Una Bernarda Alba modesta pero más que digna

bernardaPor Mariano Velasco

«El cine español necesita películas grandes, medianas y pequeñas». Lo ha dicho J. A. Bayona al recibir el Goya al mejor director por Lo imposible. Idéntica sentencia podríamos aplicar -más en tiempos de esta dichosa crisis- a nuestro teatro, en el que las obras “pequeñas” hechas con escasez de medios pero con entrega y brío teatral merecerían un mayor reconocimiento de medios, crítica y, sobre todo, de público.

Precisamente de pequeño, pero también de muy digno, se puede calificar el montaje de La casa de Bernarda Alba que está representando la compañía Bombín Teatro en Madrid, en el que, con una puesta en escena sobria y sin grandes alardes técnicos, este grupo teatral logra impregnar del poético y dramático universo lorquiano las oscuras paredes de la pequeña y angosta Sala Usina, en el madrileño barrio de Embajadores.

Dirigida por Joaquín Gómez, la compañía Bombín Teatro se define como “grupo iberoamericano de creación teatral” surgido como una necesidad de fundar un espacio para el intercambio del teatro entre Latinoamérica y España con sede en Madrid, y está compuesto por integrantes de Argentina, México, Cuba y España.

En este “pequeño” proyecto, al menos el reconocimiento del público sí parece estar garantizado, porque el ya de por sí reducido espacio de la Sala Usina se les viene quedando no corto, sino casi ridículo ante la notable asistencia de espectadores, lo cual añade al modesto montaje una dificultad más que acaba por repercutir en la visibilidad y comodidad del espacio, pero que no debería ser suficiente motivo como para quedarse uno sin disfrutar de este muy recomendable espectáculo.

Bernarda Alba la casa de

Por contra, si alguna ventaja ofrece el reducido tamaño de la sala es que, gracias a la cercanía y complicidad del público con los actores, el espectador va a poder sumergirse con más facilidad en el que es, sin lugar a dudas, uno de los mejores textos dramáticos que jamás se hayan escrito en lengua castellana y, también con toda probabilidad, la obra más redonda de Federico García Lorca.

En la versión de Bombín Teatro vamos a encontrarnos con claros ejemplos de cómo el elenco es capaz de sortear inconvenientes. Para interpretar a la madre de Bernarda, cualquier compañía con más recursos hubiera optado por una actriz más anciana o por mejores efectos de maquillaje, pero en este caso el grupo se limita a suplir las carencia con las únicas bazas disponibles, que no son pocas: obsequiarnos con una interpretación de la vieja Josefa que raya a gran nivel, y que no haya más que hablar. Aplausos y “silencio”, que diría Bernarda.

Los pequeños “peros” que se le puedan poner a la versión de Bombín Teatro vendrán motivados, en su mayor parte, precisamente por la modestia del montaje, por la escasez de medios y decorados y, en alguna que otra ocasión, por la falta de rodaje y de madurez, lo cual se traduce en cierto grado de contención a la hora de acometer algunos de los pasajes más densos y significativos de la obra, que los tiene y muchos.

La casa de bernarda alba madridPero ya se trate de montajes grandes o pequeños, a buen seguro que se podrán contar con los dedos de una mano las actrices capaces de defender al nivel de la perfección el contestatario “por encima de mi madre saltaría para apagarme ese fuego que tengo levantado por pierna y boca” de Adela; el desesperado “déjame que el pecho se me rompa como una granada de amargura” de Martirio; o incluso el contundente “silencio he dicho, silencio” con el que Bernarda cierra la obra, y que debe resultar tanto o más definitivo que cualquier caída de telón.

Y es que de tan representada y versionada como ha sido, La Casa de Bernarda Alba pudiera llegar a parecer a simple vista, que no lo es, una obra sencilla. Aunque no esté entre el llamado teatro irrepresentable de Lorca (El Público o Así que pasen cinco años, obras de carácter más surrealista), hablamos nada menos que de una representación poética del universal conflicto entre libertad y autoridad, entre individuo y sociedad. Al final resulta que eso es mucha tela marinera, y exige un sobreesfuerzo por parte de actores y dirección que no se debería nunca menospreciar.

 

La casa de Bernarda Alba

Compañía: Bombín Teatro

Dirección general y puesta en escena: Joaquín Gómez

Reparto: Lucía Acedo Peque (Prudencia). Cristina Arnau (Angustias). Elena Cecilia Blázquez (Bernarda). Encarnación Fernández (la Mujer 1 – Angustias). Mati Gómez (La Poncia). Sara Ibancos (Adela). Lorena Jimenez (Martirio). Caridad Laínez Casanova (La Criada). Isabel Menéndez (Josefa).  Claudia Ruiz (Amelia).  Miriam Tejedor (Magdalena).  

Espectáculo auspiciado por la Embajada de la República Argentina en España

Lugar: Sala Usina, C/ Palos de la Frontera, 4, Madrid

Fechas: Todos los domingos, del 20 de enero al 24 de febrero 

Horario: 17.00h

 

 

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