‘El capital en la era del Antropoceno’, de Kohei Saito

El capital en la era del Antropoceno

Kohei Saito

Traducción de Víctor Illera Kanaya

Sine qua non

Barcelona, 2022

334 páginas

 

Por Ricardo Martínez Llorca / @rimllorca

Ante la deriva del mundo, todos soñamos con la cabaña en el bosque o con la cabaña en la isla del Pacífico. Retirarse, desesperado, por la acción del hombre sobre el planeta, y sobre el hombre, es un acto sensato, pero sólo hasta cierto punto. Thoreau creó el mito de Walden mientras bajaba a comer a casa de su madre casi a diario. Cabe retirarse, y atenerse a las neurosis consecuentes del retiro y al miedo a que la expansión contra la que uno se retira termine por llegar a tus fronteras, o cabe luchar a una escala que supera al individuo, pero que no tiene por qué ser del todo planetaria. Serviría, eso sí, como ejemplo, y también formaría parte de esas pequeñas escalas que, entrelazadas, sí pueden facilitar un cambio de paradigma universal. Hablamos de formas de economía colaborativa, hablamos de organizaciones sociales tipo socialismo libertario, hablamos de principios ecológicos y vida comunal.

La virtud de El capital en la era del Antropoceno es saber guiarse a través de todos ellos y darles forma, con causas, consecuencias y estrategias de cambio. Para ello se vale de Marx y de una interpretación del comunismo a partir de la inquietud de Marx por la naturaleza. Kohei Saito (Tokio, 1987) sostiene la tesis con astucia y es complicado encontrarle algún fallo. Todo resulta coherente y todo resulta sensato, partiendo del principio, que explica en la primera parte del libro, de que lo principal es salvar el planeta, pues no podremos salvar a la humanidad si no tiene un lugar donde vivir. Al enunciar las hipótesis comunistas, distinguiéndolas de las que tradicionalmente hemos conocido, se nos ocurre que la traducción podría ser, más bien, comunal. No debe agitarse el lector a la hora de recibir este vocablo, esta idea. Es cierto que sus propuestas están próximas al comunismo, pero no al comunismo institucional ni al comunismo de Estado. Saito nos habla de formaciones sociales de un alcance limitado para reformular totalmente la economía. La sociedad organizada sensata, la coherente, la única que parece formulada para liberarnos, sigue centrando sus propuestas en la democracia directa, en la cooperación, en la participación, en los recursos accesibles, en la agricultura y comercio de proximidad, en una rebelión total de la economía, con otros fundamentos, a la que seguimos considerando como un paradigma inalterable. Y no lo es. Las formas económicas que propone Saito suponen, a mayores, acertar con lo mejor del ser humano: basar las relaciones en la confianza y la amistad.

Considera oportunas las pequeñas mejoras, como las que propone el Green New Deal, pero sabe que no son suficientes. Las formas del capitalismo deben acabar para no terminar de exterminar el planeta. El crecimiento económico debe ser reconsiderado, pues no supone bienestar. Más bien al contrario: crea estrés y desigualdad. Dicho así, parece que estemos hablando de un libro que es a la economía lo mismo que la autoayuda a la psicología. Pero no es así. El capital en la era del Antropoceno es un estudio riguroso y científico, en la medida en la que la economía y la política pueden ser una ciencia. Una ciencia no es lo mismo que una ciencia exacta. Una ciencia nos permite debatir, entregar hipótesis, penetrar en estudios, mejorar. Estamos ante un libro necesario, pues es necesaria cualquier tipo de intervención, también la intelectual. No será la lectura de un libro lo que cambie el planeta, pero sí lo que nos aporte ideas para ser parte de ese pequeño e imprescindible porcentaje de población que basta para cambiar el destino de nuestros congéneres.

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