2 thoughts on “¿Dios fuera de juego?

  • el 4 septiembre, 2010 a las 6:05 pm
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    A mí no me parece en absoluto un debate que tenga por oponentes a la fe y a la ciencia. De hecho tal pretendido conflicto, a mi juicio, es insostenible -teóricamente.
    Ese «antes» al que se refiere Hawking puede remitir, causalmente, a un antes diverso, y éste, a su vez, a otro. ¿Dónde comienza la cadena causal que dio origen al universo? ¿Qué supone un «comienzo absoluto»? ¿Puede zanjarse la cuestión a la luz de las leyes físicas?
    Dejo un fragmento de los «Prolegómenos» de Kant (autor, parece, ignorado en este asunto): «La teología natural es un tal concepto en el límite de la razón humana que se ve obligada [sie sich genöthigt sieht, lo que introduce, en alemán, un carácter de necesidad] a elevar la vista hasta la idea de un Ser supremo [höchsten Wesens]» (parágrafo 59). Antes, en el parágrafo 58, leemos que «con ello se impide que nos sirvamos de la propiedad de la razón para pensar a Dios, y nos servimos de ella, en cambio, para pensar, por medio de ella, el mundo, y para pensarlo de tal modo, como es necesario para tener, según un principio, el mayor uso posible de la razón respecto a él. Con ello confesamos que el Ser supremo, tal como es en sí mismo, nos es completamente inescrutable [gänzlich unerforschlich], y que incluso nos es impensable de modo determinado, y con ello se nos impide hacer, de los conceptos que tenemos de la razón como causa eficiente […], un uso transcendente para determinar la naturaleza divina por medio de las propiedades tomadas siempre sólo de la naturaleza humana…».
    Kant explica, por tanto, que podemos pensar en un mundo COMO SI [als ob, un condicional muy marcado en el texto alemán] fuera producto de una razón suprema, en definitiva, de Dios. Sin embargo, y aun a pesar de nuestra tendencia a reflexionar sobre un ser tal, no podemos señalar -por medio de nuestra razón- más que la relación [Verhältniss] posible entre el mundo y Dios.
    Así, no hay tensión entre el mundo de la creencia (de la fe, y en concreto, de la fe racional) y la ciencia. Más bien se da un conflicto -mas siempre latente (e irresoluble), en tanto que nos es imposible determinar qué principio antecede a otro, y así hasta quién sabe si el infinito- entre lo que la ciencia conoce, y lo que la ciencia pretende conocer mediante el despliegue de las leyes físicas.
    Mi titular, para todo el revuelo que se ha creado -a mi modo de ver, injustificado- al respecto de esta noticia, sería más bien: Ciencia versus Ciencia (sobre lo eterno incognoscible).
    Es interesante que hayas traído esta noticia a Pensamiento, Gonzalo.
    Un abrazo.

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    • el 5 septiembre, 2010 a las 1:01 pm
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      Ya sabes que el título típico que se pone a este debate es el de «Ciencia vs fe». Pero estoy totalmente de acuerdo en lo que dices. El Misterio es, por esencia, irresoluble. En mi opinión, los mejores científicos son los que no lo han olvidado.
      Aprovecho para invitar a todos nuestros lectores a que lean el artículo que publicas este lunes en tu columna.
      Otro abrazo.

      Respuesta

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