Literatura Violeta: Tullia d’Aragona, talento con nombre de mujer en el Renacimiento

Por Pilar Martínez Manzanares. @pilar_manza

tullia-okLa época renacentista tiene como base la difusión de las ideas humanistas, la concepción del hombre y del mundo rigen un movimiento que intentó traer de vuelta elementos imprescindibles de la erudición griega y romana. En medio de esta vorágine cultural nació Tullia d’Aragona, la más célebre poeta-cortesana del Renacimiento.

Son pocas las fechas confirmadas que ordenan la vida de Tullia d’Aragona, su vida siempre estuvo basculante entre la realidad y la ficción, poco o nada se sabe a ciencia cierta de esta poeta que hizo del misterio su bandera.

Tullia d’Aragona habría nacido en Roma en una fecha indeterminada entre 1508 y 1510, en el seno de una familia acomodada. Su madre fue la cortesana Giulia Campana, su padre podría haber sido  el cardenal Luigi d’Aragona, aunque ningún historiador/a ha llegado a confirmar este hecho. Tullia nació y creció rodeada de una fortísima cultura, su saber y conocimiento la convirtieron en una niña prodigio que asombraba a todo el mundo.

La infancia de Tullia d’Aragona transcurrió en Roma pero pronto dejó la ciudad para vagar por diferentes lugares en la compañía de su madre. Venecia, Bolonia, Florencia o Adria fueron solo algunos de los destinos de Tullia. En esta última ciudad, la poeta y su madre habrían pasado un tiempo tras el nacimiento de Penélope d’Aragona, a quien algunos suponen hija de Tullia, mientras que otros la identifican como hermana. La poeta tuvo otro hijo, estando ya casada, de nombre Celio, del que se desconoce con exactitud la paternidad.

Una de las pocas fechas que están documentadas en la vida de Tullia fue el 8 de enero de 1543, en dicho día, la autora contrajo matrimonio con Silvestro Guicciardi de Ferrara. Un matrimonio del que poco o nada más se sabe. Una vez más, las lagunas vuelven a hacer mella en la historia de tan importante mujer.

Algunos años más tarde, en torno a 1545, Tullia llegó a la corte de Cosme I de Medici, en la gran ciudad de Florencia, bajo la protección de la duquesa Leonor de Toledo. En 1548 Tullia regresaba a Roma, donde viviría hasta su muerte, en 1556.

La obra de Tullia d’Aragona está formada por una cuantiosa producción poética con la que hizo soñar a los grandes salones literarios de la época. Pero no se debe dejar a un lado su importante contribución al ámbito filosófico con obras como Dialogo della Infinità di Amore (Diálogo sobre la infinitud del amor).

Su primera publicación llegó en 1547 en Florencia. La obra de Tullia basó su temática en la reflexión y razonamiento sobre el amor y la belleza planteados en el Banquete de Platón. Pero la autora no sé quedó ahí, reconstruyó las ideas platónicas argumentando que se debía conceder más valor no al que ama, sino a la persona amada. Para Tullia, el amor infinito nacía de la razón y no de la pasión. Hecho a destacar es su defensa de la unión espiritual, relegando a un segundo plano la unión física. Este hecho le valió alguna que otra burla, ya que muchos contemporáneos consideraron una contradicción dicha defensa con su papel de cortesana.

Tullia d’Aragona dedicó toda su vida a la poesía y filosofía, desde pequeña su inteligencia y talento literario brillaron por encima de cualquiera En la escritura encontró un recoveco de ternura y comprensión que decidió compartir con toda la humanidad. El mayor regalo de una escritora son sus textos, la mejor forma de responder ante tal delicia es mantener su legado por siempre.

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