Ventanas

Por Àngels S. Amorós

Paloma González Rubio. Ventanas. Madrid: Anaya (Narrativa juvenil), septiembre de 2021. 143 pp. A partir de los 14 años.

La vida de cada vecino, sobre todo en las plantas bajas, es visible hasta en sus más mínimos detalles. Sus habitantes se esfuerzan por revelar costumbres ordenadas: todas las superficies están pulidas y limpias. No se aprecia nada que pueda considerarse un lujo o una excentricidad que los señale. Las comidas son austeras. Nadie quiere estar en boca de nadie por salirse de la norma, no hay nada que ocultar ni de lo que avergonzarse. Todo está a la vista.

En los conflictos armados nadie sale indemne, sobre todo los niños que son las principales víctimas. Más aún si ocupan una posición tan terrible como ocupar un lugar en la contienda como soldados. La autora, Paloma González Rubio, afirma que la idea para elaborar esta historia surgió a partir de una anécdota familiar.

Cuando Bruno llega a casa descubre que han desaparecido todos sus familiares adultos y su hermana Silvina y sus primos Pablo, Martina y el bebé Mateo están nerviosos y asustados. No hace mucho que un grupo de hombres armados se han llevado a sus padres y tíos a la fuerza y los chicos se dan cuenta de que a partir de ahora tendrán que valerse por sí mismos. En la ciudad la vida del interior de las casas está expuesto al resto por norma. Está prohibido tener visillos, cortinas o cualquier otro tipo de decoración que haga pensar que ocultan algo y eso les pueda acarrear problemas. Por lo tanto, todos los habitantes de la ciudad parecen llevar a cabo un papel más que vivir y, lo peor de todo, se vigilan los unos a los otros.

Cuando se impone la dictadura del miedo, las ventanas se convierten en ojos que nos vigilan.

Esta frase es el subtítulo de la obra y ejemplifica muy bien el papel poco solidario y desleal de gran parte de la población que decide dar la espalda a sus semejantes justo en el momento que más necesaria es la cooperación y la confianza. Con un escenario totalmente desvastado donde la guerra está acabando con todo: los destrozos, las muertes y la bondad, esta historia se puede considerar una distopía por la ruptura con todo lo convencional y lo difícil que resulta superar las dificultades.

El papel protagonista recae de forma coral en los cinco primos, pero sobre todo en los dos mayores Bruno y Silvian cuando se quedan huérfanos y nadie les ayuda por miedo a las represalias y a las denuncias que pueden recibir por parte del resto de vecinos ya que, como hemos mencionado, no pueden tener secretos. De este modo, Silvina y Bruno por ser los mayores afrontan la mayor parte de las responsabilidades, como cuidar del bebé. Además, les acompaña también Alicia, el fantasma de una niña que desapareció en un bombardeo y su esencia permanece junto a los chicos. Los niños hacen lo que pueden para sobrevivir y tratar de averiguar dónde están sus padres y, sin embargo, no parece suficiente.

Esta historia destaca por su dramatismo y trata temas nada fáciles que los más jóvenes también deben conocer. La guerra, las penurias, la opresión, la muerte y los niños soldado están presentes. La lectura se puede realizar de forma intensiva y realizar debates, extrapolaciónes en otros ámbitos, etc. porque todo puede cambiar de un día para otro y la solidaridad es la clave para resolver todo tipo de situaciones.

Paloma González Rubio es una escritora madrileña dotada de una gran sensibilidad que suele insuflar en sus protagonistas la fortaleza, el goce por vivir y las ansias de libertad. Un buen ejemplo de ello es João (premio Alandar 2018), además de otras obras como un cuento en Aurora y en la hora (2021) y otras novelas para adultos: Epitafio (2010), El delito de la lluvia (2014) y Antípodas (2019).

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