Un balcón con vistas

Por Fernando J. López. Ritmo y naturalidad. Dos conceptos que no son sencillos en la comedia y sin los que es imposible que la función se sostenga. Por eso, porque ambos encuentran su lugar en este montaje, he disfrutado tanto de Un balcón con vistas. Una obra que se puede ver en la sala Azarte -espacio que, desde su nacimiento, ha apostado siempre por los nuevos creadores- y donde se da cita un reparto que llena, con acierto, la identidad de sus personajes.

El texto y la dirección de Laura Molpeceres se dibujan con sencillez -esa sencillez que, en el fondo, es producto de un intenso trabajo de depuración-, desprovistos de pretensiones, y se abren al espectador desde una cercanía que  hace sus situaciones próximas y reconocibles. Se evita el humor fácil y se busca la risa a partir de la construcción de los cuatro caracteres que se cruzan y descruzan en su devenir conyugal. La creación de personajes sostiene la función y mantiene una permanente sonrisa en nuestro rostro. Una sonrisa que, gracias a la vis cómica de Maggie CivantosDavid TortosaJorge Monje y Cristina Soria -espléndidos en sus  papeles-, se torna muy a menudo en abierta carcajada.

Se agradece -y mucho- una propuesta en la que no se huye de la comedia emocional buscando coartadas intelectuales y donde los referentes -muy woodyallenescos– se asumen con naturalidad, sin esconder las influencias que determinan -también en la ficción- nuestra visión del mundo. Quizá se pudiera pulir la repetición de ciertos gags -algunos tics o situaciones como el desmayo-, pero son muchos más los aciertos que las lagunas y se agradece que la función se aleje -en todo momento- de la tentación del  humor zafio o evidente.

En definitiva, teatro contemporáneo sobre personajes y situaciones que también lo son y donde la honestidad de todos los implicados en su puesta en escena consigue que el público sienta las mismas ganas que ellos de asomarse al balcón que da título a la obra. Un balcón donde reconciliarnos, desde el humor, con todas las rarezas que nos definen. Dentro, fuera y alrededor de la pareja.

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