Encantador homenaje a los reyes de la risa en «The Clown» con Alberto Frías

Por Horacio Otheguy Riveira

Han surcado la historia como bufones imprescindibles para lograr momentos sublimes en la tristeza de reyes, emperadores, nobles y plebeyos, gente de a pie ansiosa por encontrarlos en las de pronto inesperadas esquinas de su pueblo o en los parques de las grandes ciudades. Ellos y ellas aún brindan  su talento excepcional, por muy a la contra que se vengan los vientos de la mezquindad y el oprobio de los torpes altivos que les miran por encima del hombro. Así que The Clown es hoy más necesario que nunca. Se le esperaba con regocijo y las salas donde se presenta se llenan de gente de todas las edades, servidores de aplausos no más empezar, para acabar ovacionando de pie.

A la manera de un parque de atracciones teatral, el espectador no necesita moverse de la butaca para sentirse inmerso en el fantástico mundo del circo, la revista, el cabaret… guiado por un protagonista tan flexible y generoso que es niño travieso, muchacho jaranero, hombre libre y desgraciado que busca afanosamente una libertad a la medida de sus sueños.

Daniel (Alberto Frías), payaso de nacimiento y artista por elección, quiso huir de su destino, hasta finalmente entender que su felicidad estaba detrás de una nariz. «The Clown» es un espectáculo musical en el que, a modo de falso documental, se desgrana, número a número, la historia de éxitos y fracasos de este entrañable personaje desde su nacimiento hasta su madurez. (Foto: Antonio Castro)

Alberto Frías es el gran protagonista: actor, cantante, mimo, bailarín, cómico y sobre todo magnífico clown que rinde homenaje sin titubeos a la noble palabra payaso, tan en demérito que es necesario nombrarla en inglés para no despertar sospechas. Un actor-cantante que ha ido evolucionando a través de variopintos personajes en situaciones muy variadas. Carismático y versátil, tiene la fabulosa capacidad de llamar la atención en un personaje secundario como de fascinar con absoluto protagonismo como en esta ocasión.

Desde el título anglosajón, la representación avanza en gozoso castellano hacia dentro y fuera del espléndido escenario ideado por Mónica Boromello con preciosista iluminación de Juanjo Llorens como si el pequeño formato en que se desarrolla se transformara en un espectacular reino de imaginación. Menos es más: coral de lámparas que juegan tantos papeles que en algún momento clave tenemos la sensación de estar ante un gran ballet lleno de guapísimos boys and girls como en una súper revista internacional por la que desfilan eficaces parodias de óperas y zarzuelas, de la televisión… y de los propios artistas en el escenario, brillantemente apuntalados por imágenes en vídeo con una que otra sorpresa de caras conocidas y voces de compañeros de la escena nacional: el negocio del show como una travesía llena de curvas peligrosas para quien ansía dedicarse en cuerpo y alma, aunque esté rodeado de gente que le desprecia con un pavoroso: «No seas payaso».

La música cuenta con excelentes grabaciones y también se apoya en directo, ya que ante el piano y en numerosos personajes muy bien coordinados, otro grande: Ernest Fuster, también actor-cantante que, junto a Frías arman estupendos dúos. Para los amantes del musical la felicidad está servida. Nos vamos del teatro con el sabor de que podríamos seguir y seguir tras los pasos de un soñador contra viento y marea. Pero la fiesta ha de terminar, aunque, eso sí, dejando en la espuma gozosa de los días la esperanza de pronto reencuentro…

Con Ernest Fuster al piano, la dirección musical de José Masegosa y la dirección artística de Zenón Recalde, «The Clown» aborda, desde el humor, el difícil pero necesario camino hacia la vocación.

El clown encierra lo más bello  y cómico del alma humana en su intento de constante superación. Esgrime sus talentos para provocar sonrisas, carcajadas, ternura y reflexiones. En definitiva, un auténtico PAYASO. Con mayúsculas. En este espectáculo aprenderemos a dar sentido a esa palabra, a saber que es un halago, frente a aquellos que la utilizan como un insulto. Ser payaso es mucho más que un oficio: es un orgullo, una manera de entender la vida y de vivirla. Y la mejor manera de hacerla vivir a los demás.

TEATRO AMAYA, MADRID. LOS JUEVES HASTA EL 13 DE MAYO 2021

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