Lilo

Por Àngels S. Amorós

Inés Garland (texto) y Maite Mutuberria (ilustraciones). Lilo. Edelvives (Ala Delta, Serie Verde), 2019. 114 páginas. XXX Premio Ala Delta 2019. A partir de los 10 años.

Lilo es un perro de raza indefinida y de más de diez años de edad con un gran corazón. Aunque lo que más destaca de él es que es consciente de sus propias carencias (como tener las patas muy cortas) y virtudes (su olfato le permite conocer el estado de ánimo de las personas). Cuando descubre que Emi, la niña que lo cuida y vive con sus abuelos, llora a escondidas y mira demasiado el móvil se preocupa porque sabe que tiene problemas.

Emi jugaba mucho a hacer rimas. Emi jugaba a muchas cosas, pero ahora no juega a casi nada. O sí, sí juega, pero en su telefonito o en el ordenador. La mascota de Emi ahora es su telefonito, y yo me aburro. El otro día se puso a llorar por algo que pasaba en el telefonito.

Para ayudar a Emi, Lilo está dispuesto a correr todo tipo de riesgos, como entrar en una casa que huele a limón, el mismo olor que desprende Kai, la niña que parece molestar a Emi. Además,  seguirá los consejos de otros canes amigos, como Olivertwist, Armando y Lio para entablar amistad con una gata llamada Berenice que es una de las claves para desvelar el misterio.

Llega un momento en la historia que todo se precipita y el conflicto parece difícil de resolver: la abuela de Emi sufre un ataque que le impide hablar bien, Olivertwist desaparece y el olfato de Lilo le envía mensajes contradictorios porque Kai a ratos se muestra triste, con miedo o llena de maldad. Sin embargo, los versos de Armando, la ayuda de Olivertwist y los abuelos de Emi le ayudarán en su misión y a tener más confianza en él mismo hasta el punto que no le importa que la preciosa perrita Muriel descubra que tiene las patas tan cortas.

Una historia que trata un tema social y, por desgracia tan frecuente, como el mal uso y abuso de los dispositivos móviles y de las redes sociales en jóvenes cada vez de menor edad y por eso esta lectura es excelente. La argentina Inés Garland ha sabido trasladar a la ficción una situación de forma divertida, sin dramatismos ni moralismos pero con la amistad, el diálogo y el apoyo en los mayores como instrucciones de uso.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *