“Mientras pueda decir” de Luis Ramos

El canto como incendio de la conciencia.

Por Pablo A. García Malmierca

Llama la atención en los tiempos poéticos que corren que un autor se arriesgue a publicar un libro compuesto solamente por sonetos, en concreto cincuenta sonetos que abarcan toda una serie de conceptos que se me antojan claves en la poética de Luis Ramos. Si miramos sus obras anteriores, y no solo las poéticas sino también sus ensayos sobre Claudio Rodríguez, observamos que su producción forma un todo en el que lo teórico y lo creativo se aúnan de tal forma que se pueden leer desde una serie de claves muy concretas.

Decía ya Benot en su Prosodia castellana publicada en 1891 “que, para el soneto, han de buscarse conceptos susceptibles de dos divisiones, cada una de dos miembros de igual extensión; invirtiéndose así los oficios del concepto y de la estrofa; pues, en vez de resultar esta destinada a la expresión del pensamiento, el pensamiento ha de acomodarse a la estructura del soneto. En vez de que el vestido se haga a la medida de cada cuerpo, hay que buscar cuerpos adecuados para la sola medida de un traje especialísimo.” Esta reflexión sobre el soneto podría muy bien ser el inicio de esta reseña, pues el concepto será la principal preocupación del autor zamorano a la hora de construir sus sonetos, lo que nos lleva a uno de los momentos históricos de mayor uso del soneto el Barroco y más en concreto el conceptismo que iniciara Baltasar Gracián, uno de nuestros más afamados hispanistas, Ramón Menéndez Pidal, dijo que “en estos autores geniales el conceptismo aparece lleno de profundidad, la frase encierra más ideas que palabras”. No debemos olvidar que Luis Ramos, además de poeta, ha sido profesor de Filosofía motivo por el cual el pensamiento es uno de los puntos recurrentes de su obra.

Esta unión de pensamiento, concepto y forma, pues en el soneto no puede pensarse de otra forma, conforman la columna vertebral de Mientras pueda decir publicado por Baile del Sol. Ya el primer poema es una clara declaración de intenciones, bajo el epígrafe “Camino” se nos muestra este poeta andariego que cual homo Viator recorre el mundo ofreciéndose y dándose con la naturaleza y con los otros, abriendo así una forma muy particular de conocimiento en la que el error propio del pensamiento libre se transforma en leitmotiv del pensamiento: “Y sin querer errar merodeamos / entre la prosa inquietos o en el verso, / y en el camino a veces acertamos.”. Vuelve a aparecer en “Interrogativas”: “pensar es bueno siempre y preguntarse, / y aceptar el temor a equivocarse”. Pero qué es el camino sin el canto, sin la poesía, una poesía que siempre se abre hacia los demás, una poesía que es celebración y compañía, tal y como dice el poema “Darse”: “¡La palabra y el canto no serían / de nadie ni de nada: se darían!”. Ese darse se transforma en movimiento en “Río”: “Sabes que te ama tanto como el alba / ama la claridad que la construye, / como la voz que es surco y ofrecida / se da sin más ni más porque la salva…”. Y cuál es el movimiento que permite ese darse, ese ofrecerse hacia y desde la naturaleza, la clave aparece en “Orgánica”, es el amor el que mueve, el cuerpo y el pensamiento: “Por amor pierdo el norte y me condeno, / mi sístole y diástole quebranto…”. Y si algo define la poesía de Luis Ramos es la claridad pues “La voz”: “Busca en la claridad tal desafío / que no encuentra frontera ni medida, / y en ella tiene luz, tienen cabida / la flor, la hiel, el sol, el mar y el río”. Claro ejemplo y conceptualización del concepto es “Claridad” donde se explicita el proceso por el que el canto nace de la claridad que incendia la conciencia: “…de su canto en la voz, el sol […] Claridad […] incendie de alegría la conciencia!”

La poética de Luis Ramos contiene altas dosis de ética tanto moral como política, con un claro tono reivindicativo que ya pudimos ver en títulos de su bibliografía como “Entre cunetas”, publicado también por Baile del Sol, en este nuevo libro de poemas podemos observar esta línea en sonetos como “Cada de poeta” donde reivindica un trato digno para la casa de Vicente Aleixandre en Madrid, Velintonia, “Salvar la casa que otros dan por muerta”. Este tono reivindicativo aparece en otros sonetos como “No callar”: “no hablar es síntoma de cobardía”. O “A la contra”: “No callar y negarse, la insurgencia / vuelve a quien se rebela inconformista, / renueva su alma…”

Sin embargo, podemos leer también este libro de sonetos como un verdadero manual de vida con poemas como “Tras el llanto” donde se antepone la risa a la muerte; “No saber” en el que se alaba la humildad; “Cuidados” del amor como algo cotidiano; guía de conducta que puede resumirse en “El instante adecuado” momento “ideal para expresarse” pues “la libertad es siempre una aventura” para así “mejor hacer un mundo más sereno”.

La lista de conceptos que recorren el libro se muestra inagotable aborda elementos como el arte, la libertad, el amor, la poética, la preceptiva del soneto, la madurez, la maldad, el inexorable paso del tiempo, la muerte… Un recorrido por la vida y todo aquello que interesa al poeta que busca definirlo en sonetos a los que se adapta como ese vestido al que se refería Benot, que deberá ser desvelado por el propio lector. Un libro, este “Mientras pueda decir”, que adoptando la forma del soneto muestra el universo propio de Luis Ramos, que libro a libro se va tornando más claro y definido. Un camino, como diría el propio poeta, que nos invita a recorrer en un darse que requiere del lector como parte activa del proceso, pues el aprendizaje vital que nos muestra el autor zamorano se puede y debe compartir en la celebración del canto.

Aldealengua, 8 de enero de 2023.

Mientras pueda decir

Luis Ramos

Baile del Sol

Colección poesía, 242

2022

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