Don Johnson se puso la camiseta malva de Travolta

 

Por JON C. ALONSO

Corría el año 1984 y nuestro país estaba embadurnado de movida y plexiglás pegamoide. Almodóvar era l’enfant terrible de nuestro cine. Acaba de dirigir a una Carmen Maura —abnegada ama de casa— enganchada a las anfetaminas y rememorando un título que se nos quedó como himno a la credulidad de todo hijo de vecino: ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Joaquín Luqui era el amo de las ondas y nuevos becarios look George Michael, como Fernandisco nos vendían la cream pura y cool desde los 40 principales. Dixit: “La  gran serie de la televisión en USA, se llama Miami Vice y llega a España, amigos. Tiene muy buena música”. La televisión era cosa de dos canales: 1 y 2. No había mucho donde elegir. De repente, en las pantallas de los hogares españoles aparece un rubiales de nombre, Don Jonhson con una americana de Adolfo Domínguez. Fuma con el estilo de los detectives clásicos y conduce un Ferrarri Daytona negro con proto-iphone incorporado sin manos libres. Arrancaba la moderna serie con un montaje de secuencias de Jai-Alais y pelotaris de Florida entre flamingos rosas, playas y la música electrónica con aroma funk de J Harmmer. La producción ejecutiva marchaba a cargo de Michael Mann y Dick Wolf. El guión lo firmaba Anthony Yerkovich, el mismo de Canción triste de Hill Street

Don Malva

Irrumpía el paleolítico de las cortinillas de televisión que marcarían la historia posmoderna de este negocio; Twin Peaks y Los Soprano. Una amalgama de generaciones se apalancaban frente al televisor —los miércoles por la noche— para ver al  altanero dorado, Sony Crockett junto a su compañero de andanzas el chico de color —simpático y bonachón— Ricardo Tubbs (Philip Michael Thomas), de ojos psicodélicos a bordo de ferraris, lamborghinis o corvettes de última generación. Mientras, el viento movía la melena de Crockket y los ricitos de Tubbs sonaba de  fondo On the Air con redoble de timbales de Phil Collins. Todo el mundo flipaba con la pareja de polis más fashion de la televisión. Es verdad, Fernandisco no nos mintió. Corrían tras las mafias, carteles y demás hampones de la península de Florida sin tregua. En la radio del coche de Crockket, se escuchaban temas que iban de Clapton a The Mission. Sonny no tenía un Pit bull “docucallejeros” por mascota sino un Alligator llamado Elvis, el cual, vigilaba su yate deportivo, sito en el embarcadero del puerto. Era así de cool. Bebía Heineken y no tenía miedo a la muerte como un legionario. Únicamente, le sacaba de quicio el gélido teniente Castillo (Edward James Olmos) excelente actor y director, que junto a Johnson ganaron sendos globos de oro por sus interpretaciones. Las novias de Sonny Crockket eran tan atléticas como Jane Fonda que partía la pana con sus vídeos de aerobic. Aquí teníamos nuestra versión hispánica femme fatale, Eva Nasarre. Los tonos pasteles de sus trajes y aquel Miami envuelto en Art-Deco hacían las delicias de los televidentes.

Fue pionera en introducir una estética actual, moderna, centrada en la cultura popular de los 80. La serie estaba en boca de todos, y lo que pasaba con las movidas de los capítulos y el protagonista —fuera de la pequeña pantalla— empezaba a tener más gancho que lo que se mostraba en cada episodio. Como, a posteriori, pasó en los 90 con la angelical Laura Palmer. ¿Se acuerdan? Todo el mundo hablaba de Laura. Nuestro rubio estrábico anunciaba colonia de Myrurgia, pues decía que era el aroma de California. Así eran los Don Draper made in Spain.  Todos queríamos llevar la camiseta malva sin magas del superpoli. Hasta Melanie, la señora de nuestro  Banderas sucumbió a los encantos de Sonny Crockket. Durante 5 temporadas (1984-1989) marcó un estilo y una manera de rodar muy MTV, que dejó una huella indeleble.

Testarrosa Blanco

Por las calles, playas y cayos del condado de Miami pululaban todas las faunas más eclécticas del planeta: Bruce Willis, Bill Paxton, Ben Stiller, David Strathairn, Dennis Farina, Frank Zappa, Ian McShane, Luis Guzmán, John Turturro, Julia Roberts, Joan Chen, Kyra Sedgwick, Steve Buscemi, Sheena Easton, Tony Sirico, Ving Rhames, Viggo Mortensen o Wesley Snipes y tras la cámara algunos nombres que pueden asociar a productos de calidad en el mundo del cine y la televisión como Abel Ferrara, Alan J. Levi, Rob Cohen, Christopher Crowe, Daniel Attias, David Anspaugh, David Jackson, John Nicolella o el mismísimo, Michael Mann, Paul Michael Glaser o Leon Ichaso. Obviamente, la gente se había olvidado de Dallas porque había un chico en la pantalla que parecía John Travolta con camiseta malva y un 45 automático vigilando la ciudad de criminales y malas hierbas. La mayoría de sus victorias eran por   agridulces K.O. en el mejor de los casos. La angustia perseguía a su protagonista, a pesar de las RayBan y los modelos de Armani, Domínguez o Versace, pues el fantasma de Vietnam estaba siempre presente. Ahora, el personal estará más familiarizado con este personaje resucitado por otro niño terrible de la gran pantalla: el rey de Tennessee,  Mr. Tarantino y su Django desencadenado, el especialista en rehabilitación de viejas glorias ha conseguido que medio mundo se hayan tronchado de la risa con un crepuscular, Don Jonhnson interpretando a un ridículo señorito sureño agobiado con su máscara del Ku Klux Klan. Y,  Django —Jamie Foxx— fue el compañero de Collin Farrell en el remake que se hizo para el cine, su alma mater, Michael Mann. La verdad, que esta vida tiene unas paradojas tremendas; el año que viene se cumple el aniversario de la serie, 30 años de su creación. Y para conmemorar tan célebre aniversario se anuncia su salida al mercado en Blu-ray en 2014. Por cierto, la serie completa se puede conseguir en cualquier establecimiento especializado en cine y DVD,  tanto físico, como  en la web.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=_UmOY6ek_Y4[/youtube]

One thought on “Don Johnson se puso la camiseta malva de Travolta

  • el 6 marzo, 2013 a las 11:02 pm
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    JC,
    Un gustazo pasear por “CULTURAMAS” y leer artículos tan buenos. Retrato de “Miami Beach” y listados de series memorables.
    Ha sido como visionar –de nuevo- este mítico serial con un “poli” con el que todas soñábamos… Miami Beach fue el principio de una nueva etapa –como bien apuntas-. Don Johnson, con su “look” ochentero… Tan exultante como viril. Tan egocéntrico como incorruptible. ¡Que nos manden unos cuantos!
    Aunque tenga un coco por mascota, un Ferrari llamativo y se vistan a lo “Travolta”.
    Me gustó mucho. Ann@

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