Por la neurociencia moderna sabemos que nuestro cerebro necesita al menos dos acciones para organizar la información: distraerse y dormir. Suena paradójico, pero así es como funcionamos. Puede ser que dediquemos toda nuestra atención a un problema, que nos concentremos en asimilar todos los datos existentes, que intentemos considerar todos los ángulos posibles, pero llegará el punto en que nuestro cerebro se fatigue y simplemente no vea nada más. Por eso necesitamos pensar en otra cosa o, como al dormir, liberar a nuestra mente del control del pensamiento. Así la información se ordenará de manera propicia.

Por eso, y aunque nos parezca extraño, existen repetidos casos en los que una invención o un descubrimiento se registran en sueños. Por un momento podría creerse que la investigación científica es exclusivamente racional, pero lo cierto es que esa otra parte de lo que somos también puede intervenir y colaborar, con resultados inesperados.

Estos son 3 ejemplos de científicos que soñaron con lo que tanto deseaban encontrar.

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La tabla periódica de Mendeleev

Luego de pasar varios días ideando un sistema que pudiera ordenar los elementos químicos conocidos a partir de su peso atómico, Dmitri Mendeleev tuvo un sueño en el que todos se acomodaban perfectamente en una tabla. Al despertar, Mendeleev dibujó de inmediato su visión, la cual se reveló perfecta, pues dicho sistema reveló incluso errores en los valores de algunos elementos y, por otro lado, contempló la existencia de otros que aún no se conocían.

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El modelo atómico de Niels Bohr

Según Edwina Portocarrero y otros investigadores del MIT, el físico Niels Bohr obtuvo la idea del modelo atómico durante un sueño en el que veía al Sol rodeado por todos los planetas del sistema, los cuales parecían atados entre sí con pequeñas cuerdas.

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La velocidad de la luz

Se cuenta como anécdota que cuando era joven, Albert Einstein soñó que montaba un trineo sobre la nieve, cuesta abajo, la velocidad aumentando conforme la pendiente continuaba; en este sueño, Einstein sentía que el trineo aceleraba hasta alcanzar la velocidad de la luz, con lo cual el entorno comenzaba a desvanecerse y los colores a fundirse hasta volverse uno. En parte la labor científica del físico fue un intento de conocer qué sucedía con un cuerpo o una cantidad de energía si se movía a la misma velocidad que la luz.

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