Por Paloma Rodera

En el corazón del Bierzo, dos antiguas centrales eléctricas han dejado de quemar carbón para convertirse en espacios que generan cultura, memoria y futuro. La Térmica Cultural y La Fábrica de Luz. Museo de la Energía, gestionadas por CIUDEN bajo el impulso del Ministerio para la Transición Ecológica, son hoy referentes de cómo la rehabilitación patrimonial puede convertirse en herramienta para una transición justa. Este reportaje recorre su historia, su arquitectura, su programación y su impacto como modelo de regeneración en territorios postindustriales.
Del carbón a la cultura: La transformación energética de Ponferrada
En el corazón del Bierzo, entre montañas de antracita, castilletes de mina y la memoria aún reciente del carbón, Ponferrada se ha convertido en un laboratorio singular para la transición ecológica con rostro humano. Allí donde antes se alzaban chimeneas humeantes y se escuchaba el estruendo de las turbinas, hoy florece una nueva identidad: la de una comarca que reconvierte su legado industrial en espacios de creación, reflexión y encuentro.
Dos enclaves únicos —La Térmica Cultural y La Fábrica de Luz. Museo de la Energía— se han consolidado como ejes simbólicos y operativos de esta transformación. Ambos centros culturales, gestionados por la Fundación Ciudad de la Energía (CIUDEN) y dependientes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), no solo rehabilitan estructuras industriales históricas, sino que también reactivan la vida cultural, social y económica de la región. El cambio no se limita a una relectura del pasado: se proyecta hacia el futuro con propuestas innovadoras en arte, ciencia, sostenibilidad y participación ciudadana.
La Térmica Cultural, inaugurada en 2023 en la antigua central de Compostilla I —la primera planta térmica de ENDESA en España—, es el último hito de este proceso. A apenas tres kilómetros, La Fábrica de Luz, ubicada en las instalaciones de la antigua central de la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP), cumple más de una década como museo pionero del patrimonio energético e industrial.
Ambos espacios comparten algo más que un equipo gestor: son piezas complementarias de un mismo relato. Uno que no niega el peso del carbón, sino que lo resignifica como punto de partida para una conversación urgente sobre la memoria energética, la sostenibilidad y la justicia territorial. En Ponferrada, la cultura no sustituye al carbón: lo decodifica.
Patrimonio encendido: Historia de dos centrales térmicas
La historia energética de Ponferrada está escrita con carbón. Desde principios del siglo XX, la comarca del Bierzo fue uno de los principales pulmones industriales de España, alimentando con su antracita no solo trenes y fábricas, sino también un modelo de desarrollo dependiente del extractivismo y la combustión fósil. En ese contexto, surgieron dos infraestructuras clave que hoy renacen como espacios culturales: la central térmica de la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP) y la central térmica de Compostilla I.
La central MSP: de pionera energética a museo vivo
Inaugurada en 1920, la central de la MSP fue una de las primeras plantas térmicas del país. Su propósito era claro: transformar en electricidad el carbón extraído por la compañía para abastecer tanto sus explotaciones mineras como los hogares e industrias de la zona. Con un diseño funcionalista de marcado carácter industrial, esta planta operó durante más de cinco décadas hasta su clausura en 1971. No fue demolida. Su esqueleto de ladrillo y acero, con muelles de carbón, calderas, turbinas y salas de control, fue conservado casi intacto.
En 2011, tras un meticuloso proceso de restauración impulsado por CIUDEN, el edificio reabrió sus puertas como La Fábrica de Luz. Museo de la Energía. La museografía no ocultó la huella industrial: la integró como parte esencial del discurso. Hoy, el visitante recorre pasarelas entre calderas reales, escucha el zumbido (recreado) de las máquinas y contempla, desde la altura, el ingenioso entramado de una infraestructura pensada para quemar carbón… y que ahora ilumina conocimiento.
Compostilla I: la semilla del imperio eléctrico de Endesa
Apenas tres décadas después del nacimiento de la MSP, la empresa pública ENDESA levantó, a escasos kilómetros, su primer gran proyecto: la central térmica de Compostilla I, inaugurada en 1949. Era el principio de una era. Con una potencia inicial de 25 MW, Compostilla I fue la piedra angular sobre la que se construyó el sistema eléctrico nacional. Pero su vida útil fue corta: en 1974, con la entrada en funcionamiento de Compostilla II —mucho más potente y moderna— la vieja planta fue cerrada y quedó en desuso.
Durante décadas, sus instalaciones quedaron al margen, sin actividad ni destino claro. Hasta que en 2018 comenzó el proyecto de transformación: la cesión del espacio, la recuperación arquitectónica, y finalmente, en 2023, la apertura de La Térmica Cultural, convertida hoy en uno de los centros culturales más singulares del país.
Una gestión con propósito: cultura, memoria y transición justa
Detrás de La Fábrica de Luz y La Térmica Cultural no hay solo una rehabilitación patrimonial: hay una visión. Ambos centros están gestionados por la Fundación Ciudad de la Energía (CIUDEN), una entidad pública dependiente del Instituto para la Transición Justa, a su vez vinculado al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). Esta articulación institucional ha sido clave para que la reconversión industrial en Ponferrada no quedara en una operación estética o testimonial, sino que se convirtiera en una propuesta con vocación estructural y transformadora.
La misión de estos espacios va mucho más allá de ofrecer exposiciones temporales o visitas didácticas. Su razón de ser es múltiple y se asienta sobre cuatro ejes estratégicos:
- recuperar la memoria del territorio,
- construir una identidad energética colectiva,
- impulsar la sostenibilidad ambiental y cultural,
- y fomentar una transición justa que no deje atrás a las comunidades afectadas por el cierre de las minas y las térmicas.
La Térmica Cultural: un nuevo modelo de centro cultural
En el caso de La Térmica Cultural, esa filosofía se traduce en una programación híbrida e inclusiva, que combina las artes visuales con la divulgación científica, la innovación con la tradición, y la creación contemporánea con la escucha activa de la comunidad local. No es un centro de arte convencional. Es un espacio de experimentación, de preguntas, de alianzas. Un contenedor de cultura situado en un lugar que antes fue emisor de energía… y que ahora aspira a emitir pensamiento, emoción y encuentro.
La Fábrica de Luz: pedagogía de la energía
Por su parte, La Fábrica de Luz ha consolidado un enfoque museológico centrado en la pedagogía energética. Su recorrido permite entender, de forma inmersiva y rigurosa, cómo funcionaba una central térmica, cuál fue su impacto en la economía local, qué implicaciones tuvo en la salud de los trabajadores y el entorno, y qué lugar ocupa en el imaginario colectivo berciano. Pero también plantea una mirada hacia el presente: desde talleres para escolares hasta ciclos de cine o propuestas familiares, el museo se abre a públicos diversos, integrando ciencia, historia y cultura bajo un mismo techo.
Ambos espacios forman parte activa de la Red Cultural para la Transición Justa, una iniciativa impulsada por el MITECO que busca fomentar la cultura como motor de desarrollo sostenible en territorios afectados por el cierre de industrias contaminantes. En ese contexto, Ponferrada es más que un caso de éxito: es un modelo.
Espacios para habitar el pasado: experiencias permanentes
El visitante que cruza las puertas de La Térmica Cultural o de La Fábrica de Luz no accede simplemente a un museo o a un centro expositivo. En ambos casos, lo que se le ofrece es una experiencia inmersiva: una oportunidad de adentrarse en la historia energética del país desde dentro, pisando los mismos suelos, tocando las mismas válvulas, percibiendo el eco de las máquinas y el alma de un tiempo que se resiste a desaparecer.
La Térmica Cultural: naturaleza, memoria y realidad virtual
Reabierta en 2023, la antigua central de Compostilla I se ha transformado en un espacio contemporáneo que preserva su esencia industrial sin renunciar al lenguaje del arte y la tecnología. El visitante se encuentra primero con la Sala de Calderas, una estructura monumental donde la antigua maquinaria ha sido restaurada y dialoga con intervenciones artísticas y lumínicas. Pero uno de los espacios más simbólicos y sorprendentes es el llamado “Fuego Verde”: una antigua caldera convertida en jardín interior que acoge helechos arborescentes, musgos y especies vegetales propias de ecosistemas húmedos. Un guiño a la regeneración natural, al tiempo geológico, a la necesidad de un nuevo pacto con el planeta.
Otro de los puntos fuertes de La Térmica es la experiencia “Enciende la Térmica”, una propuesta de realidad virtual que recrea el funcionamiento interno de Compostilla II, una central ya desmantelada. A través de gafas VR, el visitante puede recorrer las entrañas de una infraestructura energética hoy desaparecida, con un nivel de detalle técnico y estético que convierte la visita en una lección inmersiva de historia industrial.
La Térmica incluye además un auditorio para conferencias y conciertos, espacios para exposiciones temporales, aulas para formación y talleres, y una cafetería que dialoga visualmente con las estructuras originales del edificio. Todo está diseñado para que el espacio pueda ser vivido, habitado y reinterpretado continuamente.
La Fábrica de Luz: energía convertida en conocimiento
A solo unos minutos de distancia, La Fábrica de Luz ofrece una experiencia complementaria y no menos impactante. Su mayor valor reside en la autenticidad del conjunto industrial. Aquí, nada ha sido reconstruido: la central de la MSP fue preservada con un rigor casi arqueológico, convirtiéndose en un caso paradigmático de conservación patrimonial.
La visita permite recorrer el muelle de carbones, las salas de calderas, las turbinas, el almacén de cenizas, e incluso la torre de refrigeración. La museografía se apoya en audiovisuales, paneles interactivos y materiales didácticos que contextualizan la experiencia. Pero el verdadero impacto lo produce el espacio mismo, que transmite la fuerza física del trabajo, el peso del carbón, el calor de las máquinas.
Además de las visitas, el museo organiza talleres didácticos, programas escolares, ciclos de cine científico, exposiciones fotográficas y actividades para público familiar. Su objetivo no es solo recordar, sino también educar y proyectar el conocimiento hacia nuevas generaciones.
Proyectos transversales: cultura circular y redes para la transición
Uno de los aspectos más innovadores del modelo desarrollado por CIUDEN en Ponferrada es su enfoque transversal y sistémico: los centros culturales no son islas, sino nodos interconectados dentro de una estrategia que combina sostenibilidad, cooperación institucional y aprovechamiento inteligente de los recursos culturales.
La Recicladora Cultural: el arte de reutilizar exposiciones
En 2024 se puso en marcha un proyecto pionero a nivel estatal: La Recicladora Cultural. La iniciativa, con sede física en La Térmica Cultural, tiene como objetivo recuperar, reactivar y dar nueva vida a exposiciones temporales que han terminado su itinerancia o que han sido desmanteladas. Frente al modelo de “usar y desechar” que suele imperar en la producción cultural, La Recicladora propone un sistema de economía circular: almacenaje, clasificación, restauración y redistribución de contenidos artísticos y expositivos.
El resultado es doblemente beneficioso: por un lado, se reduce la huella ecológica del sector expositivo; por otro, se democratiza el acceso a contenidos culturales de calidad, ya que las exposiciones pueden viajar a municipios pequeños, bibliotecas, centros sociales o educativos con escasos recursos para generar programación propia.
Además, la Recicladora funciona como laboratorio creativo y plataforma de formación profesional, generando empleo local en tareas de montaje, conservación y diseño museográfico.
Red Cultural para la Transición Justa: un modelo exportable
Tanto La Térmica como La Fábrica de Luz forman parte de la Red Cultural para la Transición Justa, una red impulsada por el MITECO que busca conectar centros culturales ubicados en territorios afectados por la descarbonización y el cierre de industrias extractivas o contaminantes.
Esta red tiene un objetivo claro: que la cultura no sea un elemento ornamental, sino una herramienta estructural de acompañamiento en los procesos de reconversión territorial. A través de esta red se impulsan itinerancias expositivas, programas de residencias artísticas, formación en gestión cultural, y vínculos entre instituciones públicas y agentes locales.
Ponferrada ha sido una de las primeras localidades en activar esta red con fuerza, convirtiéndose en referencia nacional y punto de encuentro para profesionales de la cultura, la energía y el medio ambiente.
Programación viva: arte, ciencia y comunidad
Si la arquitectura de La Térmica Cultural y La Fábrica de Luz asombra por su escala y autenticidad, su programación lo hace por su vitalidad, diversidad y capacidad de conectar con públicos muy distintos. La actividad de ambos espacios no se limita a conservar o interpretar el pasado; lo reinterpretan continuamente a través de ciclos, festivales, talleres y exposiciones temporales que sitúan a Ponferrada en el mapa cultural contemporáneo.
Exposiciones que piensan el territorio
Desde su apertura, La Térmica ha acogido propuestas que dialogan directamente con el contexto local y global. La muestra Cielo abierto, comisariada por Yasodhara López, abrió la reflexión sobre el paisaje minero y los procesos de degradación ambiental y social vinculados a las explotaciones a cielo abierto. Le siguieron otras como Cartografías de la transición o Cabo Verde. Un archipiélago resiliente, en colaboración con el Instituto Camões, que exploran la resiliencia de los territorios periféricos frente al cambio climático.
En La Fábrica de Luz, la fotografía etnográfica, la ciencia divulgativa y la memoria del trabajo han sido ejes recurrentes. Las muestras temporales conviven con visitas teatralizadas, instalaciones sonoras o intervenciones contemporáneas que resignifican el espacio desde nuevos lenguajes.
Dinamiz‑ARTj: cultura que emerge desde lo local
Uno de los programas estrella impulsados por CIUDEN en ambos espacios es Dinamiz‑ARTj, una convocatoria pública destinada a impulsar la creación artística en territorios en transición energética. Su tercera edición, celebrada entre febrero y marzo de 2025, contó con artistas jóvenes de todo el país, que durante varias semanas trabajaron en residencia, ofreciendo talleres, performances, instalaciones y laboratorios abiertos al público.
Dinamiz‑ARTj no solo dinamiza la vida cultural de Ponferrada, sino que también genera comunidad entre artistas, técnicos locales, estudiantes y vecinos, convirtiendo los espacios industriales en territorios fértiles para la creación contemporánea.
Festivales, conciertos y ciencia en vivo
El calendario cultural se completa con eventos como “Bierzo al Toque”, un ciclo flamenco que ha convertido el antiguo hangar de La Térmica en un escenario para cante, baile y fusión. En su edición de julio 2025, el festival rindió homenaje a la migración andaluza en las cuencas mineras, trazando vínculos entre memoria obrera y tradición flamenca.
Además, ambos centros acogen actividades divulgativas: talleres científicos para escolares, encuentros con expertos, cinefórums y eventos participativos como el Ciclo de Visitas Profesionales del ICOM España, que en abril de 2025 reunió a técnicos de museos de todo el país para analizar el modelo de gestión cultural de Ponferrada como ejemplo de sostenibilidad y recuperación patrimonial.

