Otra Balada de la Dependencia Sexual

Por @CgdlV.

Fotos de #CainQShot.

 

La fotografía había sido siempre para mí el momento incómodo de posar en una reunión familiar, era mi madre enseñando álbumes interminables de fotos que me avergonzaban, y también las emocionantes sesiones de proyección de diapositivas en un salón a oscuras una tarde aburrida de fin de semana. El día que me di cuenta de que la fotografía era un arte con mayúsculas, comparable a los cuadros que había admirado siendo un niño de El Bosco o Gauguin, me di cuenta de que el gesto cotidiano de hacer fotos podía convertirse en un lenguaje propio, y de tan contemporáneo, de tan postadolescente como yo era, tenía la capacidad de llegar a iluminar muchos más rincones de la vida que otras artes basadas en códigos más rígidos. Ante mí había todo un mundo al que asomarme a la vez que descubría cómo vivir. Paseé por mundos cercanos y lejanos, propios y ajenos, cada fotógrafo susurraba cosas de una manera distinta, y me gustaba escucharlos a todos. Todavía recuerdo las horas que pasaba en el Vips, pasando páginas y páginas de libros carísimos de fotografía que casi nunca tenía dinero para comprar. Casualmente uno que sí compré fue una colección de desnudos masculinos de Taschen, que durante mucho tiempo fue mi referente para masturbarme, y que enlaza directamente con el artista del que quiero hablar.

 

Pero si hubo un trabajo fotográfico que supuso una verdadera revelación a la hora de rellenar de imágenes mi recién estrenada homosexualidad fue «La Balada de la Dependencia Sexual» (1986) de Nan Goldin. La portada del libro era un autorretrato de la fotógrafa con la cara magullada por una paliza de su ex novio. Todavía no era consciente que esas cosas pasaban en la vida, y mucho menos que se exhibieran de aquella manera. Nan Goldin se había atrevido a fotografiar sin tabúes, a conquistar por medio de las imágenes un mundo que quería que me perteneciera, pero que todavía no estaba a mi alcance, seguramente por mi edad y origen. «La Balada de la Dependencia Sexual» era además un título abrumador, y muy certero respecto a lo que yo empezaba a intuir que sería mi vida sexual. Dentro del libro había decenas de imágenes que me llevaban a una realidad nunca antes vivida, pero que me atraía sin remedio. Había sexo, había casas decadentes, camas sudadas, y gente desnuda. Había sexo heterosexual y sexo homosexual, había gente que no había dormido, y gente que se quería. Era una ventana abierta a la vida que estaba por venir. En alguna ocasión posterior dije que Nan Goldin me resultaba «feísta». Nunca quise decir que sus fotos me parecieran feas, todo lo contrario, sus fotos me hipnotizan. Pero no estaba acostumbrado a ver reflejada la vida con toda su crudeza, con toda su fealdad, sin pudor alguno por las miserias que conllevan vivir y amar. Era un mundo hipnótico y perturbador. Que sería mío. Nan Goldin, después lo supe, se formó como artista y trabajó aterrada por la aparición de la plaga del sida en los primeros ochenta. Muchos de los personajes de sus fotografías fueron muriendo, y mientras, ella se convirtió en un icono social, en una portavoz y en una voz autorizada de denuncia de las prácticas irresponsables con el virus y de la discriminación de los infectados. Un virus al que en aquella época de final de los noventa tanto miedo teníamos y que tanto nos habría de marcar como seres sexuales.

 

Descubrí el Tumblr (servicio gratuito de blogs con pocos remilgos morales) de Cain Q gracias a una conversación en Twitter en que no sé cómo me vi envuelto. Hablaban de participar en un #CainQShot. Pregunté en privado, porque no me atreví en público, y resultó que era el nombre de las sesiones fotográficas del artista emergente Cain Q. Sesiones en las que los modelos son masculinos, y con bastante frecuencia aparecen desnudos. Buceé fascinado por el Tumblr de Cain Q, y ya aquella primera vez lo recorrí entero, como tantas veces he hecho despues, tratando de descubrir las claves del fotógrafo. Mientras, me venía a la mente la «Balada» de Nan Goldin. Si las fotos de Goldin habían sido la epifanía de lo que quería que fuese mi vida, las fotos de Cain Q representaban el hecho de haber conquistado mi cuerpo, mi sexualidad, mis morbos, mi intimidad, en un trabajo que era el manifiesto visual y estilizado de mi vida adulta. Cain Q mira la realidad con un optimismo pálido, celebra la vida, la voluptuosidad, las cavernas más oscuras del deseo, pero a la vez hay en sus fotos un poso de desencanto, de cierta tristeza, de ser consciente de que una vez alcanzado lo que soñábamos, tampoco era para tanto.

 

Nan Goldin tomó prestado el título de su proyecto fotográfico de un número de la ópera de Kurt Weill con libreto de Bertolt Brecht «La Ópera de los Cuatro Cuartos» Fue el proyecto que la consagró como artista contemporánea, como voz femenina y singular, como portavoz de muchas liberaciones, a través de su pequeño círculo de amistades que fotografiaba una y otra vez. Fue también la que puso en imágenes la concienciación sobre el virus del SIDA. A través de un simple, pero muy elocuente título se unían dos iconos de la cultura del siglo XX: el binomio Brecht-Weill y Nan Goldin. Una unión que nos trae a la mente lumpen, sexualidad y por extensión lucha obrera y social. Trabajos artísticos de emancipación de cada una de los moldes sociales hasta ese momento dominantes. ¿Pero cuántas veces tiene el arte que ser la vanguardia de la independencia moral y social? Supongo que es una lucha que nunca acabará. Y que siempre habrá artistas que tengan que abrir grietas en ciertos muros de contención con su arte, para que la vida se escape. De este modo en el mundo gay contemporáneo y español, formado en su mayoría por una masa acrítica y consumista, las fotografías de CainQ luchan además por seguir consiguiendo, desde un activismo amable, la emancipación definitiva, continua la lucha de los que sufrieron por que nosotros estemos donde estamos, y sobre todo lo hace a través de lo estético, de lo aparentemente superficial, siendo en realidad muy profundo y ligado a nuestro reducto más personal, de ahí su eficacia.

 

El proyecto #CainQShot surgió como un diario íntimo en imágenes del fotógrafo, pero enseguida abrió el foco y descubrió que el gesto artístico de sus fotografías era aplicable a casi cualquier persona, siempre que estuviese dispuesta a dejarse llevar. Es muy interesante cómo el proyecto y su relevancia social se ha trasmitido principalmente a través de la red social Twitter. Resulta difícil explicar qué es Twitter hasta que no estás dentro, porque su eficacia como red social depende sobre todo del hecho de que en 140 caracteres, que es el espacio que todos los usuarios tienen para cada publicación, se pone de manifiesto con extrema crudeza la personalidad del que está hablando. No es posible el maquillaje ni el fingimiento, la gente similar se reconoce, la gente antagónica se ignora. Y precisamente a través de esta red social CainQ ha conseguido, trasmitiendo confianza a través de sus tuits, que una cantidad considerable de modelos no profesionales se desnudaran delante de su cámara, que formaran parte de su proyecto, y que se prestaran para encontrarse con su imaginario y morbos. De hecho el nombre del proyecto responde a una de las prestaciones de la red social, que permite acotar hacer búsquedas rápidas de temas candentes a través de hashtags (algo así como etiquetar con almohadilla «#») y #CainQShot era la palabra clave por la que se convocaba, se anunciaba o se explicaba una nueva sesión de fotos. La publicación final de cada foto tanto en Tumblr como en Twitter y el número cada vez mayor de modelos han ido haciendo que cada vez más gente se quiera fotografiar, y sobre todo que cada vez más cibernautas estén atentos a las publicaciones de CainQ en su blog. También es frecuente encontrar sus imágenes en muchos otros blogs de la red, descontextualizadas, y muchas veces usurpada y omitida su autoría. En otras ocasiones la difusión por la red ha sido reconocida, y el Summer Diary Project, un proyecto web de una editorial de New Jersey no solo reblogueó muchas fotos de CainQ, difundiendo así su obra a públicos con los que él en principio no tiene contacto en Twitter, sino que además escogió una de sus fotos como portada del primer número de su revista dándole una visibilidad mucho más grande. En el mundo físico, el pasado 1 de abril de 2011, CainQ inauguró su primera exposición individual en el Espacio Crea de Elche. La exposición se llamaba #CainQShot reconociendo el hashtag que había dado lugar a la mayoría de las imágenes que allí se expusieron.

 

El trayectoria fotográfica de CainQ está por empezar. #CainQShot es su primera manifestación, seguramente la más espontánea, natural y genuina, pero estoy seguro de que también la más simple y básica. Muchas otras series están por llegar, muchos vistazos a una realidad que seguramente ninguno de nosotros veamos mientras nos está rodeando. Un fotógrafo sobre todo es fotógrafo por su forma de mirar. Y la forma de mirar de CainQ siempre busca fotografías, aunque no tenga un objetivo delante.

 

@CgdlV

http://cainq.tumblr.com/

 

 

 

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