana Pérez Cañamares. La sigo desde Economia de guerra (Lupercalia, 2015) y acaba de publicar nuevo libro.

 

 

 

 

***

Tres poemas de El día que dejamos de ver porno

 

*

 

Querido Hache:

 

¿Te gusto más así,

con la mandíbula partida?

 

 

 

*

 

Querido cuerpo:

 

¿Dejarás de haber sido

algún día

palimpsesto que borra Hache;

caja, pan de hamburguesa,

tapa, mantel, basa, catifa?

 

*

 

Querido monstruo cualquiera:

 

Querrías que mi cuerpo te salvara

de tu propia oscuridad.

Mi cuerpo no es una taza. No es

un río. No es

un almacén. No es

tu madre. No es

un pez. Mi cuerpo no es

una caja. No es

una muñeca. No es

un arcón de IKEA.

Mi cuerpo no es un vale descuento.

Mi cuerpo no es pan de hamburguesa.

Mi cuerpo no es el canal de tu redención

ni el podio de tu erección.

Sobre todo, querido señor

de toda índole, porvenir de señor,

ancestro de señor:

mi cuerpo no será puerco.

Mi cuerpo no será puerco.

No será puerco mi cuerpo.