Oct 18, 2010 | +Actual, Destacados
Por Ángel Domingo. Un orador brillante no necesita púlpitos de mármol ni doradas tribunas. Le bastan una simple caja de cartón o una silla plegable. Aupado sobre este humilde estrado quien lo desee puede pronunciarse acerca de los recortes laborales, la guerra en Irak...