Cuestionario literario Claudia Casanova, editora de Ático de los libros

 

claudiaHan pasado sólo cinco años durante los cuales Claudia Casanova ha conseguido consolidar dos sellos editoriales y una escuela para futuros editores. Si bien Casanova no era nueva en el mundo editorial, la hazaña bien merece elogios porque en una época de gran competencia editorial –basta ver el número de pequeñas y medianas editoriales surgidas en los últimos diez años- y en un país marcado y herido por la ausencia de lectores y por los bajos índices de ventas, conseguir, como lo ha conseguido Claudia Casanova, que Principal de los Libros y Ático de los libros se conviertan en dos editoriales, tanto en lengua castellana como en lengua catalana, de referencia para libreros y lectores no es tare fácil. Licenciada en económicas y diplomada en traducción, Claudia Casanova fue, durante diversos, años editora editorial de Paidós hasta que, en el 2010, decidió hacer el salto e invertir en su propia editorial. Así nacieron dos editoriales, unidas pero independientes, cada una con un carácter propio y distinguible: sus nombres –Principal de los Libros y Ático de los libros– las interrelacionan y las unen en un juego que va más allá de la mera referencialidad, puesto que con sus nombres ambas editoriales explicitan una verdadera declaración de principios: el objetivo primero y último son los libros y la calidad de los mismos. Mientras que Principal de los libros de define por un catálogo de autores, españoles y no, contemporáneos y de ficción en castellano, Ático de libros, mezcla ficción y ensayo así como publica libros ya sea en castellano como en catalán. Ático de los libros se caracteriza, a diferencia de Principal de los libros, por publicar clásicos hasta ahora inéditos o cuya distribución ha sido escasa, de ahí que hace algunos meses Casanova apostara con éxito por Discurs d’un fragment amorós, uno de los textos, ya de la época post-estructuralista, de Roland Barthes que Casanova había descubierto trabajando en Paidós y que permanecía inédito en catalán. Siempre en el campo de la ensayística y en catalán, Ático de los libros tiene en su catálogo Curs de filosofia en sis hores i quart de Gombrowicz o, el último publicado, Cartes des de la terra de Twain. En el ámbito de la ficción y en castellano, su catálogo abraza autores tan dispares e atemporables como Trollope, Richardson o Philip Hoare, autor contemporáneo que ha conseguido éxito y reconocimiento crítico con El mar interior. Por su parte Principal de libros tiene un catálogo en el que autores contemporáneos españoles, como Manuel Astur o Marina Sanmartin, comparten espacio con el prestigioso periodista norteamericano David Simon, con el escritor y periodista francés Jean-Luc Henning o con el músico español Santi Balmes. La heterodoxia define estos dos catálogos difícilmente catalogables, catálogos que, en su indefinición, se definen por una amplia concepción de literatura y por la convicción de que la editorial es el lugar para apostar por nuevos nombres y nuevas obras, para recuperar inéditos y llenar los vacíos que todavía subsisten en las editoriales. Y esta voluntad de Casanova se refleja no sólo en las dos editoriales, sino también en Taller de los libros, una escuela donde se ofrece formación para futuros editores que, desde distintos contextos, quieran seguir enriqueciendo el campo literario con obras y autores.

 

discurs¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?

Probablemente, para mí la felicidad perfecta se mide más por el lujo de tener tiempo para hacer todo lo que deseo, antes que por las cosas que quiero hacer con ese tiempo, que son por lo demás muy tópicas: leer, leer, leer, escuchar música, escribir, ver o volver a ver películas y series, y pasar tiempo con la gente que quiero.

¿Cuál es su gran miedo?

No tener tiempo para hacer todo lo que quiero hacer antes de morir.

¿Cuál considera que es la virtud más sobrevalorada?

Hay tantas… Las virtudes, en general, me provocan una gran desconfianza. Pero siempre me ha despertado grandes sospechas la (falsa) prudencia; pero la del cobarde, entendida como esa cómoda retahíla de silencios que permite sobrevivir sin pronunciarse, por los motivos que sean. La verdadera prudencia, la sensatez y el equilibrio en el juicio siempre termina por hablar cuando es importante.

¿En qué ocasiones recurre a la mentira? (en el caso que confiese mentir)

Siempre que sea necesario.

¿Se muerde la lengua antes de expresar determinadas opiniones por temor al qué dirán?

No me caracterizo por morderme la lengua cuando quiero decir algo. Duele mucho.

¿Cuándo fue la última vez que tuiteó o publicó algún comentario en las redes sociales con plena libertad?

Plena libertad… David Simon, periodista y creador de The Wire, a quien admiro y cuyos libros sobre Baltimore hemos tenido la suerte de publicar, dijo cuando vino a Barcelona, en unas declaraciones, que no le gustaba Twitter porque en 140 caracteres no se puede hablar, ni debatir en profundidad. Hace unos meses, tuiteó que bueno, que quizá sí servía después de todo, aunque con todos los peros del mundo…. Comparto su posición. En general, digo lo que pienso, cuando me parece oportuno e interesante. También, en el día a día de la editorial, hay momentos más serios y otros más lúdicos, como le sucede a todo el mundo, y las redes sociales son un reflejo de eso.

¿Qué es para usted la libertad?

Decir, hacer y editar lo que quiero.

¿Siente el ser una persona reconocida públicamente le resta libertad con respecto a la persona anónima?

El sector editorial dista de generar figuras públicas al estilo de la música o el cine (y ahora, YouTube), exceptuando a unos pocos autores. Desde luego yo no soy conocida, por lo que afortunadamente no tengo ese problema.

¿Hablar y expresar públicamente opiniones políticas o silenciarlas?

Expresarse pero sobre todo, actuar en consecuencia, cuando importa.

¿Activismo público o compromiso privado?

Ambos, no son excluyentes.

¿Informarse o ser informado?

Cribar, cotejar la información, venga de donde venga.

¿Qué es para usted y qué valor tiene la información?

Lo es todo: si lees un solo medio durante toda tu vida, ya sea el New York Times, el Hola o el Eye Opener (que existe: ¡una vez, en otra vida editorial, lo citamos en una faja!), estás condenado a no tener acceso a la riqueza de la diversidad de opiniones. Si lees un único tipo de libro, lo mismo; si no estás abierto a explorar, a probar nuevas fuentes de conocimiento, estás perdido. Atención: hablo de información legítima, de hechos contrastados, no de tergiversación sistemática, de propaganda burda o de bazofia. Precisamente leer, documentarse, conocer es la mejor manera de protegerse contra las manipulaciones interesadas, en todos los aspectos de nuestra vida.

principal

La cultura, ¿cuestión de esnobismo o conocimiento transversal?

Ni una cosa ni la otra. La cultura es el inmenso privilegio que tenemos los seres humanos de acceder a toda la labor artística, intelectual y científica que han desarrollado las generaciones anteriores y a la que ahora, mientras hablamos, están realizando nuestros contemporáneos. ¿Me niego a leer un best-seller? En absoluto. ¿Lo disfruto igual que si leyera a Scott Fitzgerald, por ejemplo? Claro que no. Es una lectura distinta, y eso una obviedad, pero no nos convierte en esnobs ni en transversales. En general, desconfío siempre de las posiciones simplistas, del blanco y negro, del conmigo o contra mí, en no importa qué campo. ¿Leer a Barthes te impide disfrutar de una buena serie de televisión? Eso es trampa. Por eso editamos los libros de David Simon: nos parecen importantes, igual que los de Philip Hoare. Son diferentes, claro está: formas distintas de abordar la creación artística, de elaborar un discurso. Pero cada uno en su estilo son deslumbrantes.

¿Todo es cultura? O, mejor dicho, ¿qué no es cultura para usted?

Al hilo de lo dicho anteriormente, y con todo el riesgo que comportan las simplificaciones, la cultura te transforma. La lectura de un libro determinado, una ópera o una obra de teatro que te conmueve, una película o una serie de televisión que marca un antes y un después… Si sales habiendo pasado un buen rato, y nada más, estupendo; pero eso no es cultura, es entretenimiento. Legítimo, pero se trata de una experiencia completamente distinta.

¿Sus referentes culturales son literarios, musicales, artísticos, cinematográficos…?

Soy omnívora. Devoro libros, música y cine; paso de Doce hombres sin piedad a Henry James, con parada en Bosch, sin remordimientos.

¿Un autor para releer?

Gustave Flaubert. Es la precisión. Y tras la muerte de James Salter, estoy con sus novelas. Solamente había leído algunos de sus cuentos.

¿Un autor recién descubierto?

Francesc Serés. He descubierto tarde su imprescindible (adjetivo tan desgastado; no en este caso) La pell de la frontera. Me alegro de que se vaya a publicar pronto al castellano.

¿Una película, una obra de teatro o un espectáculo recientemente visto y que no olvidará?

No suele impresionarme mucho el cine reciente, porque disfruté de una infancia muy cinéfila gracias a mis padres, lo cual vacuna contra supuestas obras maestras llenas de paparruchas. Diría que La grande bellezza fue una de las últimas películas que me emocionó.

La creación, ¿un arte, una pasión o un oficio que se puede aprender?

Las tres cosas: ahora bien, si yo me lanzo ahora a aprender a tocar el violín, alcanzaré quizá un nivel satisfactorio para tocar en familia, por mucha pasión que sienta por la música y por muchas clases a las que asista. Se pueden aprender las bases de cualquier oficio artístico. Simplemente, hay que saber que eso no garantiza que seamos maestros de ese arte.

¿Todos podemos escribir un libro?

Efectivamente, y volvemos a lo dicho antes: un libro es un conjunto de palabras, y cualquiera (incluso los proverbiales monos que eventualmente terminarán por escribir las obras de Shakespeare) puede hacerlo. Pero, ¿qué significado otorgamos a «escribir un libro»? ¿Estamos hablando de escribir como Vila-Matas o como Ken Follett? ¿Como Natalia Ginzburg o como E.L. James? ¿De qué tipo de público hablamos? Como autores, ¿qué esperamos de escribir un libro? ¿Por qué, para qué escribirlo? Las respuestas honestas a estas preguntas definen al escritor y a lo que escribe.

¿Todos podemos publicar?

Hoy, sí: hay muchas alternativas para alguien que quiera publicar un libro. Vuelvo a repetir: ¿por qué, para qué? Cuidado con las trampas del lenguaje.

¿Todos podemos ser artistas?

No.

El éxito, ¿personal o profesional?

Como todos los que caemos en la dulce trampa de dedicarnos a una labor vocacional, mi vida personal y profesional se desdibujaron hace tiempo. Alguien me preguntó hace unos días si no hacía vacaciones, y por unos instantes no entendí de qué me hablaba. No necesito descansar de mi trabajo, sino tiempo para hacer más cosas.

El éxito, ¿fama, dinero, reconocimiento o no necesariamente?

Éxito, otra palabra sobre cuyo significado hay que interrogarse cuidadosamente.  En mi caso, se construye cada día, cuando consigo los derechos de un libro que perseguía, llega una buena traducción, termino un texto del que estoy satisfecha, o el manuscrito que esperaba de uno de nuestros autores es cien veces mejor; en fin, la suma de mis pequeñas alegrías cotidianas.

¿Cuál considera que es su gran logro?

No tengo conciencia de haber logrado aún nada excepcional: otra cosa sería si hubiera descubierto la cura definitiva del cáncer. Dentro de mi campo profesional y de mis personales ambiciones, estoy muy orgullosa de haber levantado, con Joan Eloi Roca, una editorial independiente como Ático de los Libros en una de las crisis económicas más duras de los últimos años. Pero solo llevamos cinco años editando: hablemos dentro de treinta.

¿Cuál es su lema?

Seize the day, sin duda. Carpe diem en cualquiera de sus versiones.

 

One thought on “Cuestionario literario Claudia Casanova, editora de Ático de los libros

  • el 31 agosto, 2015 a las 2:48 pm
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    Es bueno que existan personas como María Casanova… Magníficas respuestas desde de dentro, aunque las veamos en el exterior. Parece que ella no diferencia, afortunadamente, el plano del pensamiento y el de su expresión. La inteligencia y la verdadera cultura suelen ir unidas. Editar en castellano y en catalán es un modo de tender puentes culturales. La casa de la Literatura es el lenguaje, aunque los idiomas sean sus habitaciones. Me gustan los pisos: ático y principal. Y me gusta que haya personas que deseen eliminar la distinción entre trabajo y vacaciones. Como me gustaría que las únicas fronteras existentes fueran las del progreso y la libertad.

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