‘Mírame bien’, las memorias de Anjelica Huston

«Nací a las 18.29 del 8 de julio de 1951 en el hospital Cedars of Lebanon de Los Ángeles. Con un peso de ocho libras y trece onzas, era un bebé robusto y saludable. La noticia de mi nacimiento se telegrafió rápidamente a la oficina de correos de la población de Butiaba, en el oeste de Uganda. Dos días después, un mensajero descalzo llegó con un telegrama a las cascadas Murchison, en el río Nilo, en el corazón profundo del Congo Belga, donde se estaba rodando ‘La reina de África’».

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Mírame bien, de Anjelica Huston.

Avance editorial:

El próximo 3 de septiembre saldrá a la venta Mírame bien (Editorial Lumen), las memorias de una mujer realmente apasionada e icono cinematográfico del siglo XX, Anjelica Huston. Es hija de John Huston, conoció de cerca a Carson McCullers, John Steinbeck y Marlon Brando, posó para Richard Avedon y fue compañera sentimental de Jack Nicholson. Interpreta papeles difíciles pisando fuerte y sin miedo al lado de directores como Woody Allen y Francis Ford Coppola… Eso es tanto como decir que Anjelica Huston ha sufrido más de un chaparrón, pero su temperamento ha podido con todo y aquí está, dispuesta a contar su historia con talento y sentido del humor.

«Muchos creen que mirarse al espejo es una cuestión de puro narcisismo. Los niños contemplan su reflejo para ver quiénes son. Y quieren averiguar qué pueden hacer con él, cuánta plasticidad poseen, si alcanzan a tocarse la nariz con la lengua, qué aspecto tienen cuando se ponen bizcos. Hay muchas cosas que hacer delante del espejo aparte de disfrutar de la percepción de nuestra propia belleza física».

Tenía veintinueve años e intentaba hacerse un hueco como actriz cuando el director Tony Richardson se compadeció de ella. Era una pena que tener tanto talento le sirviera de tan poco: nunca llegaría a nada. Fiel a su carácter, Anjelica se tomó las palabras de Richardson como un verdadero reto. Mientras le contestaba con un «quizá tengas razón», pensaba para sus adentros «mírame bien». Y eso es lo que no ha dejado de hacer durante toda su vida: ser una criatura que reclama la mirada ajena.

«Cuando mi madre se quedó embarazada de Tony, tenía dieciocho años, y mi padre, cuarenta y tantos. Se había enamorado hasta los huesos de papá y había sacrificado su carrera por él. El 10 de febrero de 1950 papá cruzó con ella la frontera de México, se divorció de Evelyn Keyes y consiguió que un juez de paz los casara esa misma noche en La Paz, Baja California. Billy Pearson, coleccionista de arte y uno de los mejores jockeys de Estados Unidos, actuó de padrino».

Con una escritura franca, perspicaz y traviesa, la ex modelo y actriz se revela en estas memorias como una narradora dispuesta a revelar lo que ha descubierto de sí misma a lo largo de los años y a mostrar el lado más humano de una mujer apasionada. «Mírame bien son unas memorias brillantes, escritas con pasión y ganas de contar la verdad. Los recuerdos de su infancia en Irlanda y su juventud en Londres y Nueva York en los años sesenta son una auténtica joya» comenta el periodista y escritor Colm Tóibín.

Anjelica Huston nació en Santa Mónica el 8 de julio de 1951, fruto del matrimonio entre el director John Huston y la bailarina Enrica Ricki Soma. Su infancia transcurrió entre Irlanda y Londres. A los diecisiete años, tras la muerte de la madre en un accidente de tráfico, se trasladó a Nueva York, donde inició su carrera como modelo y se afianzó en el mundo del cine. En 1985 obtuvo el Oscar a la mejor actriz de reparto por El honor de los Prizzi. Ha rodado a las órdenes de directores como John Huston, Francis Ford Coppola, Bob Rafelson, Stephen Frears, Wes Anderson o Woody Allen, y ha cosechado múltiples premios a lo largo de su carrera. Hasta la fecha ha dirigido dos películas: Bastard Out of Carolina y Agnes Browne, que fue Premio Donostia 1999.

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Mírame bien.  Anjelica Huston.  Traducción de Teresa Arijón.  Editorial Lumen, 2015.  688 páginas.  24,90 €

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