ArtMadrid en su décima edición

Por Paloma Rodera.

 

ArtMadridEste año ArtMadrid ha cumplido 10 años desde la primera vez que pudimos ver aparecer esta feria de arte contemporáneo. Como otras, entre las que mencionaré JustMadrid, se ha convertido en una alternativa al gigante Arco. Si tuviese que destacar una faceta de esta edición haría alusión a la explosión de color. Durante el último fin de semana del mes de febrero el público madrileño ha podido ver la obra de un sinfín de artistas nacionales e internacionales. El espacio, CentroCentro es la bicoca de una celebración del arte y la cultura. Esta muestra de arte, año tras año, se va consolidando con humildad y modestia, pero con paso firme, convirtiéndose en un referente del panorama del arte actual.

He de confesar la excesiva repetición de Manolo Valdés, que ya se ha convertido, a fuerza de costumbre, en patrimonio nacional, sin quitar mérito a uno de los artistas más interesantes con los que cuenta España.

Sin embargo, destacaré dos elementos de la feria. El primero, el trabajo de la artista Carmen Isasi, fotógrafa cuya sutileza y elegancia son dignas de admiración, en una obra reflexiva que se construye a través de distintas capas de papeles japoneses con machas de tinta y unas fotografías de alto contraste que permiten una lectura sucesiva y que se va desvelando cuanto más uno se detiene a contemplar sus obras.

El segundo hecho es la presencia de la galería alemana Schmalfuss Berlín cuya labor posee un gran calado, así como la importancia de los artistas que la conforman. Destacaré el trabajo de tres de ellos: Christiane Erdmann, con sus esculturas en madera pintada que muestra una revisitación a lo que en nuestro país nos remite directamente al concepto “menina”, pero de una manera fresca y nueva. El segundo artista que menciono es Wolfgang Stiller, escultor que trabaja con la escala de unas cerillas, cuyas cabezas quemadas tienen forma humana. Un potente concepto y una gran resolución plástica. El último es Oliver Czarnetta y sus particulares cabezas en resina. Este artista posee una gran sensibilidad plasmada en lo traslúcido de los materiales que utiliza y la ingravidez de la que nos hace partícipes.

Tal y como se ha confirmado, Madrid se ha convertido durante unos días en la imagen manifiesta de una celebración de arte contemporáneo que ha generado el interés de extranjeros y foráneos. Mis felicitaciones a ArtMadrid por formar parte de ello, por su dignidad en el panorama ferial y por la oferta, no sólo limitada a la exhibición, si no alimentada por todos los sectores que son parte del mercado del arte, así como la accesibilidad ofrecida al público general.

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