Una semana intensa en el mercado del arte contemporáneo

Por Mario S. Arsenal.

 

Muchos dicen que es la semana del arte; para otros sólo son cuatro días de trámites burocráticos y financieros; para otros tantos es un reclamo turístico; y para otros una excusa para conocer el panorama artístico actual. Desde el 13 al 17 de febrero tuvimos congregadas en Madrid tres de los reclamos más punteros en cuanto a arte se refiere. Y digo punteros porque prefiero huir de cualquier valoración a priori.

 Alfredo Jaar (ARCO 2013)

ARCO, JUSTMAD y ARTMadrid acapararon esta semana pasada todas las miradas. Medios de comunicación, especialistas, galeristas, coleccionistas e incluso público general se dieron cita en las respectivas sedes de exposición ávidos de arte y emergencia.

 

Tuvimos la suerte de poder visitar las tres y de ello hemos sacado interesantes conclusiones. De entre ellas, que ARCO se sigue llevando el gato al agua, mientras las otras dos se conforman con un modesto terreno de juego. Entre estas dos últimas, hay una diferencia fundamental: ARTmadrid tiene un horizonte mercantil ante el que JUSTMAD aún no ha sucumbido. Se mantiene, por tanto, la peculiaridad de cada una, teniendo siempre presente cuál es la estrella vigía. ARCO se ha presentado este año entre infinitas dificultades de financiación debido al incremento del IVA, lo que ha mermado su dinamismo y se ha visto obligada a asumir. Quizás JUSTMAD haya sido el acontecimiento más atendible en cuanto a espíritu se refiere, ya que tanto sus precios como sus propuestas se han mostrado coherentes con los tiempos que corren. ARTMadrid, con una organización exquisita, y a pesar de contar con un espacio reducido donde se daban cabida propuestas arriesgadas, parece que no termina de calar hondo en el gran público. Quizás la rígida distribución y planteamiento de su muestra, fundamentada la gran mayoría en grandes galerías que ponen a disposición del cliente las mismas obras una y otra vez –un Miró aquí, un Tàpies allá–, no ayudan a abrir la ventana al caótico e interesante mundo del arte actual. Muchos números, poco arte.

 Raffaella Mariniello (ARCO 2013)

ARCO evidentemente tampoco fue ajena a los números, pero pocas galerías repiten sus fondos y las obras que exponen, antes bien, el acierto de esta cita es saber siempre regenerar de algún modo las galerías trayendo la novedad al precio que sea necesario. A lo mejor el pecado se convierte en virtud, pero la sensación de frescura siempre es constante, año tras año. Muchas veces existe una noticia que desequilibra el orden social y ocupa las portadas de las secciones de cultura de los periódicos: el año pasado fue Eugenio Merino y su Always Franco, donde el artista madrileño tuvo el osado acierto de colocar al dictador en una cámara frigorífica; este año lo es Practices suck the world de Bernardí Roig, valorada en 58000 euros y con la que un visitante tropezó fallidamente y mutiló en presencia de Norman Foster, testigo de excepción en la Galería Max Estrella donde se produjo el fatídico incidente. Por lo demás, decir que la representación turca nos pareció interesante y genuina. Genuina porque aún todavía Turquía mantiene el recelo europeo pero conserva su profunda naturaleza oriental, no contaminada hasta el momento. Una suerte de cara B de nuestra vieja Europa: quizás lo más interesante de ARCO y que pueden continuar en el CA2M de Móstoles con una monográfica de uno de sus artistas más visibles, Halil Altindere, también representado en la feria.

 

En definitiva, ni tenemos las ganas ni la necesidad de hacer una valoración de estas tres ferias. Hemos de imaginarnos que los galeristas saldrán satisfechos por hacerse visible en estas plataformas ambiciosas y grandilocuentes de exhibición; también los artistas porque el resultado de su trabajo pudo atraer a una clientela potencial mucho más potente; alegría también por el personal de marketing, servicio, y asistencia que conlleva este tipo de eventos, numeroso y falsamente esperanzado frente al gozo de trabajar fugazmente; todo esto es la semana del arte en Madrid.

 

Maria Rubinke2 (JUSTMAD 2013)

Como amante de la cultura y teniendo siempre la cultura como horizonte, uno tiene la ilusión de que algún día el protagonismo de los números se doblegue ante el arte. En este sentido, sería descabellado decir que ARCO, JUSTMAD y ARTMadrid son contraproducentes, somos conscientes, pero en muchas ocasiones el color del dinero prima sobre el de la pintura. El primer síntoma de esta patología está en el precio desmesurado de las entradas; mientras JUSTMAD y ARTMadrid se muestran manifiestamente abiertos a todo el público, en ARCO arraiga la mala costumbre de limitar el volumen de público subiendo las entradas. Alguno pensará que las entradas no han subido, y es cierto, pero no caigan en el error: el nivel adquisitivo tampoco era el mismo el año pasado. ¿Podemos seguir manteniendo la esperanza? Creo que sí. Pero sin olvidar nunca qué es arte y qué es mercantilismo.

 

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