Encuentro con Susana Vallejo para hablar de "Calle Berlín, 109"

 

Por Benito Garrido.

La escritora Susana Vallejo (Madrid, 1968), que ya ganó el Premio Edebé de Literatura Juvenil hace dos años con El espíritu del último verano, sorprende ahora al lector con Calle Berlín, 109, una novela negra repleta de intriga, amor y humor. Vallejo es licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas y experta en Comunicación. Fue finalista del Premio Internacional de Ciencia Ficción y Literatura Fantástica de Ediciones Minotauro en 2008 con Switch in the red, y en 2013 con Volverás a Toledo. En 2007 resultó finalista del Premio Jaén con la saga fantástica Porta Coeli.

 

Calle Berlín, 109, de Susana Vallejo.
Calle Berlín, 109, de Susana Vallejo.

Calle Berlín, 109.  Susana Vallejo.  Editorial Plaza & Janés, 2013.  318 páginas.  17,90 €

 

La clave del asesinato de un policía en extrañas circunstancias se esconde en la Calle Berlín, 109. Gerard, un mosso d’esquadra retirado, decide investigar en el edificio para esclarecer la muerte de su amigo. Allí se encontrará con una corriente comunidad de vecinos en pleno Eixample barcelonés en la que todos tienen algo que ocultar. Una prostituta de lujo, un matrimonio de ancianos, un colombiano, una madre separada con dos hijos, un oficinista soltero y un fantasma… Atraído por el deseo de vengar a su amigo, Gerard tendrá que rastrear tantos misterios como vecinos hay en el edificio.

 

Entrevista:

 

P.- ¿Cómo surgió la idea origen de hacer esta novela híbrida entre el género negro, el humor, la intriga, el amor…?

La idea surgió poco a poco, después de leer una noticia en un periódico que explicaba que habían encontrado el cadáver de una anciana que había muerto hacía meses en su piso. Nadie la había echado de menos y ni siquiera los vecinos se habían dado cuenta de que convivían con un cadáver putrefacto. También pensaba en los informativos en los que tantas veces hemos visto que habían detenido a un asesino y aparecían sus vecinos diciendo que era una tipo “muy normal que siempre daba los buenos días en la escalera”.

Yo quería escribir una novela coral en un universo cerrado (un edificio) de modo que la idea de hacer coincidir a un asesino y al fantasma de un cadáver, además de otros variados personajes, se fue abriendo camino en mi mente.

La hibridación de géneros no fue premeditada. Mis novelas suelen beber de varios géneros. Por ejemplo, “Switch in the red” era novela negra, pero también ciencia ficción. Y la saga de “Porta Coeli”, histórico y fantástico. En esta ocasión, sabía que tendría algo de novela negra pues habría un policía y una investigación, pero también algo de comedia costumbrista… Lo demás fue surgiendo en función de lo que demandaba la propia historia.

 

P.- Todos los personajes vecinos del bloque tienen algo que esconder… nada es lo que parece… ¿cómo la vida misma quizás?

Exactamente. Me fascina la idea de que todos pensamos que estamos rodeados de personas “normales”, pero ¿qué significa exactamente eso de “normal”? Me gusta observar e imaginar a esos ancianos que parecen tan desvalidos y que, a lo mejor, en la guerra civil llevaron a cabo heroicidades o asesinatos a sangre fría. A esa, en apariencia, buena mujer que puede haber asesinado a los ancianos que cuidaba en una residencia para que “no sufrieran”… Nada es lo que parece, en efecto, y eso es lo interesante de la ficción, que puedes hacer coincidir todos esos “lados oscuros o desconocidos” en una sola historia.

 

Susana Vallejo. Foto de Victoria García.
Susana Vallejo. Foto de Victoria García.

P.- Novela coral con diversidad de personajes que podrían configurar un pequeño mosaico de la sociedad actual. ¿Así te lo planteaste desde el principio?

Sí, quería que fuese una especie de colcha de patchwork hecha a base de trocitos de vidas de personajes muy diferentes, pero en apariencia muy normales. Si miras la colcha en su conjunto, descubres un retrato de nuestra sociedad.

Por eso la estructura es tan fragmentaria, con capítulos muy breves que van variando el foco narrativo de un personaje a otro. Si sólo miras un capítulo, no entiendes gran cosa; pero en conjunto te dan una visión global, aunque caleidoscópica.

 

P.- Y luego está María Eugenia, bueno su fantasma, que recorre el bloque libremente. ¿Sirve quizás como contrapunto a la visión realista del resto de personajes?

Digamos que se trata del elemento fantástico que se cuela con naturalidad entre el realismo, casi costumbrismo, de la historia. Lo sobrenatural, lo fantástico, sólo es aceptable si el resto de la obra es absolutamente realista. Si no, la verosimilitud salta por los aires. Lo que pasa es que en toda mi obra se acaba colando algún elemento fantástico. No puedo evitarlo. El realismo me aburre.

 

P.- Desasosiego, crímenes y humor se mezclan entre las páginas de tu novela. Combinación explosiva para sorprender y enganchar al lector, ¿es lo que buscabas?

Sí que lo buscaba, pero no sólo pensando en el lector. También tengo que divertirme yo. De hecho lo primero de todo es disfrutar yo misma en la creación, desarrollo y escritura de la historia. Si yo me lo paso bien, el lector también lo hará.

 

P.- ¿Existe realmente el número 109 de la calle Berlín? ¿Llegó a inspirarte a la hora de escribir?

Ay, sí. La calle Berlín, en Barcelona, era perfecta para la historia. Es una calle “muy normal”, en la frontera entre varios barrios “muy normales”. Se trata de una frontera entre tres barrios sociológicamente muy diferentes, de modo que personajes muy distintos se cruzan en esa calle. Como ves la frontera entre géneros no es la única frontera en “Calle Berlín, 109”.

Me inspiré en el auténtico edificio que existe en el número 107. E inventé el 109, porque la calle se acaba justamente en el número 107. Me parecía feo escribir sobre un edificio real, de modo que inventé un edificio casi “gemelo” al del 107.

Cuando empecé la novela estaban construyendo algo en el 109, y cuando la acabé resultó ser un jardín vertical. Es un toque muy original que da mucha alegría a ese rincón de la ciudad.

 

P.- Barcelona como telón de fondo, ¿resulta más fácil escribir del escenario que se conoce para instalar aún mejor al lector en la novela?

De nuevo se trata de la idea de verosimilitud. Podría haberla situado en Carabanchel, en Madrid, y hubiese quedado prácticamente igual. Pero ahora vivo en Barcelona y sí, como paso casi cada día por aquellos escenarios, podía hablar de la panadería, la parada de autobús, la cafetería, el supermercado… que observaba casi cada día.

 

P.- De la novela juvenil a la de adultos pero sin dejar de alcanzar a todo tipo de lectores. ¿Cuándo y como decides que una idea o narración es para literatura juvenil o adulta?

Eso siempre suele ser “a posteriori”. Es decir, una vez termino de escribir algo, me planteo qué narices he hecho y dónde demonios lo puedo publicar.

 

berlín 109P.- Creo que esta es una de tus novelas más originales. Como autora, ¿temes que esa originalidad algún día ya no llegue a sorprender al lector?

No, no lo temo. Seguiré escribiendo lo que me guste, lo que me sorprende y divierte a mí misma, y si eso le gusta a los lectores ¡pues estupendo! Y si no, mala suerte. Pero no puedes condicionar tu creatividad pensando en lo que gustará a los lectores o lo que venderá, has de hacer lo que te “salga”, con honestidad, con gusto, disfrutando de ello… Y ese disfrute se notará en lo que escribas.

Es una idea un tanto inocente o naif del proceso creativo, pero para mí es lo único que vale. Lo demás acaba convirtiéndose en “siempre lo mismo”, en esa misma historia que vemos decenas de veces repetida con diferentes cubiertas en las mesas de novedades de las librerías.

 

P.- ¿Referentes literarios en los que te hayas basado a la hora de escribir?

¿Literarios?… Quedaré fatal, pero primero fueron más bien cinematográficos. En cuanto a temática, pensaba en “La ventana indiscreta”, en “Misteriosos asesinato en Manhattan”, en “La Comunidad”, incluso en tebeos como “13 Rue del Percebe” o juegos como “El Cluedo”. Pero no en novelas.

En cuanto a estructura sí que pensé en novelas que “te enganchan”, como las de George R. R. Martin, o en “La Colmena”, claro. En el tipo de prosa, quizás en Capote, con una tan fluida que casi ni te das cuenta de que está ahí.

 

P.- ¿Tienes ya nuevos proyectos literarios entre manos de los que nos puedas hablar?

Después de un parón de algunos meses dedicada a mudarme, sufrir unas obras interminables y no saber ni dónde está mi ordenador, quiero retomar un thriller tecnológico (que no sé ni cómo llamar) que tengo a medias, y repasar otra aventura que mezcla la novela histórica, el misterio y el terror y que se desarrolla en Toledo.

Para el año que viene habrá nuevas novelas mías para disfrutar. Y para el otro y probablemente el siguiente… Sólo pararé de escribir cuando me muera. Disfruto demasiado creando historias como para dejarlo, siempre tengo algún proyecto en la cabeza. No concibo mi vida sin una, o varias, historias en mente.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *