«Solo yo escapé»: tres mujeres toman el té e invitan a una cuarta misteriosa

Por Horacio Otheguy Riveira

La pieza solo dura 65 minutos. Las actrices son extraordinarias. El texto de la británica Caryl Churchill, es un apunte socio-poético muy interesante, mucho más reducido en tiempo y contenido que otras producciones. La dirección de otra mujer, Magda Puyo, cuenta en su puesta en escena con una escenografía simbólica quizás excesivamente críptica, mientras recibimos un informe terrorífico en tanto las pacíficas señoras toman el té.

No es el té de las cinco, tan burgués, de antiguas comedias inglesas con damas ociosas, sino un modesto servicio para señoras de clase media, muy afines a la constancia ideológica de la autora, hoy de 83 años, con toda una vida en el teatro. Una vida de combatiente, lúcida y bien documentada observadora del comportamiento femenino en todas las trincheras. Hace poco vimos de ella, por el CDN, Top Girls, estrenada en Londres en 1982, cuando su femenino abanico de jóvenes y maduras procuraba sobrevivir a la terrible Era de Margaret Thatcher, otra mujer cómplice del sistema, montada en el patriarcado burgués más recalcitrante.

Solo yo escapé es de 2016, la última obra conocida de la autora, y al verla ahora en La Abadía produce un extrañamiento que, a su vez, genera reacciones diversas por tratarse de cuatro monólogos que solo en fugaces momentos se convierten en diálogos.

Las mujeres se reúnen, sí, pero están tan sumidas en su diálogo interno que no logran interesarse por nada ajeno. Las conocemos, por ejemplo, por sus miedos a salir al exterior; por una estancia en la cárcel; por una fobia a determinados animales…; también por una capacidad de compartir fugaces alegrías como la de cantar y bailar maravillosamente una canción italiana muy popular; por sus nostalgias y su modo de sentarse a tomar el sol… y una que otra broma políticamente incorrecta.

Las grandes actrices que las interpretan, de sus gestos y temblores sacan chispas que conmueven, por muy extraño que resulte el marco escenográfico que confunde más que ilumina la difícil situación principal. Difícil para los espectadores que, encantados con semejante elenco, han de digerir que, al margen de su tertulia convencional, la invitada a tomar el té documente hechos de la calle, nos informe a nosotros, ya que sus amigas o vecinas no la escuchan, o hacen que no se enteran, pero lo cierto es que desde las butacas no podemos evitar aprehender todos los detalles que nos brinda sobre la catástrofe que ha caído sobre el mundo exterior…

Una visión apocalíptica donde los planteamientos ideológicos de las obras anteriores de la autora ya no tienen cabida. El horror provocado por seres humanos y la propia naturaleza malherida, se ha abalanzado como si se tratase de una avalancha imparable, sin el menor grado de piedad.

Afuera el mundo se acaba por diferentes motivos. Y lo hace de un modo desesperado que nos llega sin estallido emocional alguno, fríamente, sin acentos especiales, lo que puede provocar en el público un mayor llamado de atención.

Creo que la directora no aprovecha todos los talentos de la autora y las intérpretes, pero que aun así esta peculiar travesía por el duro paisaje de una humanidad que se devora a sí misma, ridículamente egocéntrica, tiene mucho interés. Tanto que todo buen amante del teatro debería acercarse a verlas, en estos pocos días que continuarán en Madrid, provenientes del Teatro Lliure donde se estrenó originalmente.

De izquierda a derecha, las cuatro con trascendente trayectoria que ahora asumen los cotidianos perfiles, de vecinas o amigas: Imma Colomer, Lurdes Barba, Vicky Peña, Muntsa Alcañiz.
Imma Colomer: narradora de la catástrofe en que se sumerge el exterior. Lo hace en un tono blanco, carente de emoción. Un dominio actoral que provoca un gran impacto, pues con las tonalidades de su voz nos introduce en una hecatombe muy cercana.

 

Texto: Caryl Churchill
Dirección: Magda Puyo
Traducción: Sadurní Vergés

Interpretes: Muntsa Alcañiz, Lurdes Barba, Imma Colomer, Vicky Peña

Escenografía: Pep Duran
Vestuario: Nina Pawlowsky
Iluminación: Cube.bz
Música original: Clara Peya
Diseño de sonido: Jordi Orriols
Asesor del movimiento: Tomeu Vergés
Ayudante de dirección: Sadurní Vergés
Director técnico: Pere Capell
Fotografía: Sílvia Poch
Producción ejecutiva: Nunu Santaló
Dirección de producción: Josep Domenech
Distribución y comunicación: Bitò
Producción: Temporada Alta 2021 y Teatre Lliur

TEATRO DE LA ABADÍA. HASTA EL 10 DE JULIO 2022

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