Oct 20, 2010 | Columnistas, Destacados, Pensamiento
Por Ignacio González Barbero. En multitud de ocasiones llegamos a llorar de risa. La alegría y la despreocupación son tan elevadas que las lágrimas no pueden más que reír. No hay nada en nuestro corazón que pueda perturbar esta sensación de desdén jocoso hacia lo...