Amy y la biblioteca secreta

Por Àngels S. Amorós

Alan Gratz. Amy y la biblioteca secreta (Ban This Book, 2017). Barcelona: Takatuka Editorial, 2021. pp. A partir de los 12 años.

Los buenos libros no deberían estar escondidos. Deberían estar a disposición de todo el mundo para que los lean cuantas más personas mejor. Y no solo una, sino muchas veces.

Amy se dirige, como cada día, a la biblioteca de la escuela. Espera encontrar su libro favorito, pero no está en su sitio. La señora Jones, la bibliotecaria, le explica que nadie se lo ha llevado, sino que se ha visto obligada a retirarlo por orden del consejo escolar al no considerarlo adecuado, ya que incita a mentir, robar y amenazar. El libro en cuestión no es otro que Pippi Calzaslargas, de Astrid Lindgren, y la bibliotecaria de la escuela aconseja a Amy que asista a la próxima reunión del consejo y exponga su opinión. Amy se presenta, pero su timidez e inseguridad le impiden defender lo que más le gusta delante de tanta gente.

Muy pronto, el consejo escolar continúa censurando libros. Algunos de ellos son: El Capitán Calzoncillos, La cabaña del tío Tom, Un puente hacia Terabithia, La telaraña de Carlota, Cuéntamelo todo, Peter Pan y Matilda, entre otros. Sin embargo, Amy y sus amigos no se conforman con esa decisión y deciden crear la Biblioteca de Libros Prohibidos la Taquilla (BLPT), donde gracias a donaciones y compras obtenidas con la venta de dulces, consiguen leer y distribuir clandestinamente todos los libros censurados por los adultos. Amy se convierte en la bibliotecaria y guardiana de esos valiosos libros que, de otra forma, no tendrían oportunidad de conocer.

Su tarea no será fácil porque Amy deberá lidiar con otros conflictos domésticos como la relación con sus hermanas y la necesidad de contar con una habitación propia donde leer con tranquilidad en su casa. Poco a poco, la personalidad de Amy se reafirma y la jovencita será capaz de alzar su voz y, lo más importante, ponerse en el lugar de los demás y ser capaz de entender que las personas tienen sus razones para actuar de una determinada manera y no se puede condenar a nadie por su forma de pensar. Uno de los mensajes que subyacen tras la lectura es que el papel de los padres en la educación de sus hijos es esencial, pero nunca deben limitar su conocimiento y la capacidad de experimentar por ellos mismos, además, se destaca  la importancia de las bibliotecas.

Yo tengo mucha suerte, porque mis padres me compran los libros que pido, pero no todas las familias actúan igual. Además, las hay que no pueden permitírselo. Pero para eso están las bibliotecas: para garantizar que todas las personas puedan tener acceso a la lectura. Por eso empecé la Biblioteca de Libros Prohibidos y por eso iba a conseguir hasta el último de los libros censurados por la señora Spencer.

Este libro es tan necesario como valiente, y también real. La censura de libros para niños y adolescentes todavía está vigente en la actualidad y es una práctica que coarta la libertad y limita el conocimiento y la capacidad crítica. A veces se pone como excusa el comportamiento no políticamente correcto (como en el caso de Pippi Calzaslargas) pero también las referencias a temas como la muerte, la existencia de dios o la educación sexual.

El autor se basa en casos reales como la censura de libros en escuelas de primarias donde padres y madres alegaron que contenía información perjudicial para los niños. Gran parte de los libros que se citan como censurados se pueden encontrar en las librerías y otros son invención de los niños del libro. En alguna ocasión, la traductora Roser Rimbau ha optado por sustituir los libros citados en la historia que no tienen traducción en castellano por otros que sí se pueden encontrar. De esta forma, se mantiene la esencia de ofrecer un listado de obras que se pueden leer en nuestro país.

El impacto de esta historia ha sido de tal magnitud que ha recibido reconocimientos como: Nominado al Vermont Dorothy Canfield Fisher Award 2018-2019, North Carolina Battle of the Books 2018-2019, Nominado al Arkansas Charlie May Simon Book Children’s Book Award 2019-2020, White Nile Award 2019-2020, Nominado al Massachusetts Children’s Book Award 2019-2020, Finalista de Der LovelyBooks Leserpreis finalist de Alemania 2019, Selección del Action Books Club, Ganador del Connecticut Nutmeg Book Award 2020.

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