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Un homenaje al cine: Volver, la indispensable ficción

 

 Por Anna Maria Iglesia

@AnnaMIglesia

 

A palabras necias, oídos sordos dice el proverbio castellano y es precisamente por ello que no merece dedicar palabras a quienes denigra, precisamente, el arte de escribirlas. No hay mejor homenaje al cine, al cine de aquí, pero también al cine de allá, al cine como creación artística, al cine como expresión cultural y personal de un yo creador a sus espectadores, que rindiendo reconocimiento a la ficción.

La ficción ha estado siempre presente en la cinematografía de Pedro Almodóvar, desde la anónima escritora de La flor de mi secreto hasta La mala educación; sin embargo, es en una película como Volver en la que, por sorprendente que pueda parecer, el director manchego rinde el mayor homenaje a la ficción, convertida en elemento indispensable en la cotidianidad de las mujeres protagonistas de la cinta, así como en el filtro a partir del cual entender unas vidas marcadas por las dudas, los conflictos y las flaquezas. A través de la ficción, la realidad se hace más comprensible. Volver desarrolla la historia de una falsa muerte, de una muerte fingida: Irene (Carmen Maura) decide esconderse durante años tras ser declarada muerta después de un incendio, provocado por ella misma, en el cual falleció su marido junto a otra mujer. Al darse por seguro que la mujer fallecida en el incendio era Irene, ésta se esconde en la casa de su anciana hermana sin que lo sepan sus vecinos ni tampoco sus propias hijas. Por su parte, la  vieja hermana (Chus Lampreave) es consciente de que Irene vive con ella, pero no de que los demás la crean muerta, así que, pese a decir abiertamente que su hermana menor le hace compañía, no es creída y sus afirmaciones son interpretadas como una consecuencia lógica de la edad. Este es el contexto inicial que se modificará cuando Irene, tras la muerte del personaje interpretado por Lampreave, decide volver a aparecer ante sus hijas, aunque permanece en el fúnebre anonimato para sus vecinos. Lo interesante de este personaje reside precisamente en su mentira, en su ocultación completa al inicio y en su revelarse paso a paso durante el desarrollo de la película. Tras el personaje de Maura existe una reflexión sobre lo que representa la muerte para los vivos y como puede ser plasmada en imágenes.

 

Carmen Maura Volver

 

A pesar de sus diferencias, la religiones siempre han conferido un lugar privilegiado a los fallecido: su ausencia, su inevitable y desconsoladora ausencia, no es, sin embargo, un abandono: el fallecido es aquel que, desde la ausencia vital, vela, cual alma protectora, que quienes ha dejado atrás, en la siempre complicada y, a la vez, sorprendente, aventura de la vida. Irene juega este papel, permanece al lado de su hermana para ayudarla en sus años de vejez, vuelve a aparecer en la vida de sus hijas para resolver aquello que dejó pendiente tras su “muerte”, vuelve para aclarar con su hija Raimunda (Penélope Cruz) aquello de lo que nunca habló y termina al lado de su amiga Agustina (Blanca Portillo) para auxiliarla en sus días de agonía. Irene se convierte así en un alma protectora, en un alma que, sin embargo, necesita morir para llevar a cabo su propósito: tiene que fingir su muerte para poder ayudar, no lo podría hacer desde su estado de viva, necesita de la ficción.

Almodóvar recurre a este imaginario, para plantear una reflexión acerca de la  ficción: en Volver es la ficción aquella que representa la protección, es en una mentira en la que los personajes encuentran consuelo. Irene recurre a la ficción, a la construcción de una realidad falsa y paralela, para poder acercarse a su hija, para poder enmendar los errores del pasado; a través de la ficción, el pasado se hace comprensible, a través de la ficción la vida de sus personajes, lejos de detenerse, prosigue. Inmersa en una ficción que, paradójicamente, configura la propia realidad, Irene recuerda al protagonista de la excepcional novela de Luigi Pirandello, de El difunto Mattia Pascal. Éste es dado por muerto tanto por su mujer como por todos sus vecinos, incluso la prensa publica la noticia de su muerte. Mattia es así obligado a vivir una mentira, una ficción de la que, sin embargo, parece no querer salir. Con Volver, Almodóvar rinde una merecido homenaje a la ficción, entendida no solamente como mero engaño, sino como elemento esencial en la configuración de la cotidianidad; la ficción como clave de lectura para comprender una realidad demasiadas veces incomprensible; la ficción como refugio para su creador, pero también para su espectador. La ficción, como la creación en general, no es producto del egoísmo, sino de la inevitable necesidad de comunicar, de llegar al otro. La ficción impregna toda creación artística, desde la narrativa a la opera, de la pintura a la poesía, del teatro al cine. El cine en ficción, es una ficción necesaria para quienes la crean, para quienes le dan vida, pero sobre todo, para el espectador que, desde la oscuridad de la sala de cine, vislumbra, a través de esas realidades otras, su propia cotidiana existencia. El cine ilumina nuestra cotidianidad, no es una banal y alienante distracción, sino el refugio del que nadie debe ser exclusivo. El espectador reclama el cine como Raimunda reclama, no sin contradicciones, a Irene; el espectador necesita la ficción cinematográfica como Agustina necesita a Irene.

 

pedroalmodovar_atame03

Pedro Almdóvar sabe que el cine no es un juego y, con irónica sutileza, no duda en recordarlo a través de sus películas: en Hable con ella, Benigno (Javier Cámara) acude al cine a ver Amante menguante, un corto en blanco y negro creado por el propio Almodóvar, inspirado en la película de 1957 El increíble hombre menguante, dirigida por Jack Arnold. Benigno necesita ver ese corto para poder amar a Alicia (Leonor Watling), necesita ver al hombre menguante desear, amar y tocar y a aquella mujer, aparentemente, imposible de conquistar. Almodóvar recurre así a la utilidad de la ficción para poder realizar el propio propòsito: Benigno necesita ir al cine, ver una “mentira” cinematográfica, mientras Irene da un paso adelante, pues es ella quien  construye su propia farsa. Ambos necesitan de la ficción, pero Irene es consciente de su necesidad y por eso crea la farsa, Benigno, en cambio, es víctima de su necesidad, la ficción actúa en él de manera inconsciente. Irene es el director de cine, Benigno es el espectador; asimismo, Mattia Pascal puede considerarse el personaje de la película que Irene realiza y Benigno mira, pues es obligado a vivir delante de todos una ficción que otros han inventado.Irene es de alguna manera heredera de Enrique Goded (Fele Martínez), el director de cine de La mala educación, que continúa haciendo cine con la misma pasión así como Irene continúa construyendo y viviendo la propia ficción.

Volver habla del cine, de la pasión de Enrique Goded por el séptimo arte, de esa pasión que salva a Goded del trágico destino hacia el cual son abocados los otros personjes. La ficción permite a Irene ayudar a los demás, salvar a aquellos que la necesitan; la ficción salva a Enrique de un pasado de abusos que no olvida; en definiva, se trata del cine como via de escape, como solución, como pasión que se debe perpetuar. Como diría Antonioni: hacer cine es vivir.

 

2 thoughts on “Un homenaje al cine: Volver, la indispensable ficción

  • «Seamos afirmadores cotidianos de la ficción como la más abrumadora realidad» ( Anamarel, de Emilio Porta )
    Perdón por la autocita pero me he identificado tanto con el artículo que pienso que la autora se podría identificar del mismo modo con un libro, publicado hace años y que cree que la vida solo merece la pena ser vivida si la transformamos a través de la imaginación y los sueños. Ese es el mejor intento del ser humano. Por medio de la creación y el arte: vivir y hacer vivir lo que se piensa para que forme parte de nuestro entorno personal. Estoy de acuerdo con todo lo que escribe la autora del artículo – espléndido, como todo lo que escribe, sea literatura o toque temas superpuestos o paralelos, como en este caso, el cine – sobre «Volver», para mí la mejor película de Almodovar. Gracias por esta espléndida mirada sobre el cine en abstracto… y en concreto, sobre la ficción como factor de la realidad.

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    • Como siempre no puedo sino mostrar mi más sincero agradecimiento por el comentario. Prometo buscar Anamarel y leerlo con interés. Gracias. Un abrazo

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