Cuando los bancos callan

Por Javier Pérez.

Malo es que los bancos voceen, y que nos manden cartas amenazantes diciendo que si no pagamos van a embargarnos el piso, el coche, la nevera y hasta el aprobado en matemáticas de la niña, pero cuando los bancos callan, es peor. Mucho peor.

Cuando recibimos todas esas presiones de las que hablo, nosotros nos ponemos nerviosos, como es natural, y negociamos lo que sea, pero hay que saber que ellos se ponen también muy nerviosos, y no sólo porque ya tengan pisos a mansalva y estén dispuestos a lo que sea por no hacerse con uno más. Hay una razón suplementaria, y bueno es hablar de ella para que sepamos todos dónde estamos:

Cuando un banco ejecuta un inmueble, tiene la obligación de provisionarlo en su contabilidad, por lo que eso perjudica terriblemente a su cuenta de resultados y a su coeficiente de solvencia. ¿Y qué es eso de provisionar? Anotar en sus libros de cuentas la posible pérdida y apartar del negocio cierta cantidad de dinero para cubrirla.

Mientras el banco se limite a enviarnos cartas, hacer que negocia con nosotros y apretarnos las clavijas, el Banco de España no se entera de nada ni exige al banco mayores garantías. Pero cuando se inscribe la ejecución de la hipoteca, entonces nosotros nos quedamos sin piso y ellos se quedan oficialmente sin el dinero, lo que les obliga a provisionar fondos para cubrir la parte que no puedan recuperar.

La conclusión es obvia: los bancos tienen más paciencia que antes, porque su situación es tal que cada piso que ejecutan se aprietan a sí mismos un poco más la soga en torno al cuello. De hecho,  no es de extrañar que en algunas entidades los directores de sucursal estén recibiendo instrucciones de tener un poco más de paciencia con los deudores que hacen lo que pueden por seguir pagando aunque no sean capaces de satisfacer todo lo que deben.

De hecho, no sería de extrañar que algunas cajas de ahorros, a partir de cierto punto, prefiriesen no cobrar (y callar) a ejecutar los pisos, sobre todo si la hipoteca es reciente y la provisión es más alta que el valor al que se van a poder vender esos inmuebles.

Porque los bancos lo ven mal cuando no cobran, pero cuando no cobran y además tienen que declararlo, entonces se ponen azules.

O sea que fíjense cómo estarán las cosas que hasta los bancos prefieren a veces dejar de cobrar las deudas antes que reconocer la situación.

Y si hacen eso los bancos, ¿qué no harán los gobernantes?

Pánico me da, oigan.

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