Cómo poner de los nervios a un editor en 5 sencillos pasos

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Sabemos que si hay un muro alto, altísimo y que puede llegar a parecer prácticamente insalvable para los escritores, ese es el de la primera publicación por cuenta de un editor.

El mundo editorial es, desde fuera, bastante desconocido, y para cualquier autor novel resulta francamente difícil orientarse bien, escoger la editorial adecuada, saber cómo dirigirse a los editores y, además de esto, hacerlo en el momento adecuado.

En mis talleres literarios he propuesto a muchos alumnos que hagan una carta tipo para dirigirse a estos sabios que deciden lo que se va a leer en los próximos meses o años —qué pelota soy— y lo cierto es que en algunos de ellos queda patente la inseguridad en su tono más tierno, pero también en el más agresivo. Esto mismo me ha comentado algún editor.

Y es que el editor está más que harto de recibir propuestas y, francamente, si fuera uno de ellos, habría acabado más de una vez pidiendo fuerza y no paciencia.

No voy a dedicar este artículo, por tanto, a daros unas pautas exactas y perfectas para seducir a los editores, de esto ya se ha escrito mucho y muy bien. Voy a daros unas ideas de cómo «cagarla» en vuestras primeras líneas. Precisamente para que no lo hagáis.

  1. Faltas de ortografía y gramaticales. Suena a broma, pero hay mucho de esto —por cierto, editor es sin hache, novela es con uve, escribir es con be… ¡de nada!—. Si de verdad te planteas escribir a un editor, cúrrate un mensaje bien limpito de porquería. ¿Cómo pretendes venderte como escritor si no sabes escribir? Pues hay gente que lo intenta.
  2. Nunca he escrito nada ni tengo ni idea de si mi manuscrito es bueno. A ver… una cosa es ser humilde y otra cosa es ponerte casi de víctima. No esperes una respuesta rollo samaritano en plan: «venga, hombre, seguro que no está tan mal». Esta gente está en su trabajo, que no tiene que ver con ayudarte a mejorar tu autoestima. Puedes intentar hablar bien de ti y de la obra… la idea es que la presentes como una propuesta no solo entretenida, sino que se pueda vender bien.
  3. ¿Cuánto puedo ganar con mi obra? Empezamos mal si creemos que con la primera publicación vamos a forrarnos. Bueno, seguramente ni con la primera ni con la quinta. Y empezamos peor si lo que más nos importa es la pela. Si te has metido a escritor para ganar pasta, mejor ve a un plató de televisión, lígate al famosillo de turno y cuéntalo en esas sobremesas ruidosas de los canales de telebasura. Aparte de lo obvio: ¿qué haces hablando de dinero si todavía no sabes ni si van a leer siquiera la primera página de tu manuscrito?
  4. Soy un adelantado a mi época. Enhorabuena. Qué bien que lo sepas. Debe de ser una maravilla trabajar con una persona tan sobrada y soberbia como tú. Seguro que lo están deseando. Espera, que dejo todo lo que tengo que hacer ahora mismo para ayudarte con tu problema de ego e inseguridad. Ah, no, que yo no soy psicólogo.
  1. ¿Has leído ya mi obra? ¿Has leído ya mi obra? ¿Has leído ya mi obra? No está mal preguntar pasado un tiempo prudencial, si ves que no recibes respuesta… pero no te dediques a hacerlo todos los días o te cogerán manía. De todas formas, muchas editoriales ya indican que, si transcurrido un plazo determinado no has sabido nada de ellos, puedes considerar la respuesta como negativa. Y es que, aunque sea duro, hay que saber esperar.

En fin, que si tenías alguna de estas maravillas en tu carta de presentación, empieza de cero. Piensa en lo que puedes resaltar de ti y de la obra de forma humilde, pero segura, intenta ser lo más profesional posible y, sobre todo, no seas varas. Valora y respeta la importante labor de este sector.

Covadonga González-Pola

www.talleresliterariosonline.com

@CovaTLO

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