Omar Acosta y Sergio Menem, nominados a los Latin Grammy. “Nos dedicamos a transmitir nuestras raíces fusionadas, no podemos evitarlo”

La fusión de la música tradicional con la música de cámara es el principal estandarte del más reciente trabajo discográfico de Omar Acosta y Sergio Menem, venezolano y argentino, respectivamente, afincados durante más de dos décadas en Madrid, su experiencia como docentes y su recorrido por los escenarios con grandes figuras, les ha llevado a fusionar la música tradicional latinoamericana y matizar estos conceptos en un clima de composiciones propias para flauta y guitarra.

El Café Berlín fue el escenario elegido para la presentación de su disco “Entretiempo y tiempo”, después de haber sido nominados recientemente a los premios Latin Grammy en el apartado de Mejor Álbum Instrumental junto a grandes figuras como Ara Malikian y Yamandú Costa.  El ambiente distendido y la complicidad entre el flautista Omar Acosta y el guitarrista Sergio Menem, proyectan el claro objetivo de fusión tan natural como sincera, acompañados por José San Martín en la percusión y Baldo Martínez al contrabajo, completan el cuarteto que dan diversificación al vals, merengue, candombe, bossa nova, chacarera y en especial, al flamenco, su tema “Sevillanas Criollas” es el fiel reflejo de esta mixtura musical jazzística, un giro elegante y conceptual que transporta, conmueve y emociona.

Muchas veces escuchamos a muy buenos músicos en bares o en el metro, ¿existe alguna fórmula especial para que un músico de el salto a grandes escenarios?

Omar Acosta.  Es importante seguir un camino porque no es un salto que se da en un momento, creo que el secreto está en aprender siempre, tener una actitud positiva ante el aprendizaje y buscarse la vida en todos los ámbitos, creo que también es importante la personalidad y la capacidad de adaptación, así como te adaptas a un país, a las costumbres, a su comida, pasa lo mismo con la música, es algo que surge en la medida que uno se va adaptando a todas las formas musicales que va encontrando en la vida.

La música latina pareciera que responde a un estereotipo con ritmos más comerciales; hay pocas propuestas musicales como la vuestra que fusiona música tradicional con música de cámara ¿por qué esta elección?

OA.  Porque somos muy circunspectos, estamos muy metidos en nuestro mundo, el trabajo que hacemos no es comercial, no vendemos mucho, pero hemos tocado todo tipo de músicas, lo que es nuestro queremos hacerlo más nuestro aún; desarrollamos nuestra personalidad por medio de la música simplemente. Creo que la manera de hacer algo original, si se quiere ser original, aunque no sé si hay cosas originales en esta vida, es siendo lo más personal posible, lo más tú posible. Pienso que nosotros reflejamos eso en el trabajo que hacemos a diario, y que nuestro trabajo llegue a ser reconocido es sorpresivo, porque no es el camino que seguíamos, se supone que si quieres buscar un Latin Grammy, por ejemplo, vas por otro camino.

¿Cómo surgió la idea de participar en los Latin Grammy con vuestro reciente disco “Entretiempo y tiempo”?

OA.  La verdad que no surgió por nuestra parte, nos lo ofrecieron en el estudio de sonido en el que nosotros grabamos el disco porque ellos si que creían que podíamos participar en los Latin Grammy.

Sergio Menem.  Nosotros nos llevamos una sorpresa cuando fuimos pasando los filtros hasta quedar finalmente nominados, “Entretiempo y tiempo” es un disco sin ninguna intención comercial, por supuesto todas son composiciones nuestras a capricho sin pensar en nada más; sin embargo, compartimos nominación en los Latin Grammy con los más grandes, todos famosos, menos nosotros… y claro, fue muy sorpresivo.

Para un músico, ¿en qué momento la fama puede ser importante?

SM. Creo que la fama te la da tu propio trabajo, el ser reconocido por lo que haces en cualquier momento de tu carrera te abre más puertas y tienes más oportunidades de continuar con tu profesión.

OA.  Esta nominación es una alegría para nosotros porque nos llega después de varios años de trabajo, llevamos toda una vida dedicada a la música, no estamos empezando y no somos tan jóvenes…

SM.  Yo tampoco soy joven.

OA.  Tu sí, un poco más que yo… Pienso que estoy acostumbrado a trabajar y a obtener éxito de mi propio trabajo, no creo en las rifas ni en loterías, nunca he sido de juegos de azar, ni de tentar a la suerte, si aparece, la disfruto, pero no es mi modo de vida.  Pero también es una alegría saber que después de tanto tiempo de trabajo te llegue este tipo de nominación, es un regalo para nosotros y para todos los que nos rodean.

Ambos sois docentes de música, ¿cómo es el día a día y qué satisfacciones os deja la enseñanza?

SM.  Bueno, yo daba clases presenciales, pero por la situación que estamos atravesando las voy alternando con clases on-line, mi forma de trabajar también depende mucho de lo que el alumno pretenda, creo que ambos nos vamos amoldando a ese objetivo, he tenido alumnos que les he enseñado cosas diferentes porque lo que querían era experimentar con la música. Lo más importante que me ha pasado en España como docente es hacerme muy amigo de un alumno, eso es lo mejor que hasta ahora me ha dejado la docencia, tener un buen amigo.

OA.  Por mi parte, dirijo una escuela de música desde hace algunos años con dos socias: una de ellas es mi esposa, ofrecemos formación musical para niños y damos clases de todo tipo de instrumentos, también ofrecemos conciertos para niños y baile flamenco; tenemos más de 150 alumnos y estamos contentos por eso, aunque yo me dedico más a organizar y dirigir la escuela, también saco tiempo para dar clases porque es una experiencia muy gratificante, yo tuve un alumno durante muchos años desde mi primera etapa como profesor en Venezuela y ahora él, está trabajando en la Sinfónica de Miami; también tengo alumnos nuevos que te dejan anécdotas simpáticas, uno de ellos me dijo que tenía dificultad en reconocer los “hashtag” (#) que en música son los sostenidos… y dije, hombre, no es mala idea llamarlo así. En fin, tenemos muchas horas de clases, conciertos, proyectos con otros músicos y no paramos, pero a la vez estamos aprendiendo de todo ello también, y creo que esa es esa la mejor actitud.

“Entretiempo y tiempo” fue creado durante el confinamiento, tuvisteis una etapa muy creativa ¿pero afectó en otros aspectos?

SM.  Fue muy particular en nuestro caso, en un principio sí que nos afectó, nos quedamos sin bolos como todo el mundo, las clases se suspendieron, y económicamente se notó bastante; pero el proyecto de grabar un disco lo teníamos antes de la pandemia, y fue cuando empezamos a montarlo, encontramos una aplicación para tocar juntos sin latencia y poder sincronizar instrumentos, todos los días ensayamos más que nunca, montamos temas desde cero y fue muy positivo para nosotros en ese sentido.

OA.  Fue fructífero, yo tuve alrededor de sesenta conciertos en el balcón de casa, tenía a mis vecinos encantados, y yo, agradecido de tener público, por supuesto. Salí a tocar la flauta en el balcón durante los dos meses de confinamiento.

SM.  Yo no tenía balcón…, sino lo hubiera hecho encantado, claro!

Dicen que cuando un país atraviesa una época difícil su población se vuelca en la cultura y la tradición, a nivel general ¿la música refleja estas vivencias?

SM.  Yo no sé a nivel general, en nosotros dos, sí; pero particularmente no he visto más consecuencias.

OA.  En Venezuela, yo creo que sí, ha hecho que su población se crezca un poco más y que se conozca más alrededor del mundo porque fue una época también de emigración y por supuesto que hay muy buenos artistas, cada uno de ellos son creadores de fusiones y su arte se mezcla con lo que están viviendo, sus experiencias, y la verdad que ha sido un avance significativo.

¿Cuáles son los proyectos más cercanos?

OA.  Tenemos una gira pendiente que se había frenado por la pandemia en toda Latinoamérica, como Chile, varias ciudades de Argentina: Mendoza, Buenos Aires, Córdoba; también Miami y escenarios de España, en julio iremos a Italia y Francia, entre otros conciertos organizados que se cierran en este año. Y por supuesto, seguir tocando en Madrid que es nuestra casa.

Para transmitir la tradición musical, ¿qué importancia tiene fusionarlas con otras músicas?

SM.  Me parece que es importante pero no es una condición, a mi me encanta poder transmitir las raíces por supuesto, pero también hay otras músicas que no están basada en las raíces y es importante tener contacto con ellas; en nuestro caso, nos dedicamos a eso, transmitir nuestras raíces fusionadas, no podemos evitarlo.

OA.  Sí, porque es algo natural, lo tenemos en nuestro chip y nuestro fin es desarrollarlo.

¿Cuál es el libro más reciente que habéis leÍdo?

SM.  El libro de los amores ridículos de Milan Kundera; lo estoy releyendo, lo leí hace quince años.

OA.  La Biografía de Jean-Pierre Rampal, que fue el flautista más importante de la historia, llegó a mis manos este libro y la verdad que tiene una vida interesantísima.

¿Qué música escucha cada uno?

SM.  El último disco de Caetano Veloso, Meu Coco; soy superfan, este disco ha salido hace poco y ya me lo he escuchado unas mil quinientas veces, y lo seguiré escuchando.

OA.  Soy muy desordenado con los discos y muy repetitivo, siempre escucho a Bach, a Haydn, hay cosas que están fijas en mi lista como La Misa en Si Menor de Bach; pero a parte de los clásicos también me gustan las nuevas propuestas, esa mezcla es lo que me alimenta, escucho a artistas cercanos como el guitarrista brasileño, Yamandu Costa.

Y para finalizar, ¿cuál es la última película que habéis visto?

SM.  Old del director N. Shyamalan, me llamó la atención porque es quien dirigió El Sexto Sentido, y la verdad que me resultó muy interesante.

OA.  Me gusta el cine, pero últimamente voy poco, tengo una niña de once años y he visto más películas infantiles en todo este tiempo.

Por:  Elizabeth Salvatierra

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