Amor e intriga política en «La estela de un recuerdo», nuevo libro de Almudena de Arteaga

«Por aquel tiempo, todos los de casa vivimos entregados a tres causas principales. Dimos lo mejor de nosotros mismos para devolver el arrebatado respeto a Dios, la integridad a España y su trono al rey. Ser pío, patriota o monárquico hoy en día es una opción que yo nunca llegaré a entender porque para nosotros era la vida misma».

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La estela de un recuerdo, de Almudena de Arteaga.

Actualidad editorial:

Reconocida por la crítica como una de las más destacadas escritoras de novela histórica actuales, sus libros han llegado a permanecer varios meses en las listas de los más vendidos, con numerosas reediciones y traducciones a varios idiomas. Almudena de Arteaga vuelve de nuevo a las librerías con La estela de un recuerdo (Editorial Planeta, 2015), una novela que basándose en hechos reales, y revistiéndose de memorias personales, hace una revisión histórica de los cinco años previos a la Guerra Civil española. Tomando como personajes centrales a la familia de los duques del Infantado –sus vivencias y enconados debates–, y desde su tradicional perspectiva alejada de cualquier ideal republicano, la autora realiza un completo y detallado retrato del momento, de las turbulencias políticas y ambiciones patrióticas que regían el bando más monárquico.

«Sí, definitivamente nuestra familia no podía ser otra cosa que monárquica y tendríamos que atenernos a las consecuencias. Me consolé pensando que, si era cierto que el rey había dejado España, no sería ni la primera ni la última vez que aquello pasaba».

La noche del 13 de abril de 1931, el duque del Infantado y su familia están en el ojo del huracán político que parece avecinarse sobre España. Fieles y reconocidos monárquicos, no pueden evitar sentirse desprotegidos al conocer la salida del país de Alfonso XIII. Los republicanos más intransigentes plantean tomar medidas drásticas que devuelvan poder y propiedades al pueblo. Joaquín e Isabel, junto con sus siete hijos, no dejarán en ningún momento de luchar por la monarquía y se verán envueltos en un maremágnum de medidas e intervenciones políticas que les tendrán en el filo de la navaja, ese punto límite que puede llevar incluso a la muerte. María, hija mayor de los duques, experimentará en primera persona todos aquellos hechos tan decisivos en su vida. Ella será también voz y ojos de la bella historia de amor que unió a Borja, el más pequeño de los hermanos, con una joven e vacilante Rafaela, heredera de un ilustre aristócrata madrileño.

«—Hay que ver cómo te contradices, madre. ¿No decías que para amar hay que saber odiar; que para luchar y vencer hay que esperar el momento oportuno para atacar; que para reír de verdad antes hay que haber llorado hasta secar los lagrimales, o que para valorar hay que saber lo que es perder?».

Apoyándose en el sutil trasfondo de una historia de amor plagada de ilusiones y esperanza, la autora nos devuelve a mediados del siglo pasado para relatar desde dentro, como si de la propia familia se tratase, los acontecimientos que marcaron aquellos años previos al conflicto fratricida, y que en el fondo, precipitaron su trágico desarrollo. La ambientación y meticulosa documentación con la que se cuida cada detalle o suceso, se vislumbra a lo largo de toda la novela así como en las diversas cartas que sirven de soporte a la narración. El palacio del Infantado en el Paseo del Prado, las calles que conducen al Congreso en el Madrid de los Austrias, el castillo de Viñuelas, Zarauz, Cádiz, Lisboa o Burdeos, se convierten entonces en determinantes escenarios de una historia realmente apasionante.

María se erige, como testigo privilegiado de los acontecimientos, en observadora vital y voz narradora más cercana y cómplice. Asistimos al giro drástico que la política republicana pretendía imponer al país, pero desde el punto de vista de una mujer excepcional e inteligente que tiene planteamientos radicalmente diferentes, que teme por sus posesiones, por su futuro y aún más por su propia familia. Y en medio de toda esta confusión, de manera casi inesperada, surge el amor más conmovedor, inocente y entregado, el de la impetuosa juventud, ese que se antoja redentor de cualquier pecado o fatalidad en que se pueda incurrir blandiendo el nombre de la justicia o la razón.

Almudena de Arteaga vuelve a descubrirse como una destacada escritora y eminente analista de la Historia, capaz siempre de ofrecer una visión alternativa de la misma. En esta ocasión, desde lo más alto de la escala social, entre los miembros de aquella aristocracia empresarial que lucha por mantener unos ideales políticos más o menos atávicos. Arteaga (Madrid, 1967) es autora, entre otros libros, de La princesa de Éboli (1997), Eugenia de Montijo (2000), María de Molina. Tres coronas medievales (Premio de Novela Histórica Alfonso X el Sabio 2004); La esclava de marfil (2005), El marqués de Santillana (2009) o Capricho (Premio Azorín de Novela 2012).

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La estela de un recuerdo.  Almudena de Arteaga.  Editorial Planeta, 2015.  352 páginas.  20,00 €

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