“El sueño de una noche de verano” se hace realidad

Por Benito Garrido

 

Cuando el público terminó de ocupar las butacas del teatro, las luces se apagaron, y el telón que se descorría dio la señal:  la magia del sueño tomaba cuerpo y se hacía patente sobre el escenario.  “El sueño de una noche de verano”, la comedia romántica por excelencia de Shakespeare, se convierte de manos del grupo teatral Morboria en una cadena de emociones y engaños, de enredos y equívocos que divierten al espectador soñante hasta llevarlo a una explosión final de carcajadas.

 

En la obra, Shakespeare armoniza el mundo real de los amantes no correspondidos con el mundo sobrenatural de las hadas, elfos, ninfas y duendes.  Armoniza por tanto, la locura y la razón, la pasión y el desengaño, el sueño y la realidad.  En esta línea, Morboria se vale no solo de unas magnificas representaciones actorales, sino también de un vestuario y maquillaje dignos de cualquier superproducción americana, para hacernos partícipes de ese sueño maravilloso dónde el duermevela confunde lo imaginado con lo cierto.  Son simplemente geniales las criaturas fantásticas (diseñadas y construidas por el propio taller de la compañía) creadas para la obra.  Y las caracterizaciones del resto de personajes no dejan de ser admirables; a veces da la impresión de estar muy cercanas al mundo de los payasos.  La puesta en escena merece una mención especial por ese tan conseguido bosque encantado lleno de sombras, duendes y criaturas nocturnas.  Que a su vez contrasta con la sobriedad de la corte y la simplicidad del teatro de cómicos, los otros dos marcos donde se desarrolla la obra.

 

El tempo más pausado en la primera parte, se hace frenéticamente divertido en la segunda.  Y el asistente que hasta ese momento ha disfrutado del teatro clásico bien planteado, ahora se desparrama en su asiento.  El quinto acto que culmina con la representación de la tragedia de Píramo y Tisbe por el grupo de artesanos metidos a cómicos, es la bufonada del actor que lejos de alargar la representación, lo que pretende es conseguir ese buen sabor de boca que dejan los dulces bien horneados.

 

La obra ya tuvo un par de  menciones importantes: Premio al mejor espectáculo en el Certamen de Teatro para Directoras de Escena de Torrejón de Ardoz;  y nominada a la mejor dirección en el Teatro Rojas de Toledo 2010.  Se trata de una adaptación muy acertada del clásico inglés, sin llegar a ser exactamente igual que el original.  El grupo ha ubicado la historia en esos tiempos de Maricastaña en los que los personajes de cuento tomaban vida, nos rodeaban y nos hacían partícipes del sueño, de la imaginación desbocada.  Además se trata de un montaje divulgativo apto para todos los públicos, con el que pretenden atraer al teatro a la familia al completo.

 

Muchos años de rodaje avalan esta compañía teatral y el trabajo que sobre las tablas realizan.  Sería realmente indebido resaltar la labor de alguno de los actores en particular.  Todo el reparto brilla por igual en este montaje verdaderamente mágico, pero a la vez fresco y atrevido.  Como bien dicen los actores:  magnífico tesoro es el teatro clásico.  Hay que aprender a amarlo y preservarlo.  Y esto precisamente es lo que se consigue con esta representación.

 

Compañía: Morboria Teatro

Versión y dirección: Eva del Palacio

Reparto:  Fernando Aguado, Eva del Palacio, Álvaro Aguado, Ana B. Serrano, Ana Burrel, Malena Gutiérrez, Diego Morales, Héctor Astobiza, Paco Sánchez, Félix Casáles

Teatro Fígaro Adolfo Marsillach

Del 01-julio al 28-agosto de 2011

De M a S a las 20:30 h., y D a las 19:30 h.

Precio: De 16 a 25 euros

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *