Mucha música y más: Así fue el SOS 4.8

Por Alicia Valeria Alonso.

Mi fin de semana comenzó el viernes de un modo un tanto estresante. Con la mochila cargada y la ilusión a flor de piel, me dispuse a salir de Madrid a las seis de la tarde después de algunos imprevistos en el plan inicial. Mis compañeros de viaje y yo tuvimos unos cuantos percances con las ruedas traseras de mi Honda de segunda mano, y lo que iba a ser una entrada triunfal al recinto ferial de la FICA en Murcia, donde se celebraba el festival Estrella Levante SOS 4.8, se quedó en una llegada precipitada y a deshora. Nuestra hoja de ruta tenía previsto llegar a las nueve de la noche a nuestro destino, pero después del capítulo de los neumáticos y de unas cuantas jugarretas del GPS, aparecimos en el festival a las doce de la noche. Comencé por tanto, con cierta desilusión, ya que dos de mis dos cabezas de cartel, Yann Tiersen y Vetusta Morla se esfumaron de entre mis expectativas tan pronto como habían llegado. Me conformé con el recuerdo del impresionante concierto que ofreció el primero hace unos meses en sala La Riviera de Madrid. A los segundos, en cambio, nunca los había escuchado en directo… ”tendré que esperar a la próxima ocasión”- concluí.

Pero la decepción inicial no tardó en desaparecer. MGMT nos recibieron con los brazos abiertos en el escenario Estrella Levante. El dúo estadounidense nos satisfizo plenamente con su particular sonido electro-pop, divertido y muy bailable. Para el que ha sido el único concierto  de la banda en España durante el 2011, prepararon un repertorio de grandes temas. Con “Kids” y “Electric Feel” el público se entregó, y yo pude apreciar que la fiesta comenzaba con muy bien pie.


The Bloody Beetroots y Steve Aoki cerraron la noche a lo grande. La banda de electrónica italiana ofreció un espectáculo a la altura, con una puesta en escena impresionante. El dúo, ataviado con sus ya famosas máscaras de lucha mexicana, dio lo mejor de sí con una producción muy cuidada, en la que guitarras, bajos, voces y baterías se convertían en un himno festivo que parecía no tener fin. Nada podía complementar mejor este directo que la presencia de Steve Aoki, con quien han colaborado en varios trabajos, y quien, de hecho, les ha producido a través de su sello Dim Mak Records. El joven canadiense de ascendencia japonesa se ha convertido en el nuevo gurú de la música electrónica; y cuando presencias uno de sus directos puedes comprender rápidamente el por qué. Está claro que Aoki, es algo más que un músico, es un empresario, un emprendedor y un revolucionario. Sabe transmitir al público una energía desbordante con un espectáculo explosivo y contundente, repleto de cambios de ritmo, de referencias musicales variadísimas y de muy buenas vibraciones. El larguísimo concierto que ofreció el viernes consiguió mantener a todo el público del Estrella Levante en pié, bailando sin parar, hasta las 6:30 de la mañana.

Un largo viaje y una noche eterna me permitieron dormir a pierna suelta. El parking del Centro Comercial Eroski se había convertido en improvisado asentamiento de los festivaleros, a falta de espacio en el camping, que se había quedado pequeño ante la afluencia masiva de gente. Los coches habían las veces de mini-hogares  y el túnel de lavado se convirtió en la perfecta alternativa para quienes  querían reponer fuerzas con un buen chorro de agua. Y los que se despertaban con el hambre mañanera, llenaban su estómago con una hamburguesa del McDonalds, que tardará unos cuantos días en reponerse de la marabunta grupie. El día se presentaba complicado; muchos grupos que ver y horarios solapados. En aquel momento nos hubiera gustado tener el don de la ubicuidad, pero “lo que no puede ser, no puede ser”, pensamos. Nos tocaba elegir. Una de las cabezas de cartel, Editors, coincidía en horario con StandStill, un grupo desconocido para mí, pero del que tenía muy buenas referencias. Tras un más que agradable concierto de Second, una banda murciana que nos sorprendió por su calidad y buen directo, optamos por “ lo bueno por conocer” y nos adentramos en el Auditorio Mondo Sonoro para contemplar el espectáculo “The Rooom” del grupo barcelonés. Me habían comentado que la banda procedía del hardcore punk, y que poco a poco comenzaron a introducir elementos nuevos para abandonar otros, hasta llegar a lo que son ahora. Un grupo casi inclasificable, de profunda progresión hacia algo muy íntimo y en cierto modo devastador. El auditorio se llenó en cuestión de minutos, y el ambiente festivo reinaba en la sala. Al compás de “alcohol, alcohol alcohol” y de de masas humanas haciendo la ola, comenzó el concierto con una pequeña advertencia del vocalista, Enric Montefusco: “este espectáculo se disfruta mejor en silencio”. Sonaron los primeros acordes. Las siluetas de los músicos se fundieron en negro, en contraste con la luz que emanaba  de las pantallas que los enmarcaban, formando un tríptico. La intensidad de sus letras, capaces de llegar a todos y cada uno de los que nos encontrábamos allí, se perdía entre  retazos de cotidianeidad de enorme belleza. Y para reforzar la contundencia del sonido, diversas panorámicas de lugares comunes, rostros conocidos, recuerdos permanentes… que bailaban a la perfección con cada melodía, cada cambio de ritmo, cada crescendo y decrescendo, en un montaje impecable. De súbito, el tumulto festivo de la afición se convirtió en un eterno silencio, en ojos expectantes, en infinita admiración. El aplauso final fue ensordecedor, con todo un público en pie, agitado tras experimentar un sentimiento de catarsis colectiva.

Nos fuimos del auditorio satisfechos, y con la lagrimilla a punto de saltar. Ahora nos tocaba el rock canalla de Suede, y tras ello la vital electrónica de TIGA. El shock había sido demasiado fuerte, y parecía que todo lo que viniera después, por bueno que fuera, a nuestros ojos se había convertido en banal. Standstill se había convertido, sin duda, en el mejor espectáculo de la cuarta edición del Estrella Levante  SOS 4.8 de Murcia. Pero Suede tampoco decepcionó. Su cantante, Brett Anderson, demostró que continúa con la misma fuerza que hace diez años. La banda británica resucitó el adormecido espíritu del glam rock, ante una explanada abarrotada por un público entregado, que bailaba y cantaba al ritmo de sus grandes temas, como “This Hollywood life”,  “By the sea”, o “Killing of a flashboy”.


Tuvimos que esperar hasta las 3:30 para ver a TIGA. El DJ, remixer, teclista, vocalista y productor canadiense ofreció un espectáculo de lo más bailable y divertido, con altas cotas de calidad.  Quedó claro que Tiga Sontag es un músico con todas las letras, que sabe lo que hace y cómo transmitirlo. Algunos de sus temas más conocidos, como “Sunglasses at night”, o “You Gonna Want me”, sacaron lo mejor del público, que como en todas sus sesiones se entrega hasta el final, perdiendo la noción del tiempo y el espacio para dejarse llevar por un juego de sonidos dinámico, irreverente, y siempre arrebatador. Paralelamente, pinchaba en el escenario Jägermeister  otra banda italiana de electro house que también prometía, Crookers.  Sin embargo, su directo  dejó bastante que desear en comparación con la puesta en escena del DJ canadiense.

La noche había terminado y con ella la cuarta edición del  Estrella Levante SOS 4.8, uno de los mejores festivales de pop rock alternativo y música electrónica de nuestro país. Tras cuatro horitas de sueño, decidimos apurar el tiempo al máximo antes de nuestro regreso a Madrid; y nos dirigimos al centro de Murcia, para revivir de nuevo las buenas vibraciones experimentadas la tarde anterior con el concierto de StandStill. La banda barcelonesa ofrecía una segunda sesión al aire libre. Pero esta vez estuvo dominada por un solazo de infarto cociendo nuestras cabezas. Aún así, me pude ir para casa con la hermosa melodía de “Adelante, Bonaparte” rondando mi cabeza. Bonito final.

 

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