El arrepentido: Jasón versus Medea

Ana Cobos Cedillo

Impecable puesta en escena del montaje “El arrepentido o los demonios de Jasón” por la compañía Silencio Danza y Jóvenes Clásicos, el pasado viernes 3 de febrero de 2023 en el teatro Echegaray de Málaga.

En estos momentos de postmodernidad y de banalización de la cultura por el que se hace viral cualquier exabrupto de un viandante enfadado o un gran éxito a partir de una canción basada en la vida más íntima y personal de una pareja, es de destacar el mérito de y la valentía de llevar a escena textos basados en clásicos de la mitología con montajes tan modernos. Puede llegar a parecer que acudir a estos espectáculos se está convirtiendo en un placer destinado a paladares muy exquisitos y selectivos. Algo lamentable pues el teatro debería estar más presente en la cotidianeidad de las mayorías y no reservarse solo para las élites, esto sigue siendo una asignatura pendiente en nuestro país.

El texto es denso, pero el montaje atrapa la atención del espectador a partir de dos elementos que constituyen los pilares del mismo y que consiguen que el público quede enganchado desde la subida del telón: la magnífica interpretación del protagonista y la escenografía.

La escenografía parte de una iluminación tenue, presagio del drama que se va a compartir con el público, así como de una decoración de escena basada en la madera. Grandes bloques multifuncionales de madera, robustos a la vez que ligeros por su movimiento, que el protagonista traslada por el escenario para dar con ellos la forma que ilustra el texto recitado. Madera es también la palabra que cita Jasón, plataformas de madera que se convierten en barco que pilota el mismo protagonista consiguiendo que el público se suba con él a bordo y le acompañe como argonautas en la búsqueda del vellocino de oro.

Jasón es interpretado por José Carlos Cuevas de forma extraordinaria. Un actor empeñado en modernizar los clásicos, que reúne una magnífica voz por su timbre y dicción, a la vez que una excelente forma física por la que llena el espacio escénico con su presencia. Con su interpretación consigue conmover con su arrepentimiento por su deslealtad ante Medea y por el dolor expresado como padre ante la pérdida de sus hijos, asesinados por la propia Medea como esposa despechada, llena de odio y venganza. Recibe la justa réplica interpretativa de su contrincante en la escena, Medea, interpretada por la actriz Nieves Rosales, que es además la directora de la función. Con su porte de bailarina, sobrecoge la frialdad que transmite al ponerse en la piel de la malvada Medea y la rotundidad con la que habla sin esconder su acento andaluz al interpretar a la parricida.

Mitología ilustrada con música de metales y fanfarrias con las que también se guiña a Andalucía, a la Semana Santa y a la Pasión de Cristo: muerte, tragedia, asesinato, dolor…

Un montaje redondo, que encaja en texto, interpretaciones y música tanto como las piezas de madera con las que Jasón montará ese barco con el que irá junto a sus argonautas a buscar el vellocino de oro y quizás a encontrar el perdón.

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