I wandered lonely as a cloud
         That floats on high o’er vales and hills,
         When all at once I saw a crowd,
         A host, of golden daffodils;
         Beside the lake, beneath the trees,
         Fluttering and dancing in the breeze.

 William Wordsworth

Conocidos por algunos críticos como Lake Poets, William Wordsworth, Samuel Taylor Coleridge y Robert Southey representan la primera generación de poetas románticos ingleses. Fueron de un grupo de artistas que establecieron las bases ideológicas que rigieron al Romanticismo inglés en sus primeras etapas. Unidos por su amistad y sus posturas ante el arte y la política (estaban a favor de la Revolución Francesa, entre otras cosas), fueron llamados así, “poetas de los lagos”, porque coincidieron en un lugar geográfico específico: el Lake District, al noroeste de Inglaterra.

En sus inicios y como en otros países de Europa, el movimiento romántico inglés se caracterizó por dotar de una enorme importancia al sentimiento y la subjetividad. Esto se debe, entre otros factores, a la Revolución Industrial, que obligó a miles de campesinos a migrar a las ciudades, trabajar en fábricas y convertirse en máquinas que vivían en la miseria. Así también, los románticos fueron amantes incondicionales de la libertad y de la naturaleza, que fue para este grupo de poetas una fuente de inspiración y una manera de entrar en contacto con lo sublime.

Rydal Mount and its gardens, originally designed by the poet William Wordsworth

William Wordsworth, quien vivió durante años en el Lake District, acostumbraba hacer caminatas alrededor de los lagos que duraban muchas horas, al lado de su hermana Dorothy o acompañado por sus amigos, entre ellos Coleridge. Southey, por su parte, tenía una casa en la misma región, lugar elegido por estos poetas porque se encontraba apartado de la Inglaterra industrializada. Las entradas del diario de Dorothy Wordsworth describen las rutas que tomaban y las horas que tardaban en hacer dichas excursiones; también indican que, mientras caminaba, rodeado de lagos y verdes paisajes, William Wordsworth iba componiendo sus poemas al tiempo que daba cada paso y contaba, con el ritmo del cuerpo, la métrica de sus versos.

Los lagos son parte crucial de la mitología inglesa desde el ciclo artúrico. De ahí que estos poetas tomaran ese particular entorno como un espejo de la sabiduría del universo y se convirtieran, por decirlo así, en una especie de protoecologistas (estuvieron abiertamente en contra del daño a la naturaleza, causado por la industrialización). Las rutas de las excursiones de Wordsworth están registradas a detalle, al punto de que hoy es posible recorrer los mismos caminos que él transitó mientras forjaba algunos de los versos más importantes de la literatura inglesa.