PALABRAS PARA UN AÑO NUEVO

Por Alberto Di Francisco. Hola Lectores! Ya cerca del término de un año, y el inicio de uno nuevo, quise pasar a dejarles,  esta vez, unas palabras referenciales a la culminación de nuestro calendario, que, a pesar de «ser un día más», encierra todo un profundo sentimiento. El texto se titula «Ciclos».

Espero, como siempre, que las palabras lleguen y encuentren tierra fértil en el Lector.

«CICLOS» 

Si hay una característica que define a La Vida, es que ésta se encuentra compuesta de ciclos; estos ciclos que la componen son como círculos que se van abriendo (en la enorme diversidad de motivos) a través de determinados momentos del camino. Algunos de ellos viven pequeños momentos, son inmediatos, apenas pasaron como un suspiro, ya cierran su tiempo; otros en cambio son de un recorrido más extenso, y llegan a ocupar grandes franjas de nuestro tiempo.

Los ciclos, al cerrarse, al completar su trayectoria, consuman un recorrido “físico” diríamos; pero realmente su círculo, su real propósito, culmina en su recorrido “conceptual”, que es aquel cuando deviene en experiencia, porque los ciclos solo se cierran si nos dejan su fruto; un ciclo se adormece solo cuando ha despertado en nosotros otras ideas más grandes, cuando nos ha desvelado a horizontes más lejanos por conquistar. Un ciclo se cierra cuando sobrevive como nuevo impulso, cuando ha sabido abrir otro ciclo más superador.

Es maravilloso verlos, esos círculos se abren a cada paso, y son como recipientes donde debemos verter la experiencia de nuestros pasos. A veces un efímero círculo es una espina en nuestra senda, y ha vivido breve pero intensamente, solo para hacernos replantear el camino que tomamos; a veces hay ciclos que se han abierto (que hemos abierto) sin saberlo, y solo con el tiempo descubrimos maravillados esa sucesión de cosas que de pronto cobran sentido y se cierran con la sonrisa de su enseñanza. Y abrimos ciclos con un amor, y abrimos y cerramos ciclos con cada respiro, iniciamos cosas con una sonrisa, con una mirada, nuestros sueños se disparan con esas trayectorias, y nos acompañan en ocasiones durante toda la existencia. Y hay que ver el espectáculo en que se transforma la existencia, cuando esos círculos se iluminan con la luz de nuestra reflexión y nuestra aceptación. Esas constituyen las luces del alma.

Hoy nos encontramos también en los últimos tramos de un círculo, de un ciclo, que viene a cerrarse,  y que viene a encontrar su íntimo propósito al completar su trayectoria;  es un círculo que se ha ido llenando de otros pequeños círculos de las experiencias del año. Pero este círculo hoy también cierra su recorrido “físico”, que es el tiempo humano con que medimos las cosas de nuestro mundo, y he aquí entonces el sentido de mis palabras, el deseo de que cada uno logre cerrar este año que ya se despide. El deseo de que cada espacio que se abrió, encuentre su tiempo de culminación, que cada paso halle su destino, que cada meta haya vislumbrado su horizonte, que cada sueño haya sido bandera en lejanos mundos de la idea, que todo amargo dolor nos haya dado el dulce fruto de un aprendizaje. En fin, que todas esas pequeñas partículas circulares que componen el ciclo de este año que termina, también se cierren con nuestra reflexión, con nuestro agradecimiento; como antes se dijo, solo se cierran ante la visión de nuevas aperturas, solo si abren puertas a nuevos desafíos. Hoy cerramos un enorme ciclo, un año, y abrimos otro, superador, cargado de sueños, de esperanzas, con la íntima alegría de dar un paso más, de decir que estamos en camino, que amamos la Vida.

Nada mejor que cerrar este ciclo, ni nada mejor también que abrir el ciclo nuevo, sino recordando que vamos en pos de un Ciclo mayor, que es la conquista de las luces del alma.

El Amor, es el círculo que todo lo abarca.

FELIZ NUEVO AÑO…!

 

Les desea Alberto Di Francisco

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