Conversación sobre la heteronimia con Julio César Galán

Por Mario Martín.

Foto: Julio César Galán.

En una época en la que asistimos con frecuencia a una ‘espectacularización’ de la imagen del poeta, como una persona pública, fotografiada, presente en reportajes, constantemente disponible para pronunciar lecturas, asistir a recitales de otros, tratar a tal o cual poeta consagrado para conseguir una reseña de firma prestigiosa o, el culmen de todo, figurar en una antología… Donde, en cierto modo, “hacerse un nombre”, hacer que suene tu nombre, parece lo más importante, resulta sorprendente el camino emprendido por Julio César Galán (Cáceres, 1978), quien después de dos libros publicados bajo su nombre propio (El ocaso de la aurora, en 2004; y Tres veces luz, en 2007), ha optado por enlazar con la tradición de la heteronimia que Fernando Pessoa y Antonio Machado llevaran a su más alta expresión. Si con Gajo de sol (2008) nos daba a conocer la poesía de Luis Yarza, un ornitólogo que en contacto con la naturaleza alcanzaba una peculiar religiosidad, en ¿Baile de cerezas o polen germinado? recientemente aparecida en las tinerfeñas Ediciones Idea, escuchamos la voz de Pablo Gaudet, de un estilo completamente diferente.

CarasB: Antes de empezar esta conversación sobre tu libro, me gustaría saber si hablo con Pablo Gaudet, con Julio César Galán, o con quién.

JCG: Con Julio César Quesada Galán, aunque este tipo también es una invención como los demás compañero de este G4. Lo del nombre es una etiqueta más; crear estos heterónimos es una manera de ser consciente de mí mismo, un modo de crear mi intrahistoria.

CarasB: ¿Crees que tu propuesta de la heteronimia se inscribe en la evolución contemporánea de la poesía española, tiene algunos puntos en común con otros poetas, o estás remando contracorriente?

JCG: Pues que yo sepa actualmente, en España, el juego de las identidades ha sido avivado por José Luis García Martín con sus apócrifos y mixtificaciones, Felipe Benítez Reyes en Vidas paralelas o Bruno Mesa, cuya compilación de poemas de Fabio Montes no he leído, pero por sus declaraciones tenemos modos diferentes de entender la heteronimia, ya que para mí la palabra máscara está muy manoseada. Con los otros dos escritores tengo muy poco que ver. Crear estos personajes es un intento de recuperar aquello que fuimos y de proseguir con esas vidas que podíamos haber vivido, pero por distintas circunstancias, vamos, por otros caminos. Tú no has pensado: y si hubiera hecho, y si hubiese tirado por aquí, etc, etc, qué habría pasado. Entonces, uno empieza a imaginarse en otra existencia y ya no es él, ya eres un otro posible.

Lo ir a contracorriente o no es algo que uno se plantea cuando muestra estos heterónimos y también mira a su alrededor. De lo primero he notado cierto recelo, ya sabes Pessoa, Machado, qué si te crees un genio; de lo segundo creo que hay una epigonalidad tremenda en esa literatura del yo: diarios, dietarios, y más diarios y más dietarios, y poetas que se fotografían más que escriben…

CarasB: Pasando a ¿Baile de cerezas o polen germinado? observo una poesía muy distinta a la de Julio César, más

Foto: ¿Baile de cerezas o polen germinado?

atrevida y con un toque torrencial que no teme al juego de palabras, al diminutivo o a la mezcla de expresiones populares: frases hechas que se trastocan, refranes, voces del folclore, etc.

JCG: Pablo Gaudet es el heterónimo vitalista, el dioníasico. Con él imaginé aquella vida que pudo ser: si me hubiese quedado en Palma con mis padres, si no hubiese padecido aquella grave enfermedad, si hubiese estudiado biblioteconomía y mi pareja fuera otra. Después me puse más joven, coloqué mi nacimiento en Deià, un pueblecito mallorquín, y mi trabajo en la biblioteca de la Universidad, me vi con Alicia y sus maravillas en largas noches de verano, me vi enamorado, y así surgió una necesidad de crear desde una óptica diferente, de expresarme distinto.

CarasB: También sorprende el uso de neologismos, como “hachar”, “aliardida”, “anegacerar”… Tanto esto como la disposición de los versos nos lleva a la cuestión de si se trata de una influencia de las vanguardias históricas, recuperadas, siempre desde un prisma diferenciado, por otros jóvenes autores.

JCG: La poesía de Pablo gusta de crear nuevas realidades, de fusionar lo popular y lo vanguardista (al fondo la herencia del 27), de maneras de poetizar como las de Cirlot, Ory, Brossa, Alvárez Ortega, Labordeta o Basilio Fernández. Es forofo del ultraísmo y el creacionismo. De hecho, su poesía es una revitalización de esto y de vanguardias que no tuvieron difusión en nuestro país como el panlirismo, el zenitismo o el babelismo.

CarasB: El signo más destacado de tu poemario me parece el desbordante vitalismo, evidente en la temática erótica que domina muchos de los poemas, pero que va más allá, abordando una imaginería dionisíaca, de nietzscheano retorno de lo idéntico, y que enlaza con cierto misticismo panteísta cercano al de tu otro heterónimo, Luis Yarza, como en los versos: “¡Viva! Revivo tras mi entierro / plenisolar; festejo / las golondrinas sobre los aleros / y completo mi hogar / con el olor de piel de tu romero”.

JCG: Entre Luis Yarza, Pablo Gaudet y Julio César Galán existen puntos de conexión, pero son poetas que difieren en su fondo y en su forma. Para Yarza, por ejemplo, la naturaleza se trata desde una religiosidad cristiana, Gaudet considera este tema desde lo erótico, Galán, lo asimila a la creación poética y en Jimena Alba es un asunto totalmente ajeno y extraño. La identidad tiene varias capas, dependiendo del momento cada persona puede ver un mismo paisaje de modo diferente y con distintas sensaciones; esto es lo que quiero trasladar a la escritura.

CarasB: En esos últimos versos citados había una rima consonante, pero en tu poemario predomina el verso libre. En un momento dices: “Paro la rima”. Si a Pablo Gaudet le pidieran definir, para los perezosos, su poética en dos líneas…

JCG: La poética de Pablo sería su epitafio: “Pasó a la eternidad muerto de risas”.

CarasB: ¿Cómo ves la poesía española e hispanoamericana en la actualidad? ¿Consideras como referente a alguna voz viva?

JCG: A mí y mis heterónimos, excepto a la heterónima Jimena Alba, nos interesa poco la poesía española actual. Pablo, Luis y yo nos inclinamos más por el lado latinoamericano: Alberto Blanco, Héctor Viel Temperley, José Watanabe, Raúl Zurita, Eduardo Milán o Juan Luis Martínez. De los poetas jóvenes españoles nos sentimos cercanos a Juan Andrés García Román, Julieta Valero y Yaiza Martínez; y más arriba estarían Carlos Marzal, Enrique Falcón, Pere Gimferrer y Diego Jesús Jiménez.

CarasB: Y finalmente, Julio César Galán, cuyo parentesco con Pablo Gaudet no está muy claro (¿padre, hermano, amigo?) es desde hace poco lector de español en la Universidad de Argel. Hasta ahora, y a pesar de las muy diferentes voces que coexistían en ti, creo que en todas se reconoce una imaginería muy basada en el mundo natural, los animales, las flores, la luz, seguramente por tu origen extremeño y tu cercanía al mundo rural. ¿Cómo crees que afectara a tu(s) poesía(s) este reciente destierro? ¿Nos espera la voz de un heterónimo argelino?

JCG: Pablo es un buen amigo, pues entiende la amistad como una juventud de afinidades, aunque es un tipo muy sociable sabe perfectamente quién es quién. Pero yo me llevo mejor con Luis Yarza, al que considero un hermano. Con Jimena tengo menos trato, la noche y la farándula hace tiempo que me dejó. Lo pasamos bien, pero no hay que estirar lo que está muerto. Todos ellos son pequeñas utopías, mitologías diminutas de nuestro pasado. En cuanto a lo natural es la idealización de mi adolescencia y de los veranos en el campo, una edad feliz, después casi todo se convierte en sucedáneo de aquello. Ya sabes: las verdades casi siempre son tristes.

De esta etapa de desplazado está saliendo un libro: Poemas Argelinos, pero primero aparecerá este año Márgenes en Pre-textos, la antología de primeros poemas, El primer día, para el 2012 y tengo que dar por finalizado Inclinación al envés. Así que de heterónimo argelino nada, en la distancia se vuelve más a menudo a sí mismo.

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