GARUM, Premio nacional de poesía

GARUM
Carmen Garrido
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PREMIO NACIONAL DE POESÍA “FUNDACIÓN CULTURAL MIGUEL HERNÁNDEZ” 2011
 
Garum, un poemario de ojos que gritan, como lo definió la primera persona que lo leyó. Ojos que, tímidamente, ven la luz en este diciembre. 
Concebido con recuerdos de la playa de Bolonia y de Córdoba, gestado en Chamberí y dado a luz en Orihuela, cerca de las albarcas de Miguel Hernández, en Garum se despliegan biografías secretas, retratos de mujeres que fueron silenciadas en vida, defensas de los viejos mitos griegos y un par de sueños personales… De ansias de libertad…
 
Como ves, querida, aunque parezca que existes,
no guías al pueblo.
Es la multitud la que envilece a las aristócratas de piel suave
y las convierte en mujeres de Lot.
Yo sé que pululas en el aire…
Con esa mirasa tuya, acuosa y permanente,
de La joven de la perla, que me vigila y me llora.
Y me escupe, con delicadez de Delft, la frase pertinente:
Si te dieras a mí, no serías la mujer más triste que conozco…
 
(De Qué mujer difícil eres, Libertad)
 

UNA CITA CON LA AUTORA

¿Cuándo?: Esta noche, 15 de diciembre

¿Dónde?: La Central del Museo Reina Sofía

¿A qué hora?: 7 de la tarde

Allí Carmen desvelará algunas de las caras, de las leyendas, de los encuentros fortuitos que dieron lugar al nacimiento de este libro. Coincidencias nunca extrañas. Os espera. Os espera el “garo”.

 
CARMEN GARRIDO
Nací en Fernán Núñez, cerquita de una lima, una noche de enero. Soy barroca, lorquiana. Amo el verde, lo excesivo y la Literatura. De pequeña soñé Buenos Aires y me soñaron allende los mares. Libo prosas, respiro jazmines que Catalina plantó en la casa grande. Soy de la tierra y los olivos, de la fanega y la cigüeña eterna sobre el San Basilio de mi padre. Rezo en el mihrab con cúpula de venera de la Mezquita, aquél que Antonio me explicó de chica. Oigo y hablo con Isabel, desde hace cuatro años, y siento una eterna saudade senequista por una Casa Azul, Velázquez 14 por más señas. Paseo el Madrid de Chamberí y un gato se enreda entre mis piernas, amorosamente. Añoro París, cada noche. Y, desde hace un mes, Elantxobe se ha convertido en un Paraíso nocturno. El muecín me susurra su adhan desde Jemaa el Fná y yo sólo le respondo con teclas de Satie. Y, eternamente, sueño despierta, leyendo en una mecedora del Palacio de Viana. Sueño y sueño. Inevitable, siendo andaluza.
 
(Estelle Talavera)

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