Horacio Otheguy Riveira.
Un hombre de teatro se permite jugar con una libertad inédita cada vez que se encarga a sí mismo una obra, o se la pide alguien que le conoce bien. Así es como imagino la mente, el alma, el cuerpo entero de Alberto Iglesias, a quien sigo en sus diversas facetas escénicas; si lo que más abunda es el actor, tras él hay un dramaturgo y un director: plano y contraplano, que se dice en el cine, pero es mucho más interesante (por mucho que se disfrute ante la pantalla) cuando las perspectivas y los puntos de vista se enfrentan, disuelven, reencuentran… en diversos escenarios, en el diáfano cara a cara de un espectador activo, dispuesto a ver en las historias de otros su propia historia.
Ahora toca letra impresa.
Dos obras editadas en un volumen: Fosa. Memoria de un amor y Las que fueron silencio.
Estrenadas en Euskadi, al parecer solo en castellano, y por Madrid la primera, Fosa…, tuvo un «catártico» marzo de 2023, en la nueva andadura de la Sala Montacargas.

Desde entonces busca su reposición, bolo a bolo, en la constancia de una «Memoria» que reclama al teatro voz y cuerpo, precisamente ahora, cuando demasiados intereses pujan por restablecer el odio, mechando de violencia la vida cotidiana.

Sin duda, resulta muy valiosa esta propuesta de Teatro Para Leer: siempre una experiencia muy emocionante cuando se trata de funciones que no he visto, ya que dos obras de gran interés se ponen al servicio de mi dirección y puesta en escena, a capricho pleno de quien lea, pues no hay influencia alguna (salvo estos breves vídeos que he puesto al final del artículo)… Muy poco y mucho, todo ajeno y todo propio, la clave está en una narrativa de intensa teatralidad creada a través de diálogos ricos en sugerencias, realismo y simbolismos, fusión de elementos que permiten un recorrido singular sobre asuntos generalmente tratados en artículos periodísticos o ensayos.
No duden de que todo lo que ahora van a conocer es tan aproximado a la verdad como solo la verdad puede serlo. Y supone un aviso inquietante de lo que puede suceder, ahora que la memoria se ve de nuevo amenazada por los tiempos de odio y cólera. [Del Prólogo de Dolores Delgado]
«… Martín (Intranquilo): Pronto anochecerá. ¿Volvemos?
Elena: Quedémonos un poco más.
Martín: Elena… es peligroso.
Elena: Pensé que las cosas serían diferentes ahora que la guerra ha terminado. Pero tengo más miedo que cuando me fui. Pensé que tu amor me ayudaría a reinventarme y que junto a ti todo sería más fácil, pero hay tanto odio… ¿Qué futuro nos espera en este pueblo, en este país? Nunca me van a dejar dar clases y yo necesito seguir dando clases, seguir aprendiendo…
Martín: Quizás solo sea cuestión de tiempo.
Elena: ¿Tú crees? (Pausa) Ayer, antes de encontrarme contigo, pasé por la casa. Al acercarme a la verja un perro me ladró. Me sentí extraña… Como si estuviera al borde de un precipicio, mirando al vacío… A través de la ventana de la cocina pude ver a la esposa del ladrón. ¿Cómo se puede ser cómplice de algo así? Si yo fuera esa mujer me hubiera negado a vivir en una casa que no es mía. ¿No te parece indecente? ¿Dónde ha quedado la moral, la decencia, el respeto? Yo he dado clase a la hija de esa mujer… ¿Lo sabías? Se llama María, igual que su madre. Ahora estará usando mi mesa para hacer sus deberes,,, [Escena de Memoria de un amor]».
‘Fosa. Memoria de un amor» es una historia sobre la memoria y el amor, también marcada por la guerra, un texto «emocional y algo lorquiano», en palabras de su autor. En ambas hay escenas que a Iglesias todavía le rompen el corazón «y yo creo que, si me conmueven a mí, también lo harán al lector».
‘Las que fueron silencio‘ sitúa a un grupo de mujeres represaliadas en una cárcel franquista montando una obra de teatro y saca a la luz la crueldad de aquellos que sustentaban el régimen. «Hay una escena, basada en un testimonio real, que la compañía quería eliminar porque decía que no se la iba a creer nadie. Pero era así».
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Alberto Iglesias es actor, dramaturgo y director de teatro. Nace en Santander y sus primeros pasos como profesional
los desarrolla en esa ciudad a partir de 1993 vinculándose profesionalmente a La Machina Teatro. A partir del año 2002 continúa desarrollando su trabajo y aprendizaje en Madrid, donde actualmente reside. Como actor ha participado en cerca de sesenta montajes que abarcan una amplia variedad de obras clásicas y contemporáneas. Ha sido galardonado en numerosos premios y carga con la responsabilidad de haber estrenado como autor en más de una veintena de ocasiones.
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(1) Otras creaciones de Alberto Iglesias en CULTURAMAS:
Los secuestradores del Lago Chiemsee
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Sobre Alberto Iglesias resulta muy fácil opinar: simplemente es un «hombre de teatro total», igual para actuar que para dirigir y, lo subrayo fuertemente, para escribir teatro en cualquier registro, cómico, dramático, trágico… lo mismo en prosa que en verso. Estoy seguro de que como escritor acabará ocupandoi un puesto entre los grandes autores del teatro español, como ya lo ocupa como actor e incluso director.