Rachel Ruysch: una pintora de éxito
Por Silvia Pato (@SilviaP3)
La neerlandesa Rachel Ruysch (1664-1750) destacó de tal forma entre sus contemporáneos que se convirtió en la artista mejor pagada de su tiempo. Además, aunque se casó, siempre firmó sus obras con su apellido de soltera.
Ruysch nació en La Haya, y con tres años se trasladó con su familia a Ámsterdam, donde su padre, Frederik Ruysch, trabajó como profesor de anatomía y botánica.
El interés por la pintura despertó pronto en el ánimo de la joven, y a los quince años empezó a estudiar con Willem van Aelst, especializado en cuadros de flores. Ella misma haría de las naturalezas muertas el motivo principal de su trayectoria.
En 1693, se casó con el retratista Juriaen Pool (1666-1745). Ambos trabajaron como pintores de la corte en Dusseldorf para Johann Wilhem. A la muerte del príncipe, en 1716, permanecieron en Ámsterdam.
El matrimonio tuvo diez hijos. Pese a todo, ella jamás dejó de pintar y se convirtió en la mejor pagada de los pintores de la época. Sus cuadros alcanzaban precios más altos que los de Rembrandt, y eran demandados por los más reputados clientes.
La fama de la pintora fue tal que once poetas contemporáneos suyos la alabaron en sus versos cuando falleció, y el autor Jan van Gool, quien la había visitado para entrevistarla dos años antes de su muerte, escribió su biografía, con tal éxito que la fama de Ruysch se incrementó todavía más.
En la actualidad se conservan un centenar de cuadros de la autora, aunque se estima que la cantidad que pintó fue muy superior a esta, teniendo en cuenta que siempre se mantuvo en activo y que falleció con ochenta y seis años.
FUENTE: La mujer en el arte, National Museum of Women in the Arts
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