Las inmensas preguntas de Antonio Cisneros

Por Adán de Maríass.

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Hace unos días nuestro querido poeta Antonio Cisneros hubiera cumplido 70 años. Para ser más preciso nació en Lima el 27 de diciembre de 1942.

Al leerlo lo primero que llamó mi atención fue su manera tan personal, tan doméstica, y directa de versar, con humor, desenfado y originalidad. Cada verso suyo nunca me fue ajeno ni me fueron indiferentes. Sus poemas me transmiten esa espontánea naturalidad como quien estuviera conversándome a través del ejercicio poético.

 En la poética cisneriana se participa de una fiesta creativa que nunca cesa ni cuando se cree terminada la lectura de unos poemas. Uno piensa o se imagina que cuando Cisneros escribe se va generando dentro de su mundo interior un proceso químico de ideas que el celebrado poeta va dando partida de nacimiento.

 No hace mucho en una entrevista manifestó lo siguiente: «Nombro a mi familia: el nacimiento de mi hija, la referencia a la tribu permanente que hago tiene una razón de ser definitiva. Yo no soy un hombre de partido, yo no soy un hombre que cree en las grandes ideas, soy de una naturaleza profundamente escéptica y la familia es una de las escasas certezas con las que cuento. Yo nunca he creído en las grandes cosas, lo que me ata es la tribu, mi familia inmediata. Por eso mi familia inmediata está presente por todos lados, desparramada en mi vida».  Tres hijos (Diego, Soledad y Alejandra) y cinco nietos, y su  amada esposa Nora Elvira Luna a quien llamaba cariñosamente «La negra».

 Con más de veinte libros publicados, en sus inicios desde Destierro (1961), David (1962) primeros poemarios que llevan el sello editorial de La Rama florida de Javier Sologuren, Comentarios Reales (1964) libro que obtiene Premio Nacional de Poesía, y Canto Ceremonial contra un oso hormiguero (1968) distinguido con el Premio Casa de las Américas en La Habana, Cuba, y  también obtuvo entre otras prestigiosas distinciones el Premio Interamericano de Cultura Gabriela Mistral (2000), el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso (2004), el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2010). Es Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia.

 Estudió en la Universidad Católica y en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos entre 1960 y 1965. Se doctoró en Letras en 1974. Fue profesor invitado en las universidades de Southampton, Niza, Budapest, Berkeley y Virginia. Tuvo dos exitosas temporadas en Radio Programas del Perú conduciendo «Crónica del oso hormiguero» (1996-1998). También Director del Centro Cultural Inca Garcilaso de la Vega del Ministerio de Relaciones Exteriores, 2005-2011.

 Antonio Cisneros, pertenece a la llamada “Generación del 60” de la literatura peruana.

En sus poemas se notan interesantes referencias sobre la ciudad, el mar, temas bíblicos, la historia del arte. «Soy eminentemente urbano. Nací en una ciudad y en general no me gusta vivir en ciudades que tengan menos de un millón de habitantes».  Entre todas sus obras nunca oculta su cariño por «Como higuera en un campo de golf» (1972). «Es un libro muy desgarrador, lleno de culpas, de problemas, de frustraciones». Y otro libro de tremenda importancia en su corpus poético como es «El libro de Dios y de los húngaros» (1978), que se inicia con el poema Domingo en Santa Cristina de Budapest y frutería al lado. Poema que tiene como antecedente un breve acontecimiento hace quince años que Toño (así lo llaman sus amigos) no entra a una iglesia, está en Budapest, capital de Hungría, año 1974, está decidido a entrar, ya dentro el sacerdote húngaro lo abraza, y él siente el deslumbramiento ante la presencia del Señor como si le estuviera hablando a través del sacerdote. En ese instante se empieza a gestar tan importante libro de poemas.

 Una vez le preguntaron como le gustaría ser recordado y él dijo  «una persona buena gente que sabía hacer un poco de todo».