Tacto Semana Negra: arañazos y caricias

 

Texto y fotografías: Laura Muñoz

 

Félix G. Modroño

¨La ciudad de los ojos grises” podría estar ligada al sentido de la vista semanera, pero algo tan evidente sería aburrido. “La ciudad” de Félix G. Modroño es, sin duda, parte del tacto de la Semana Negra. Esas caricias y arañazos de los que hablo, y dan título a esta entrega, aparecen en su novela.

Según Marcelo Luján, que presenta la novela de Modroño, esta novela es un “homenaje entrañable a Bilbao” y, aunquela novela comienza en el café Les Deux Magots de París, rápidamente entendemos que Luján está en lo cierto y Bilbao se presenta, entre todos los que aparecen, como la clara protagonista de la novela de Félix. Todo a pesar de no ser el objetivo de Modroño, que no planteó la escritura como “la gran novela de Bilbao”.

Un amor no correspondido que lleva a Alfredo Gastiasoro a regresar a su ciudad natal, de la que casi huyó años atrás, es el arranque de la trama que Félix compone con maestría. Un retorno sombrío que se oscurece un poco más al intuir que la muerte de la mujer que ama, a la que va a despedir para siempre, presenta aristas que no le convencen. Esas sospechas hacen que Alfredo se sumerja, casi sin darse cuenta, en una investigación donde incluso aparecen espías. Una puesta en escena muy visual, con combinaciones de palabras que hacen de tranvía hacia ese Bilbao que empezaba a explotar industrialmente. Y la duda que nos plantea: ¿ese boom supuso la felicidad o quizás la pérdida de identidad de un pueblo?

Una narración ágil pero sin ninguna prisa. Dosis altas de sentimiento, teniendo en cuenta que Félix la creó durante un momento duro y personal. El dolor de una despedida y el ardor de un amor sincero se sienten dentro y fuera del papel.

Félix G. Modroño y Marcelo Luján

Les muestro a los dueños de las bofetadas y los mimos:

Bilbao.

Siglo XX.

Pérdida de identidad.

Amor.

Ahora, adivinen quién hace qué. O lean , señores, lean.

 

 

Por no salir mucho del escenario de nubes bajas y lluvia bilbaina, os llevo de paseo al cementerio de Ceares el Suco, donde Helena Torres desarrolla su proyecto sonoro Serendipia. Algunos autores asistentes a la Semana negra y parte de la prensa, asistimos a esta obra producida por LABoral, dentro del programa Narrativas espaciales en torno al audio locativo y sus posibilidades narrativas. Nos es planteado el reto de solucionar un crimen ocurrido en Gijón a finales del siglo XIX.

 

Para ello, nos entregan un móvil y unos auriculares, a través de los cuales iremos recolectando pistas sonoras a medida que avanzamos entre nichos, monumentos al honor y lápidas. Lo interesante: cada participante puede seguir el camino que prefiera, sin tratarse de una ruta guiada. Más innovación dentro del programa de la Semana Negra. Y en un cementerio, como a mí me gusta!

 

 

 

 

 

Lejos de las ánimas, propongo un paseo por el Nilo. Un crucero, que ahí sí que se palpan cosas. Como anfitriona, Maruja Torres. Nuestro barco: “Sin entrañas”.

 

Localizado en el puerto y reunidas las fuerzas, zarpar es un verbo que viene solo. Maruja se encarga de lo demás: un asesinato, un ritual faraónico, delirios de grandeza, crucero de lujo poblado de sospechosos, grandes envidias y Diana Dial, el alter ego de la autora que la ha consolidado dentro de la novela negra. La autora catalana, a través de su protagonista, vislumbra la corrupción en Egipto durante la investigación del crimen de un constructor catalán a bordo de este crucero al que nos invita, claro homenaje a la novela “Muerte en el Nilo” de Agatha Christie.

Despega la tapa de “sin entrañas” para encontrarte frente a una trama neocolonial y plagada de ironía.

 

 

 

 

Como si de un juego de tratara: de entraña a entraña y tiro porque me toca. ¡La guerra, que viene la guerra! ¡El gallo, que la lidera! ¡El gallo!

Estos gritos, en la Carpa A Quemarropa. A su lado, Rodolfo Martínez como presentador de “2022, la guerra del gallo” y su autor Juan Guinot. Martínez asegura haber encontrado en “2022” una epopeya contada desde el realismo a pesar del maquillaje fantástico con que Guinot la disfraza.

 

Antes de desgranar la historia, la trama y el sentimiento que guarda este ex- no combatiente, viene el paso de Guinot por la Semana Negra. Firme. Así fue. Amigo en media hora, conversador inagotable, sencillo, inocente y sincero. Estos dos últimos adjetivos tienen explicación en “Pensaba que no podía descubrir fauna nueva”, que fue LA frase de Guinot. La fauna, somos los demás. Me gusta. Es “bien” pertenecer a la fauna si así sorprendes a alguien. Uno de los más madrugadores, mate en mano, de la Semana. Tuve la suerte de intercambiar impresiones y jugar a inventar proyectos con este nominado al premio Celsius 232. Quiera o no, este ex- no combatiente es parte de la fauna semanera.

Pero vamos al lío, porque realmente lo es. ¿Qué se hace con un niño que se alista en la guerra de las Malvinas y, más tarde, se arrepiente? Nada. La suerte, en esta ocasión, estuvo de su lado: nunca lo llamaron. Desde esa experiencia, Guinot traslada la locura a su protagonista, que siente un profundo odio por el colonialismo inglés, con traumas propios de un combatiente que nunca lo fue. Este niño, ya crecido, no entiende cómo puede ser que el bueno no gane si es lo que ve en las series americanas, en todas. Él es bueno, quiso ganar Malvinas y no. No puede ser, hace falta otra guerra. Locura. Más locura. Alguien, en un hospicio en el que es internado, le cuenta de su participación en la operación Algeciras, donde planean atentar con una bomba a un submarino ubicado en El Peñón. La señal que necesitaba, piensa. Y todo explota, sin bombas ni nada.

El bucle empieza. Vueltas y planes y vueltas.

El petardazo, por supuesto, no pienso desvelarlo aquí. Dos opciones disponibles: agarrar la novela editada por Talentura o asistir a la obra de teatro basada en la novela que se acaba de estrenar en Argetina. Eh! Si tienes la suerte de poder vivir las dos, te envidio.

 

 

Carlos Zanón

Más tacto. Del que duele y nadie puede escapar. Para empezar es imprescindible la presentación de Cristian, Bruno y Raquel como los “malos de la película”. Ellos son los que ponen las nubes, el sol si es que sale, la trama y los bares en “No llames a casa”, la última novela de Carlos Zanón. Cristina Fallarás es la encargada de presentar en la carpa A Quemarropa a su colega, de contar sin despejar e incluso defender opiniones sobre “No llames a casa”. Fuerte, como siempre, la exposición de Fallarás ante la mirada atenta de Zanón. Esa potencia, dentro de la novela. La firmeza de Carlos, también.

En las páginas, todo preparado para los que tengan la mala suerte de cruzarse en el camino de estos tres supuestos insensibles a los que, sin embargo, tienes que querer. Drogas, alcohol, un hígado que muere y dos vidas que también. Aparecen Merche y Max que sin drogas, alcohol, ni hígados moribundos están jodidos, muy. Todo por mantener la privacidad de una vida con mordiscos, manchas o ambas cosas. El trío del principio se encargará de poner precio al silencio y los demás de decidir cuánto están dispuestos a pagar. Extorsiones, voces desconocidas al otro lado de la línea telefónica, fajos de billetes y habitaciones por horas. El quiero pero no puedo. El hazlo que yo te apoyo. El sigue que voy contigo. El no me atrevo a ser feliz. Todo en contra y el viento que empuja, el tiempo que corre y la vida que pasa.

El cruce se produce y Max, ahogado por mantener una relación con los hijos que “comparte” con su ex, la vida que ansía e intenta con Merche y la preocupación por convertir en un hogar su piso de alquiler, tiene que tomar las riendas de la situación y jugar con todo, arriesgar como única y última oportunidad de sobrevivir.

En la curva del sumidero donde va a ir a parar la novela de Carlos, verdaderas historias de amor. Nos postra ante situaciones límite, sórdidas y punzantes que, curiosamente, resultan increíbles por lo real. Precioso el tono y el tacto de Zanón cuando escribe. Eso sí, ¨No llames a casa” es un tocado y hundido en toda regla. ¿Dispuesto a pagar lo que vale?

 

Toca. Es el tacto Semana Negra. ¡Y sigue!

 

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